Cuanto menor el salario, mayor la reducción sufrida. Esa es la incontestable primera conclusión sacada por los técnicos de la Secretaría General de Economía andaluza tras analizar los datos de la estadística del Mercado de trabajo y pensiones en las fuentes tributarias.
Tras tan elaborado título no se esconde otra cosa que los salarios declarados por los trabajadores españoles en sus declaraciones de la renta. Demuestran que mientras que los que menos ganan han sufrido bajadas salariales de hasta un 15%, los que más ganan apenas superaron en el 1%.
La estadística de Hacienda muestra en 2013 hubo en España 16.682.061 asalariados (incluidos los que recibieron prestaciones salariales todo el año, y los que sólo lo hicieron una parte de él, y el paro o pensiones el resto). Y que el salario anual medio fue de 18.505 euros. Implica que el salario medio se redujo por segundo año consecutivo, con un descenso acumulado del 3,1%. (Ver tabla izquierda)
Más aún. Ordenando los salarios de menor a mayor, y dividiéndolos después en diez grupos de un 10% cada uno (Tabla derecha: D1 es el 10% que denos gana y D10 el 10% que más gana), los técnicos comprobaron que la mitad que menos gana, es decir los cinco primero grupos, ha sufrido un descenso salarial medio del 9,4%, tres veces más que la media; mientras, el descenso salarial de la otra mitad que más gana es de sólo un 1,7%, prácticamente la mitad de la reducción media nacional del 3,1%.
Unas cifras que deberían tener en cuenta los representantes de patronal y sindicatos que ahora mismo se sientan a la mesa de negociación que pretende cerrar antes de fin de mes un acuerdo salarial para este año.
Lo mismo que la segunda conclusión obtenida por los expertos de la Secretaría General de Economía de Andalucía: La devaluación salarial registrada en España entre 2011 y 2013 “no ha afectado con igual intensidad a todos, concentrándose especialmente en el 50% de los asalariados con menores ingresos, lo que lleva a un incremento de la desigualdades en España”.
O lo que es lo mismo, lo que los españoles comprueban de primera mano, es corroborado una vez más por los datos empíricos: la brecha entre los que más tienen y reciben y los que menos se agranda cada día.