El reparto de la tarta de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2015 consolida la creciente distancia entre las comunidades autónomas (CCAA) que reciben más inversión por habitante -dentro de las partidas regionalizables- y las que menos que se ha venido detectando estos cuatro años del Gobierno de Mariano Rajoy. De hecho, en la última legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero (2008-2011) la diferencia entre la que más recibía (Castilla y León) y la que menos (Baleares) era de 3,8 veces, distancia que en el periodo 2012-2015 se ha incrementado hasta 6,4, y continúan siendo estas dos regiones las que siguen en los extremos.
Mientras la Junta de Andalucía está a punto de conseguir que el Gobierno de España le aplace en un par de décadas la obligación de devolver más de 425 millones de euros por la liquidación negativa de los PGE de 2013 -donde según los cálculos del equipo del ministro Cristóbal Montoro recibió más de lo que le correspondía- es interesante echar mano de los números en los que se basa el lamento de esta comunidad autónoma en el asunto de la financiación.
En este sentido, un informe de la Dirección General de Economía de la Junta concluye que los desequilibrios territoriales en términos de PIB (producto interior bruto) por habitante han registrado un aumento en España en los dos últimos años. Para ello considera el coeficiente de variación que permite ver la distancia con la media en relación a unos determinados valores. “Las disparidades interterritoriales se han incrementado un 2,1% entre 2013 y 2011”, según este cálculo. Ese mismo coeficiente de variación sirve para determinar que las disparidades territoriales, con los datos recogidos en la tabla que ilustra esta información, “han crecido un 32,4%”.
Y es que la inversión en los PGE ha ido progresivamente cayendo, resultado de la crisis que ha reducido los ingresos, pero lo han notado unos más que otros. De la media de 495,5 euros por habitante en la legislatura previa se ha pasado 236,1 en la presente, o sea, ha bajado más de la mitad. Lo que ocurre es que pese a que todas las CCAA han sufrido estos descensos, no ha habido un reparto que haya permitido corregir desequilibrios.
212 euros por habitante
La queja de la Junta de Andalucía por el reparto “injusto” -y alejado del peso de su población: es la autonomía con más habitantes- ha sido una constante los años del Gobierno del PP y se ha endurecido desde que se conocen los últimos PGE de la legislatura. Cierto es también que estas cuentas han rematado el progresivo descenso de la inversión por habitante en Andalucía a un ritmo superior a la media. Entre 2012 y 2015 Andalucía habrá recibido 212,4 euros de media por habitante por este concepto, un 56,8% menos que en los cuatro PGE anteriores. Es un 10% menos de media que en el conjunto de las CCAA. Sin embargo, en los PGE entre 2008 y 2011 recibió prácticamente la media de las regiones. Se da la circunstancia, además, de “la caída registrada en Andalucía duplica la de regiones como Galicia (-25,6%), País Vasco (-27,2%) o Castilla y León (-28,9%)”, según apunta el mismo estudio.
“Estos datos ponen de manifiesto la necesidad de reforzar la cohesión territorial, no recortarla, especialmente en una coyuntura como la actual, de forma que las regiones con menor nivel de renta, que son las que están acusando más los efectos de la crisis, puedan mejorar su dotación de stock de capital público y por tanto, mejorar su potencial de crecimiento”, apuntan desde la Junta de Andalucía.
Lo explicaba recientemente la consejera de Hacienda y Administración Pública, María Jesús Montero, tras mostrar su “decepción” con las cuentas. En primer lugar, porque los PGE no contemplan “una compensación” por los tres años anteriores en los que Andalucía ha salido “perdiendo”. Y en segundo lugar, porque “Andalucía vuelve a tener una media de inversión por habitante inferior a la que le corresponde en 2015: 239 euros, frente a Castilla-León, que recibe el triple; a Galicia, que recibe el doble; o a nueve CCAA que reciben una financiación por habitante mayor que Andalucía”.