Casi 24 de cada 100 contratos que se han formalizado en Andalucía durante el segundo trimestre del año se han realizado en el sector turístico. Un 23,7%, según el observatorio Argos, sobre el mercado de trabajo en el sector turístico. En términos absolutos, las provincias de Sevilla, Málaga y Cádiz concentran la mayor parte de esos contratos: de los 213.610 firmados, el 61% se suscribieron en alguna de ellas. Sin embargo, el peso que el turismo tiene en la economía de sus municipios, tomado de uno en uno, resulta curioso.
El Instituto de Estadística y Cartografía ha elaborado un mapa con información estadística sobre diversos fenómenos de la realidad socioeconómica de Andalucía. El de julio se refiere al turismo y permite establecer el peso que ese sector tiene sobre el empleo en cada municipio y la aportación que realiza esa localidad al conjunto de la comunidad autónoma.
Con esta herramienta en la mano, lo primero que salta a la vista es lo obvio. En azul, cada vez más intenso, los lugares donde el turismo incide menos en el empleo y la economía local: practicamente todo el interior con la salvedad de las capitales. En evolución, desde el naranja claro al rojo intenso, aquellos puntos donde el turismo es uno de los motores del empleo local. El litoral gana por goleada en su aportación al empleo y en la dependencia de sus municipios del sector turístico.
No es sorprendente que en la costa malagueña la mayoría de los municipios tengan entre un 15 y un 35% de los empleos ligados al turismo. Ni que lugares como Torremolinos concentren más del 2% del trabajo que el sector turístico oferta en Andalucía. Lo que resulta llamativo es que en municipios de interior, como Monachil, en Granada, y La Iruela, en Jaén, ocupen el espacio de los pueblos en los que, porcentualmente, más vecinos viven del turismo.
La Iruela (poco más de 6.000 habitantes) está ubicada en el parque natural de Cazorla, Segura y las Villas. El 42% de sus habitantes en edad laboral, desarrolla su actividad en el sector turístico. José Ayala, vicepresidente de la Federación Andaluza de Hoteles y Alojamientos Turísticos (FAHAT), cree que la explicación es sencilla: “Es un municipio con muchos núcleos dentro de su término municipal, que pueden desarrollarse urbanísticamente”. Es decir, en un enclave protegido, tienen posibilidad de crear nuevas infraestructuras de servicios.
Eso es lo que facilita que una de sus pedanías, Arroyo Frío, multiplique su población (200 personas) hasta alcanzar los 3.000 habitantes durante el verano. La estimación de Ayala es que en ese núcleo el 90% de los vecinos viven del turismo, porque concentra casi la mitad de todas las plazas hoteleras del término municipal. Desde su punto de vista, en lugares como éste proliferan las empresas turísticas “simplemente porque es el único sector que se puede tener en un lugar donde hay pocas infraestructuras de transporte que permitan desarrollar, por ejemplo, la industria”. Esto también genera desempleo en un sector concreto. Según los datos de junio del Servicio Público de Empleo (SEPE), en La Iruela había 158 demandantes de empleo. Más de la mitad, 85 asociados al sector servicios.
Monachil, que aparentemente es un ejemplo similar (8.000 habitantes, a los pies de Sierra Nevada) es, según Ayala, un ejemplo diferente. “Tiene buenas comunicaciones, está muy cerca de la capital de la provincia y ha tenido un desarrollo urbanístico menos restrictivo que otros”. En su término municipal están la estación de esquí y todas sus infraestructuras turísticas, lo que genera empleo para los habitantes del pueblo y del entorno.
En el municipio son conscientes de su “dependencia histórica” del turismo, admite la concejala de ramo, Elisa Roldán. La cara es el motor económico que supone para Monachil; la cruz, que todavía no han roto la estacionalidad. “El empleo dura lo que la temporada de esquí; la gente deja de trabajar en mayo y vuelve en diciembre”, sostiene Roldán. Unos datos que se reflejan en los datos del SEPE. Entre enero y junio, el paro ha subido en 139 personas en Monachil. 97 trabajaban en el sector servicios.
Los esfuerzos municipales están centrados en fortalecer las iniciativas dedicadas al turismo rural durante todo el año. “Estamos avanzando lentamente, porque lo que se pone en marcha son negocios de carácter familiar que generan poco empleo”, pero son puestos de trabajo estables.
Lo que deja claro el mapa es que el litoral se sigue llevando la palma. No por la dependencia que sus pueblos tienen del turismo, sino por lo que aportan al conjunto del empleo andaluz. Por ejemplo, en Marbella (alrededor de 140.000 habitantes) 'sólo' 1 de cada 5 trabajadores está vinculado al sector turístico. Aún así, en su término municipal se generan más de 4 de cada 100 puestos de trabajo del sector en Andalucía.
Pero es Sevilla (más de 700.000 habitantes) la ciudad que más trabajo en la rama turística genera en Andalucía: 14 de cada 100 empleos del sector en la comunidad se localizan aquí. Pero el peso sobre el empleo local no llega al 13%, por eso en el mapa aparece en azul pálido. Le sigue, obviamente, Málaga (más de 550.000 vecinos), donde se concentra la décima parte del trabajo del sector en la comunidad, lo que representa el 14% de todos los empleos de la ciudad y le concede un tibio sepia en el mapa.
Curiosamente, Cádiz es la tercera provincia que en el segundo trimestre del año ha creado más empleo en este sector y, sin embargo, su capital no lidera la aportación al sector en la comunidad. Es en Jerez de la Frontera (más de 200.000 vecinos) donde se genera el 5% del empleo del sector en la comunidad. Un punto más que Marbella.