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Expulsar a los menores marroquíes alimenta el fascismo
Los fascistas han salido del agujero. Ellos se han lanzado a proclamarlo. Los demócratas, pese a frivolidades de tertulia (“¿Cuándo llenará Salvini las Ventas?” y risas en Hora 25) y análisis sobre si su tiranía se parecerá más al 1984 de Orwell o a Un mundo feliz de Huxley, debemos tomarlo en serio como avisa en No subestimemos al fascismo, Javier Gallego y Manuel Castells en Carta abierta a los intelectuales del mundo. Peligran, frente al imperio de la fuerza, la democracia, la libertad y el Estado de derecho. Aquí donde existen y, con sus fallos, son para el resto esperanza y faro.
Dudamos del Brexit, de Trump, que la ultraderecha se extendiera y va de Polonia a Hungría, Holanda, Suecia, Austria, Italia. Justo allí, donde el ex asesor de Trump Steve Banon ha creado un monasterio de fascismo europeo, Salvini y Le Pen presentan coalición al Europarlamento. Vox llena de 10.000 ultras Vista Alegre. Liderados por Santiago Abascal, lanzan amenazas directas a migrantes y feministas –y soterradas a los “mariconservadores” del PP. Y Pablo Casado y Teodoro Egea dicen “compartir visión”: el “nosotros first” que les une al posible presidente de Brasil, Bolsonaro, quien amenaza a contrarios y periodistas con violarlos y ametrallarlos. Cosechando ya muertos.
Los periodistas, víctimas por décadas en países como México, caen ya no sólo cerca, Yamal Khashoggi asesinado por Arabia saudí en Estambul, sino también al investigar corrupción en plena UE: Daphne Caruana (Malta), Jan Kuciac (Eslovaquia) y la semana pasada Victoria Marinova (Rumanía), violada y desfigurada. Unos apuntan, otros disparan. Matan periodistas para matar libertad ciudadana.
Un panorama global tan oscuro puede abrumar. Más, por lo que Sami Nair alerta: Una izquierda populista y reaccionaria existe –él cita 5estrellas en Italia, Francia insumisa y Die Linke en Alemania como anti inmigrantes por electoralismo. Para ser prácticos, vengamos a nuestro ámbito: ¿Aquí el arco de centro-izquierda es capaz de consensuar un objetivo de justicia económica y derechos humanos? Porque al fascismo llegamos por la crisis 2008, corrupción, austericio y paro. Y la migración es el chivo expiatorio de los fascistas hoy, como los judíos en los 40. Lo económico se abordó al negociar presupuestos el PSOE y Unidos Podemos. ¿Qué hay de migración y principios democráticos?
Alarma que, frente al proyecto de exhumación de Franco, todo un Ayuntamiento de Sevilla (PSOE) acabe de aprobar vender el centro de torturas franquista de la Gavidia como gimnasio, hotel o centro comercial, debilitando la memoria del horror franquista. Ello se concatena con que el acto de precampaña de la presidenta de la Junta, la víspera de adelantar autonómicas, es ir a astilleros de Navantia (San Fernando, Cádiz) para recordar su defensa de las 400 bombas y cinco corbetas para que Arabia masacre a los yemeníes.
Silencio sobre el asesinato, el 25 de septiembre de la estudiante de derecho, de 19 años, Hayat Belkacem ametrallada por la Marina Marroquí en el Estrecho. Marruecos reincide y el 10 de octubre hiere a un joven de 16 años. Más silencio. Como sobre por qué huyen. ¿Recuerdan al pescadero de Alhucemas (Rif) al que la policía quitó su mercancía y trituró en el camión de basura? ¿A los 300-600 encarcelados por solidarizarse con él (Hirak)? ¿A los 50 ya condenados a 300 años de cárcel, como su portavoz Nasser Zefzafi? Los marroquíes sí. Y claman libertad y trabajo hasta en el fútbol.
Junta y Gobierno, con globos sondas, adelante y atrás, la presidenta Susana Díaz, la consejera de Asuntos Sociales, María José Sánchez Rubio y la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella trabajan en devolver a Marruecos a los menores supervivientes del mar. Que ni se han escapado de casa, ni soltado de la mano y perdido. Sus familias, desgarradas, les alientan a emigrar. Madres y padres no quieren que les repatríen, sino que les atendamos con humanidad. ¿La Convención de Derechos del Niño (ONU), las leyes, española y andaluza, de protección del menor tienen valor? Es justo y urge compartir la acogida entre comunidades pero, mientras, no es de recibo que Andalucía los meta en sitios como un cortijo para bodas, donde se les esconde durante las celebraciones.
¿Qué pasa cuando administraciones socialistas aplican el discurso racista de incumplir las normas de protección de niños migrantes? Que vecinos, hoy de Puente Genil, asumen los argumentos y se niegan a albergar un centro. “Devolución en caliente”, claman, mientras se definen solidarios. Mañana, el rechazo se extenderá y ahondará. Y lo que evidencia el panorama es que, si se sigue agrandando la brecha entre los valores democráticos que pregonamos y los antidemocráticos que aplicamos, la gente deja de creer en la democracia y pasa de votar a marcas blancas de políticas retrógradas a puros fachas.
Hay que vigorizar los valores, el compromiso con la ley, los derechos humanos y las instituciones. Repartir esfuerzos para que a la ciudadanía machacada por la crisis no se le pida el mayor esfuerzo económico –de competir con los migrantes por subsidios, recursos sociales y empleo- y de mentalidad –siendo los que conviven con ellos, en barrios y colegios.
Nadie dice que sea fácil atender a la raíz de la democracia y no sólo al cálculo electoral para ganar. Y ganar hace falta para incidir en lo real. Pero si no lo hacemos -y vamos a ser necesarios TODOS los demócratas porque al fascismo lo financia, como siempre, el poder del dinero-, sabemos el destino que corremos. El de hace 80 años. Vienen en serio.