Córdoba enfila la recta final para eliminar los nombres franquistas de sus calles
Córdoba enfila ya la última etapa para sustituir el nombre de calles franquistas. Después de que la Comisión Municipal de Memoria Histórica trabajara durante meses para proponer y argumentar el cambio de denominación de una quincena de calles, después de que este cambio fuera aprobado en Pleno, ahora ha concluido el proceso participativo por el que se ha realizado una selección de nuevos nombres para las calles que los vecinos han propuesto y que el Ayuntamiento deberá ultimar para elegir las denominaciones futuras.
Entre las vías públicas que cambiarán su nombre de acuerdo con la Ley Andaluza de Memoria Democrática -que obliga a eliminar del callejero toda reminiscencia en homenaje al franquismo-, se encuentran vías principales en la ciudad como: José Cruz Conde -militar y político, alcalde de Córdoba, se le destaca como uno de los artífices del éxito del levantamiento militar en Córdoba que provocó la Guerra Civil-, la avenida Conde de Vallellano -político, alcalde de Madrid durante la dictadura de Primo de Rivera y ministro de Obras Públicas durante la dictadura franquista-, la Plaza de Cañero -rejoneador y militar, tras el levantamiento de 1936, se reincorporó al Ejército y encabezó la conocida como Columna Cañero-, José María Pemán -escritor, apologista de la dictadura de Primo de Rivera y comprometido con el régimen franquista, que le reconoció con distinciones.-, o Cronista Rey Díaz -profesor, filólogo y abogado, estuvo al cargo de la prensa y propaganda franquista desde julio de 1936, además de llevar la contabilidad de los asesinados en los cementerios-.
También desaparecerán las calles de Joaquín López Huici, Fernando Fernández Martínez, Glorieta de Artilleros, Periodista Quesada Chacón, Poeta Francisco Arévalo, Joaquín Benjumea y Periodista García Prieto, entre otras, todas ellas de personas relacionadas con el franquismo.
Proceso participativo
Desde que el Ayuntamiento aprobó cambiar estos nombres, se abrió la vía de la participación ciudadana, con el Consejo del Movimiento Ciudadano como órgano encargado de recoger y seleccionar las propuestas de nombres recibidas de entre los consejos de distrito y vecinos de las zonas afectadas por los cambios de nombres. En total, más de 270 nombres distintos propuestos para las 15 calles que cambiarán su denominación. Ese proceso selectivo ha terminado esta semana con la aprobación de la propuesta definitiva que los vecinos elevan al Ayuntamiento, con una terna de nombres posibles para cada una de las vías públicas que hay que cambiar.
Así, tras la selección de nombres bajo criterios como el de lograr la igualdad entre hombres y mujeres en ellos, que las personas cuyos nombres se proponen ya hayan fallecido o que se elijan denominaciones no personales y que tienen que ver con la historia de la ciudad para las calles que han generado conflicto político, el resultado de la propuesta vecinal conjuga denominaciones históricas –Foro Romano, Califato de Córdoba, Anfiteatro Romano, De los Gladiadores, 4 de diciembre-, genéricos –Derechos Humanos, Patios de Córdoba, Del Flamenco- y de personas que han sido relevantes en la historia de la ciudad en sectores tan dispares como el arte -La Chiquita Piconera-, la universidad, la investigación, la literatura, la industria local o el deporte, entre otros.
Ahora, el turno para concluir esta selección será del Ayuntamiento. La propuesta del Consejo del Movimiento Ciudadano será elevada a la Gerencia Municipal de Urbanismo, órgano responsable de la nomenclatura del viario público, que deberá realizar la elección final de los nombres que finalmente rotulen estas calles. La aprobación en este órgano será previa a la Junta Local de Gobierno, que dará la luz verde final a los nuevos nombres.
El Gobierno municipal ha expresado en distintas ocasiones por boca de su delegada de Participación Ciudadana, Alba Doblas, que espera concluir el proceso y cambiar los rótulos de las calles con los nuevos nombres para final de año. Desde Urbanismo no se han querido dar, de momento, plazos concretos. Ahora habrá que ver si en esta recta final no surgen obstáculos que lo impidan y, definitivamente, Córdoba deja atrás los nombres franquistas en sus espacios públicos.