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Andalucía cierra su gran año del cine con más de 70 nominaciones, éxitos de taquilla y reconocimiento de la crítica

2018: el gran año del cine andaluz

Alejandro Ávila

Con ellas hemos realizado un Viaje al cuarto de una madre que nos era íntimamente familiar. Nos hemos visto Entre dos aguas de la miseria y nos hemos enfrentado un dilema tan contemporáneo como el que plantea Tu hijo. El cine andaluz nos ha llevado este año por tragedias cotidianas, comedias cofrades, thrillers nocturnos, baños de realidad y escalofríos de terror.

La crítica y el público se han rendido ante lo que es ya una evidencia: la cinematografía andaluza ha llegado a su madurez en este 2018. El cine andaluz ha pegado el estirón y se ha consolidado, invadiendo las salas, los festivales, los premios y las plataformas digitales con una variedad nunca vista. Tras un 2017 marcado por el Me Too hollywodiense, las cineastas andaluzas se han aupado a lo más alto. Y de qué forma.

La sevillana Celia Rico Clavellino, la directora de Viaje al cuarto de una madre, se encuentra entre las películas españolas del año de críticos, medios generalistas y revistas especializadas. Y es que Rico teje, en su ópera prima, un retrato íntimo sobre la emancipación en el que muchos (¿todos?) nos hemos visto reflejados.

Con Anna Castillo y Lola Dueñas, como protagonistas, la realizadora de Constantina de la Sierra (Sevilla) ha comenzado su andadura como directora de cine por la puerta grande: el festival de San Sebastián. Regresó a su casa en Barcelona con tres premios bajo el brazo y, desde entonces, ha acumulado más de una veintena de nominaciones en los premios Goya, los Feroz, los Gaudí y los Asecan del cine andaluz.

No ha sido, ni mucho menos, la única que ha salido victoriosa de la cita más internacional del cine español. Entre dos aguas (Isaki Lacuesta), coproducida por la compañía All Go Movies con participación de Canal Sur, se llevó ni más ni menos que la Concha de Oro, con una historia de un asombroso realismo sobre la miseria, la amistad y la ciudad de San Fernando (Cádiz) de trasfondo.

La otra gran apuesta andaluza tampoco se fue de vacío. Hablamos de Quién te cantará, la tercera película de Carlos Vermut, un genio que exuda cine en cada plano y que con su largometraje protagonizado por Najwa Nimri, Eva Llorach, Carme Elías y Natalia de Molina goza de muchas opciones en los Goya. De momento, cuenta con el premio Feroz de la Crítica en San Sebastián y suma más de una veintena de nominaciones en los Goya, Forqué, Feroz y Asecan.

Festivales, impulso internacional de las productoras

Marta Velasco, cofundadora de Áralan Films, la productora sevillana que ha estrenado en un solo año dos producciones como Quién te cantará y Cuando los ángeles duermen (Gonzalo Bendala), señala que la presencia en festivales como Toronto o San Sebastián es lo que permite que “tu película crezca más internacionalmente y eso lleva a que tu empresa entre a formar parte del mercado global. De modo que tu siguiente proyecto ya lleva un sello previo con el que antes no contabas”.

Velasco ha rodado este año con Morena Films Intemperie, lo nuevo de Benito Zambrano basado en el bestseller homónimo de Jesús Carrasco, en una inhóspita zona de la provincia de Granada. Se prepara para dar un gran salto internacional con una coproducción francesa, mientras guía los proyectos de Juan Miguel del Castillo (Techo y comida) o Patricia Ferreiro (Los niños salvajes).

El madrileño Enrique López-Lavigne, el productor de Bayona, Médem o los Javis (Paquita Salas), ha producido este año dos coproducciones andaluzas, Quién te cantará con Velasco, y Tu hijo con Olmo Figueredo (La Claqueta). El también sevillano Miguel Ángel Vivas ha dirigido precisamente Tu hijou hijo, la película de inauguración de un festival tan prestigioso como la Seminci de Valladolid.

Lo que aparentemente es un thriller de venganza con un José Coronado como padre coraje, se termina convirtiendo en algo mucho más profundo, que lanza una dura (y necesaria) crítica social. Coronado, que se dejó literalmente las costillas durante el rodaje, ha terminado nominado a los Goya y los Feroz, como mejor actor protagonista.

'Jaulas' de Nicolas Pacheco, ¿la nueva 'Solas'?

Miguel Ángel Vivas no fue el único representante andaluz en la ciudad castellana. En la cita cinéfila le acompañaban dos directores noveles: Nicolás Pacheco y Laura Hojman. El primero, con una tragedia social, Jaulas, sobre una madre (Estefanía de los Santos) y una hija (Marta Gavilán) tan al límite que algunos la han comparado con Solas. Quizás porque también está producido por Antonio Pérez.

Su completo equipo técnico y artístico andaluz le han valido trece nominaciones en los premios Asecan del cine andaluz. Por su parte, Laura Hojman estrenó en Valladolid su documental, Tierras solares, que sigue los pasos del poeta Rubén Darío por la Andalucía de comienzos del siglo XX.

Ha habido más andaluces que han abierto festivales o secciones de competición. Es el caso de los sevillanos Laura Alvea y José Ortuño (The Extraordinary Tale of the Times Table), codirectores de la película de terror psicológico Ánimas, que inauguraron la sección Noves Visions. Es la segunda película que cuenta con más nominaciones a los premios Asecan (11).

Netflix, un nuevo jugador en el tablero

Tu hijo, Ánimas, Quién te cantará y Cuando los ángeles duermen (cuatro nominaciones Asecan) han cerrado acuerdos con el nuevo gran jugador del tablero cinematográfico: Netflix. De hecho, Cuando los ángeles duermen, el largometraje de Bendala, ya se puede ver en la plataforma del gigante norteamericano.

Se trata un thriller nocturno con ecos nietszcheanos protagonizado por Julián Villagrán y una jovencísima Ester Expósito, lanzada al estrellato con la segunda serie española de Netflix, Élite. Codirigida, por cierto, por el malagueño Ramón Salazar, que estrenó en la Berlinale su largometraje La enfermedad del domingo.

En este amplio panorama cinematográfico que nos ha dejado el 2018, también ha habido lugar para el humor. Así, otra ópera prima, en este caso de la malagueña Marta Díaz de Lope Díaz, se ha hecho con dos Biznagas de Plata en el Festival de Málaga, la del público y la de mejor actriz reparto (Carmen Flores), con Mi querida cofradía, coproducida por Gervasio Iglesias, artífice de los éxitos de Alberto Rodríguez (La isla mínima).

Mi querida cofradía repitió, en el Barcelona Film Fest, con el premio del público a mejor comedia. Su popularidad y conexión con el espectador se ha reflejado con sus 380.000 euros recaudados: es la segunda película andaluza más taquillera de 2018.

En el Festival de Alicante, una jovencísima gaditana, Carmen Blanco, ganaba dos premios, el de dirección y el de la crítica, con Los amores cobardes, una producción sobre la amistad y el amor rodada en Málaga, y estrenada en el Festival de la ciudad mediterránea, con un exiguo presupuesto, unos 20.000 euros… el mismo dinero que tuvo Carlos Vermut para su ópera prima, Diamond Flash.

'Sin fin', un amor de ciencia ficción con María León 

También en Málaga se estrenó Sin fin, dirigida por los también noveles hermanos Alenda. Un drama romántico con ecos de ciencia ficción protagonizado por María León y Javier Rey, que este año no solo ha triunfado con la serie Fariña, sino que ganó en el Festival de Cine en Español la Biznaga de Plata a mejor actor. Los Alenda se llevaron el premio Asecan a la mejor ópera prima y están nominados en los Goya como mejores directores noveles.

Los éxitos no han llegado solo de los jurados, sino también de las taquillas. La vuelta de los compadres, Alfonso Sánchez y Alberto López, ha contado con mayores holguras de presupuesto que su primer largometraje, El mundo es nuestro. Los compadres pasan de ser unos canis sevillanos a unos pijos redomados en El mundo el suyo.

Las aventuras de estos Rinconcete y Cortadillo del siglo XXI, Rafi y Fali, le han valido un éxito incontestable: ser la película andaluza más taquillera de este 2018. Es, además, la tercera película con más opciones a los premios Asecan, con nueve nominaciones.

Sánchez y López, que lograron atraer a Warner y Antena 3 a su proyecto, han conseguido recaudar más de 1.3 millones de euros en un verano que se enfrentaba al monstruo del Mundial de fútbol y donde los artistas sevillanos se dejaron la piel en la promoción viral y convencional.

De 'Solas' a 'La isla mínima'

El año que termina ha marcado, en fin, el tercer hito de la historia reciente de la cinematografía andaluza. Una andadura que arrancó hace 20 años en la Berlinale con Solas (Benito Zambrano) y que su productor, Antonio Pérez, define como “un punto de giro y el comienzo de esta etapa fantástica del cine andaluz. Todo el mundo se vio capaz y entendió que en Andalucía había talento”.

Después llegó la generación Cinexín, la del productor Gervasio Iglesias, los directores Paco R. Baños, Alberto Rodríguez, Santi Amodeo o Ana Rosa Diego, el guionista Rafael Cobos, el montador José Manuel García Moyano o la directora de producción Manuela Ocón. Con ellos llegó un récord histórico, cuando el equipo de Alberto Rodríguez se hizo con diez de los 17 Goya a los que aspiraba La isla mínima.

Si antes se hablaba del talento, ahora también se puede hablar de eficacia. Lo dice Gervasio Iglesias. El productor, que ha estrenado otro de los taquillazos del año, el documental Sanz. Lo que fui es lo que soy (también en Netflix), afirma que “el año 2018 ha sido el de la consolidación, confirmación y expansión del cine andaluz, porque la generación que ha dado lugar a sus grandes éxitos sigue en plena vigencia con proyectos cada vez más grandes”.

 

“Las puertas que abrió esta generación están siendo muy bien aprovechadas por la generación intermedia y por la que viene. Se está produciendo cine con diversidad y con estructura industrial”, subraya. En este sentido, Nicolás Pacheco, el novel director de Jaulas, cree que lo que “une a todas las películas que se ruedan con equipos andaluces es el sello de calidad indiscutible que tienen”.

El cine andaluz ha ganado así en una experiencia y un prestigio reconocido por la crítica, los espectadores, los coproductores y los premios. En los últimos 16 años, la cinematografía andaluza ha acumulado más de medio centenar de premios Goya, tres premios Forqué y hasta una nominación a los Grammy y otra los Oscar.

Este año, sin ir más lejos, son más de 70 las nominaciones que acumulan películas como Viaje al cuarto de una madre, Entre dos aguas, Quién te cantará o Tu hijo en los premios Feroz (más de 30, incluyendo la serie 'Arde Madrid', dirigida por el sevillano Paco León), Goya (23) o Gaudí (18).

Asecan: “El cine andaluz está creciendo en diversidad”

La organización Asecan, una suerte de academia oficiosa del cine andaluz, lleva más de 30 años otorgando los premios a las producciones, los artistas y los técnicos andaluzas. Este año, el 26 de enero, celebrará su 32ª edición.

Su vicepresidente, Juan Antonio Bermúdez, destaca que, al contrario que otros años, “no ha habido una sola película que haya destacado, sino varias que están quizá un escalón por debajo en presupuesto y expectativas a los años en los que ruedan directores como Alberto Rodríguez o Manuel Martín Cuenca, pero que también han resultado obras muy destacables. De hecho, algunas con reconocimientos fuera de Andalucía”.

Hay así una nueva generación de creadores y creadoras que encuentran su sitio en la industria y pueden estrenar su primera película. Para Bermúdez “es imprescindible celebrar también que ha habido varias óperas primas de gran nivel. El cine andaluz está creciendo no sólo en cantidad sino también en anchura, en diversidad”.

También entre savia nueva en los equipos técnicos, muy compactos hasta la fecha en producciones como las de Alberto Rodríguez o Martín Cuenca. “Hay también muchas nuevas incorporaciones en los equipos. El hecho de que durante algunas fechas no hubiera técnicos o especialistas suficientes para los rodajes ha ido abriendo la puerta a nuevas generaciones de especialistas”.

Atracción de superproducciones internacionales

Esos especialistas de confianza, los incentivos fiscales, la variedad de paisajes, las ayudas y los incentivos fiscales son las que han permitido atraer rodajes no solo de largometrajes, sino de publicidad y televisión. Un ejemplo: las dos series de mayor presupuestos de las grandes plataformas digitales han rodado parte de su producción en Andalucía: Juego de Tronos (con servicio de producción de la malagueña Fresco Films), de HBO, The Crown The Crown(con la empresa de localización malagueña A Film location), de Netflix, y La Peste (Alberto Rodríguez y Rafael Cobos), de Movistar.

La lista de estrellas de Hollywood que han pasado este año por Andalucía para rodar ha sido larga: Richard Gere, Javier Bardem, Salma Hayek, Helena Bonham-Carter, Gal Gadot (Wonder Woman), Blake Lively o Jude Law. Y, por supuesto, todo el elenco de Juego de Tronos: Emilia Clarke, Kit Harington, Sophie Turner, Peter Dinklage o Lena Headey.

Más allá del polvo de estrellas, los rodajes extranjeros son una fuente de experiencia y riqueza para la industria andaluza. En un estudio presentado este año por la Andalucía Film Commission (AFC), constaba que en 2017 la comunidad atrajo más de 1.400 rodajes, que generaron casi 22.000 empleos y un impacto económico de más de 122 millones de euros.

Piluca Querol, la directora de la AFC, achaca ese récord a la consolidación de las productoras, la cualificación de los profesionales, el apoyo de las instituciones pública, la labor de difusión de la AFC y “por supuesto, los incentivos fiscales”.

Para ser más competitivos, Querol defiende que hay que elevar el límite máximo de devolución de los incentivos (3 millones de euros), agilizar los procesos de devolución, activar la ley de mecenazgo y apostar por “infraestructuras que atraigan más rodajes y durante más tiempo, como los tanques de agua y los platós cinematográficos”.

Además, tras cuatro años de negociaciones y trabajo con el sector cinematográfico, el Parlamento Andaluz aprobó por unanimidad este verano la Ley del Cine, la primera norma cinematográfica de una comunidad autónoma española.

La ley, que ahora toca desarrollar, sobre todo supone generar un marco jurídico estable para la financiación de las producciones audiovisuales, que este año han ascendido a 2.3 millones de euros para largometrajes de ficción, documentales y cortos, del que se han beneficiado este año 10 largos, 16 obras de no ficción y cinco cortometrajes.

Una maquinaria de financiación que, según algunas voces críticas, aún hay que engrasar para que los pagos de las ayudas no se demoren y se agilicen los trámites administrativos.

Desde la Junta de Andalucía, la secretaria general en funciones de Cultura, Cristina Saucedo, destaca que “esta ley tiene como principal objetivo fortalecer y respaldar una actividad que en nuestra región cuenta con más de 600 empresas, por lo que dispondrá de un marco financiero que supondrá inversiones de 48,7 millones hasta el 2022 en ayudas y acciones de promoción y difusión”.

Daniel Ortiz Entrambasaguas, presidente de Procinema (Asociación de Empresarios y Productores de Cine de Málaga), subraya que la ley “se consensuó con todos los grupos políticos. Esperamos que el nuevo gobierno (andaluz) se dé cuenta de esto y sigamos en esta proyección de lanzamiento, para podernos equiparar con la producción que se hace en otros países europeos y que Andalucía se sitúe a la cabeza de la industria audiovisual, ya que no falta talento, profesionalidad ni creatividad”.

Más directoras: el impacto de las medidas de igualdad

Antes de que saliera la ley, se incorporaron medidas de igualdad en las ayudas a la producción audiovisual en el año 2016. Según Agus Jiménez, productora ejecutiva de El mundo es suyo y vicepresidenta de la organización de Aamma (Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales), el florecimiento de óperas primas dirigidas por directoras andaluzas a lo largo de este año estaría vinculado a estas medidas de iguldad.

“Ha habido más mujeres al frente tanto de la dirección, como de jefas de los departamentos. Las productoras han dado el paso para poner al frente de los equipos de arte y, sobre todo, de sonido. Eso no es casual, sino fruto de que te den más puntos (en las ayudas públicas)”, explica Jiménez.

Como señala Paola García Costas, que estrena en enero su documental sobre el síndrome de Rett protagonizado por Dani Rovira, Todos los caminos, “las mujeres directoras estamos dirigiendo con la convicción de que podemos contar historias universales para todos los públicos. Nuestras películas demuestran que funcionan tanto como baluarte cultural, a nivel artístico y emocional, como a nivel económico”.

De gala: cine andaluz, español y europeo

Como colofón a este año cinematográfico, la academia del cine europeo celebró en Sevilla un viejo anhelo de la ciudad: la gala de los premios del cine europeo. Una ceremonia al nivel de unos Oscar, con una puesta en escena entretenida que coronó la monocromática Cold War como la película europea del año.

El largometraje de Pawel Pawlikowski (Oscar por Ida), inspirado en la historia de amor de sus padres a los dos lados del Telón de Acero, se llevó (casi) todos los premios a los que aspiraba mejor película, director, guión, actriz y montaje. Solo se le escapó el de mejor actor, que le arrebató un genuino actor italiano, Marcelo Fonte, por su papel protagónico en Dogman (Mateo Garrone).

Los ecos de este año de éxitos cinematográficos continuarán hasta el 26 de enero, la entrega de los premios Asecan del cine andaluz más competitivos de los últimos años, y el 2 de febrero, cuando los premios Goya, que por segunda vez en su vida, saldrán de Madrid, para celebrarse también en Sevilla.

La última vez que esto ocurrió fue hace veinte años, pero su recuerdo permanece bien fresco en la memoria de los cineastas andaluces: Solas regresó de Barcelona con cinco de los once Goya a los que estaba nominada.

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