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Andalucía sigue a la cola en gasto sanitario por habitante a pesar de la “apuesta sin precedentes” del PP

Archivo - Médica de los servicios de emergencias del Servicio Andaluz de Salud

Consuelo Durán

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El incremento del gasto sanitario público por habitante en Andalucía ha perdido el ritmo de crecimiento que llevaba y, entre 2020 y 2021 -última actualización- ha subido 88 euros frente a los 136 que se incrementó entre 2019 y 2020, lo que revela cómo -igual que en el resto de comunidades autónomas- fue más importante el factor pandemia que el de compromiso con el servicio en sí y, mucho menos, el de “apuesta sin precedentes” de la que saca pecho Juan Manuel Moreno, quien sostenía hace unos días que, desde 2018 que es presidente, estas partidas han crecido un 45%. En 2024, de hecho, se prevén 14.246 millones de euros (un 3% más que este año).

Esto la hace permanecer, dos décadas después, en la última posición. Solo ha cedido una vez ese puesto y fue en 2002 (primer año de elaboración de esta estadística) cuando lo ocupaba Islas Baleares. En cualquier caso, con un 6,6% más en 2021, está entre los tres territorios que más subieron en este concepto. Concretamente, por detrás de Región de Murcia (8,4%) y Canarias (7,2%). Son, en el caso de Andalucía, dos puntos por encima de la media (4,6%), pero prácticamente la mitad de lo que lo subió entre 2019 y 2020 (11,3%).

1.486 euros por habitante

De este modo, el último informe del Ministerio de Sanidad sitúa el gasto sanitario público en 1.486 euros por habitante en 2021 en Andalucía, frente a los 1.398 de 2020, es decir, 230 euros por debajo de la media (1.716). Se consolida, eso sí, como la mejor cifra desde que se ofrece esta estadística, seguida por los datos de 2020 (1.398) y 2009 (1.330).

En el informe destaca que en 2021, con respecto a 2020, este concepto se incrementó en todo el sector público, excepto en las corporaciones locales. El aumento más importante se produjo en la Administración General del Estado, un 46,1%, debido, principalmente, a la compra centralizada por el Ministerio de Sanidad de vacunas para hacer frente a la Covid-19. 

En relación con su población, en 2021, las autonomías con mayor gasto sanitario público son el País Vasco (2.073 euros por habitante y casi 600 más que Andalucía), el Principado de Asturias (1.965) y la Comunidad Foral de Navarra (1.941). Desde la óptica de la clasificación económica, el componente con mayor peso es la remuneración del personal, habitualmente más de la mitad del presupuesto.

El presupuesto de sanidad en Andalucía para este 2023 se ha situado en 13.823,67 millones de euros, lo que ha supuesto ya la mayor subida en la serie histórica, si se compara con los 12.464,38 de 2022. Precisamente, no será hasta el primer cuatrimestre del próximo año cuando se publiquen los datos del gasto sanitario por habitante pero de 2022, porque el Ministerio de Sanidad debe esperar a recibir las estadísticas de cada comunidad autónoma y las liquidaciones definitivas.

Desde la Consejería de Salud y Familias apuntan que desde que Gobierno el PP no han dejado de crecer las partidas en este terreno, pero matizan que no se puede corregir en pocos años la situación de décadas. En este sentido, fuentes del departamento auguran que los dos últimos ejercicios, pendientes lógicamente de publicación, podrían por fin cambiar las cifras.

La voracidad del gasto farmacéutico

El presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, Marciano Sánchez Bayle, destaca que Andalucía no solo está la última en este concepto, “sino que además es penúltima en presupuesto sanitario por habitante, y esto se mantiene también con datos de 2023”. Explica que el presupuesto per cápita siempre es menor porque lo normal es que “se termine gastando más porque hay imprevistos, y el mejor ejemplo lo tuvimos en 2020, y también por la desviación en el gasto farmacéutico”. En este sentido, apunta que en Andalucía “se tenía una política de control que permitía racionalizar el gasto farmacéutico, pero el PP la eliminó y eso se nota porque se tiene que quitar del gasto asistencial”. Es decir, “el deterioro que estamos viendo en la sanidad pública de Andalucía se explica también por esto”.

En su opinión, una mejora en Andalucía “solo depende de voluntad política. La realidad hoy es que está a la cola dentro de un país a la cola de la UE, y todo esto explica los problemas que vemos en la calle”.

La Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales de España reduce todavía más el gasto sanitario público por habitante en Andalucía ese año, en concreto, a 1.372 euros, pero paradójicamente, esto la hace salir de la última posición, que ocuparían Catalunya (1.246) y la Comunidad de Madrid (1.171). De hecho, y poniéndolo de nuevo en el contexto de la pandemia, solo Catalunya, Comunidad de Madrid y Región de Murcia han registrado un gasto sanitario más reducido en 2021 que en 2019, según esta entidad.

“Una inversión saludable”

Las investigadoras Elisenda Rentería y Pilar Zueras, autoras del estudio 'Gasto sanitario público y esperanza de vida: una inversión saludable', del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona, constatan que “el gasto sanitario público per cápita es uno de los componentes que más explica las diferencias de salud entre regiones”. En su opinón, “un mayor gasto sanitario público implica más años vividos en buena salud y menos años vividos en mala salud”.

Por ello, concluyen: “La gestión sanitaria a nivel regional tiene un impacto en la prevalencia y prevención de enfermedades de las personas de edad madura y avanzada nada desdeñable, lo que debe tenerse en cuenta a la hora de diseñar políticas públicas que busquen reducir la carga de enfermedades en la población. Gastar en salud, por si alguien lo dudaba, resulta una inversión saludable”.

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