Lecturas para la Agenda Pública: La opinión pública frente a los rescates financieros
Los ciudadanos alemanes, ¿son tan reticentes a los «rescates» financieros de los países del sur de Europa como apuntan numerosos análisis? ¿Qué motiva sus opiniones en este asunto? El estudio, enmarcado en Sharing the Pain: What Explains Public Opinion Towards International Financial Bailouts? (Bechtel, Hainmueller, Margalit), investiga, en base a dos encuestas de ámbito nacional, las razones que pueden explicar la configuración de la opinión pública alemana. El estudio ofrece el primer análisis sistemático de aquello que determina las preferencias de los electores en esta nueva forma de redistribución internacional. En un momento en el que España parece estar a punto de solicitarla, analizar qué opinión y qué causas subyacen a la opinión de los electores de un país acreedor (en este caso Alemania) sobre este asunto, deviene pertinente.
Desde que en mayo de 2010 se realizara el primer «rescate» financiero dirigido a Grecia, la división, ya existente, entre países deudores y acreedores quedó patente en el seno de la Eurozona. Irlanda, Portugal y España, además de Grecia, han solicitado ya fondos para sanear sus sistemas financieros. Así, mediante el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) primero y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) desde marzo de 2011, se intenta garantizar la estabilidad de una moneda única cuyo mantenimiento está afectando directamente a la ciudadanía, especialmente a la de los países deudores. Otras propuestas para proteger el euro como los eurobonos, los cuales podrían mejorar la capacidad de préstamo de la eurozona, fueron rechazadas con contundencia debido, en parte, a una fuerte presión mediática (especialmente de medios como el Bild). En este contexto, la opinión pública juega un rol crucial en el proceso de toma de decisiones en los Estados europeos. Máxime cuando los rescates tienen que ser aprobados por unanimidad por todos los Estados miembro de la zona euro.
Este trabajo de investigación intenta esclarecer las causas, esto es, el por qué la sociedad alemana, en este caso, acepta soportar los costes de «rescatar» otros países. Para explicar la posición de la opinión pública, el trabajo se basa en tres segmentos: los intereses económicos privados de los ciudadanos, la sensibilidad social de éstos y la orientación de partido.
La vía de los intereses económicos sostiene que las preferencias de los electores en políticas económicas están en función de los efectos de esas políticas en su propia situación económica. Es la concepción que nace de entender la teoría política como la construcción de modelos formales de procesos políticos, fundamentada en la rational choice y en la presunción de que los ‘individuos’ son seres racionales que se mueven por intereses egoístas. Esta teoría estaría encabezada por autores como Antony Downs, y su teoría de competencia electoral, y Kenneth Arrow.
El descubrimiento central del estudio es que los intereses económicos no son determinantes para explicar la variación en las preferencias individuales en los rescates financieros europeos. De hecho, las diferencias que haya podido haber en las circunstancias personales de cada elector debido al impacto de la crisis, están asociadas vagamente con las actitudes respecto a los rescates.
En cambio, el altruismo y la empatía son características más fiables para explicar las preferencias sobre el punto pivotante del estudio. La fuerza y consistencia de estas asociaciones sugieren que los electores enfocan las contribuciones de Alemania al MEDE desde dimensiones más allá de lo que concierne a ellos. Es, por tanto, la sensibilidad social aquello que explica mejor el comportamiento de los ciudadanos alemanes acerca de las transferencias los países deudores.
En un nivel más bajo, las orientaciones partidistas también ayudan a explicar algunas de las variaciones en las actitudes de los ciudadanos. Sin embargo, se sugiere que la importancia del partidismo es más pronunciada entre aquellos que poseen un menor nivel de información sobre la cuestión. Se hace hincapié en que el apoyo a los «rescates» es transversal a las ideologías. La división izquierda-derecha no resulta útil en este caso, la división que caracteriza más a los electores es entre partidos centristas y extremistas, siendo estos últimos los que se oponen más fehacientemente a los rescates. Los partidos Linke, NPD o Republikaner se oponen de una manera más notable que los simpatizantes de la CDU o el SPD.
Por tanto, los resultados del estudio subrayan que las predisposiciones sociales y las orientaciones políticas estan significativamente correlacionadas con las actitudes ante los rescates financieros. En cambio, los factores pertenecientes a un interés económico privado parecen importar relativamente menos, aunque no significa que los electores no tengan en cuenta estos factores. La división social clave, según el estudio, está entre aquellos ciudadanos en los que predominan sentimientos de carácter nacional y aquellos en los que predomina una cierta afinidad con Europa.
El interés económico privado no parece ser el prisma principal bajo el que los ciudadanos alemanes evalúan la contribución de su país al MEDE. Las evidencias que muestra este estudio deberían obligar a una reflexión en los gobiernos de los Estados de la UE, y fundamentar así una unión política en los sentimientos de pertenencia de los ciudadanos europeos. No robustecer este sentimiento y resguardarse en el particularismo nacional, es, sin duda, una estrategia equivocada y necesariamente efímera.
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