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Andalucía no logra remontar el número de emprendedores potenciales desde la crisis de 2008

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (2i), junto a los consejeros de Salud y Familias, Jesús Aguirre (2d) y de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, Rogelio Velasco (d), y el director gerente del hospital, Miguel Ángel Colmenero (i), ha asistido hoy, en su primer acto después de estar confinado en su domicilio al dar positivo en covid-19, a la presentación del proyecto del nuevo Hospital Cartuja-Macarena en Sevilla. EFE/ Raúl Caro.

Consuelo Durán

1 de agosto de 2021 20:17 h

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El empeño del Gobierno de PP y Ciudadanos por vender los resultados de su gestión con una Andalucía cada vez más emprendedora, se topa con una cruda realidad y es que el primer año de su legislatura -últimos datos disponibles y cuando todavía no había estallado la crisis de la pandemia de 2020- se ha experimentado un retroceso en estos proyectos, un incremento del miedo a fracasar y, eso sí, un aumento también de la intención de hacerlo en el futuro. Es precisamente ese propósito el que se quiere aprovechar con el recientemente aprobado Plan General de Emprendimiento, el primero de estas características en la comunidad autónoma y que estaba previsto desde la ley 3/2018 de Fomento del Emprendimiento.

El punto de partida es negativo porque Andalucía ha experimentado un descenso notable en emprendimiento en el mapa nacional. Si en 2018 se situaba en primer lugar y 2,4 puntos por encima de la media nacional, en 2019 se vio superada por Madrid y Cataluña con un porcentaje TEA (tasa de actividad emprendedora, en sus siglas en inglés) 2,3 décimas por debajo. Es más, hasta cinco comunidades autónomas se sitúan por delante, ya que junto a las citadas figuran también con mayor índice Castilla y León, Castilla-La Mancha y Cantabria. Este índice, que mide todas las iniciativas empresariales de menos de tres años y medio que existen en un mercado, ha servido como elemento de diagnóstico para esta estrategia prevista para el marco 2021-2027, coincidiendo con el nuevo periodo de programación europeo.

Por el contrario, sí han mejorado los números de emprendedores potenciales, es decir, personas que tienen intención de hacerlo o se encuentran en un proceso por el que crearán una empresa en los próximos tres años. Sucede la tendencia inversa, pues los resultados para 2018 situaban a Andalucía en penúltimo lugar con un 5,8% de población entre 18 y 64 años con esa intención, y en 2019 se observa un incremento hasta el 8,1%, un valor todavía por debajo de la media. De hecho, desde la caída tras la crisis en 2012, el número los emprendedores potenciales no ha conseguido remontar y sigue sin superar la media como sí ha ocurrido en el pasado.

Estos datos los ha extraído la Junta de Andalucía del último informe del Observatorio del Emprendimiento, que revela que entre 2018 y 2019 los andaluces han frenado su emprendimiento, pero ha aumentado su intención de hacerlo en el futuro. “No encuentran oportunidades en el momento actual”, concluye el documento elaborado por la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades. De hecho, el descenso del miedo al fracaso que se experimentó en 2018 ha vuelto a incrementarse hasta el 55,4%, la mayor cifra desde 2012, “sin duda un gran obstáculo para el emprendimiento”, según explican desde el departamento que dirige Rogelio Velasco.

En cuanto a las personas que abandonaron sus proyectos o cerraron sus empresas, suponen el mismo porcentaje sobre el total de la población tanto en 2018 como en 2019 (1,1%). No se ha logrado, pues, resolver el problema de déficit empresarial que comparativamente sigue teniendo Andalucía. Porque, como parte del trabajo previo de elaboración de la estrategia, se ha realizado un análisis de perfiles emprendedores para recoger sus impresiones, motivaciones y experiencias, junto a los del informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) del citado observatorio. En 2019, el 36% de la población adulta de Andalucía percibía buenas oportunidades para crear una empresa en los seis meses siguientes, porcentaje ligeramente superior a la media.

El complicado reto de las 'startups'

En cuanto a las deseadas startups, su número es reducido tanto en España como en Andalucía: el informe recoge que se localizan geográficamente en Madrid y Cataluña con 197 y 55 registradas en la Asociación Española de Startups. En tercer lugar, Andalucía, con 34. En cuanto al capital captado por las mismas, existen también diferencias notables entre la media española y el caso de Andalucía. Según la plataforma Crunchbase, para el periodo 2015-2019 el capital captado en Sevilla y Málaga apenas supera el 3%, lejos del logrado por startups con base en Barcelona (39%), Madrid (28%) e incluso Comunidad Valenciana (8%).

Con este panorama, la Junta de Andalucía ha elaborado un plan con el que, subraya, pretende fomentar el emprendimiento “en un marco de igualdad de oportunidades”, “ponerlo en valor”, “respaldar de manera expresa a los que han tenido experiencias fallidas y optan por nuevas iniciativas empresariales” y “potenciar la innovación”, todo ello mediante instrumentos y servicios bajo el paraguas del Sistema Andaluz para Emprender, con lo que se quieren evitar “solapes y duplicidad” de funciones. 

Sistema Andaluz para Emprender

Para ello, el plan se fija ocho objetivos. En primer lugar, poner en marcha el citado Sistema Andaluz para Emprender. Estará constituido por administraciones, universidades, centros tecnológicos, cámaras de comercio, organizaciones empresariales, escuelas de negocio, entidades financieras…

Pero, además, busca fortalecer el papel de las universidades, la formación profesional y el sistema educativo en su conjunto, como factores clave de la cultura emprendedora y el emprendimiento social y rural, por un lado. Y trabajar para incrementar la creación de nuevas empresas, autónomos y cooperativas; el emprendimiento de base tecnológica y de alto valor añadido; el femenino; el impacto de la inversión que se lleve a cabo; y la retención, atracción y retorno del talento, por otro. 

Se prevé que los resultados comiencen a reflejarse a partir de 2021. En consecuencia, el primer seguimiento para los indicadores se planifica en 2022, y evaluará los logros obtenidos este año. De manera que se hará un seguimiento anual para los objetivos estratégicos que puedan medirse por ejercicio, y otro final (2027) para todo el conjunto. El propósito principal de este último será obtener conclusiones para formular la política de emprendimiento del Gobierno de Andalucía a partir de entonces.

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