El precio del aceite, más alto que hace un año pero sigue sin cubrir costes
A punto de conocerse los datos del primer aforo de la cosecha de aceituna -la estimación de la campaña que anualmente realiza el gobierno andaluz-, el valor del aceite es un 14,5 por ciento superior al que marcaba hace un año. Pero para el sector sigue siendo insuficiente. ASAJA ha alzado su voz calificando de “sorprendentemente bajos” los precios que en origen se están pagando a los productores.
Según el sistema POOLred, que mantiene actualizados los valores de las ventas en origen, refleja que en la última semana el precio medio del virgen extra, el aceite de máxima calidad, se ha situado en 2,36 euros; el aceite virgen, en 2,16; y el lampante (el de más baja calidad) en 2,01. El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Jaén, Antonio Martín Mesa, señala que el mercado se está comportando con normalidad.
De hecho, toma como referencia los precios de agosto de 2012 del poolred. Entonces un kilo de virgen extra se vendía a 2,21 euros. En agosto pasado el valor medio fue 2,53 euros. “Eso es un 14,5 por ciento más caro que hace un año”, aclara. Entonces, “veníamos de una campaña importante y aún así el precio fue más caro que en 2011”. Otra cosa es que eso sea suficiente para los productores.
El vicepresidente de la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agraria (FAECA), Pablo Carazo, señala que “nos quejamos porque el precio debería haber subido algo más”. De hecho, a comienzos de año, Antonio Luque, responsable de Hojiblanca (ahora Dcoop) auguraba una subida de precios porque “no va a haber aceite para todo el mundo, por lo tanto el consumo tiene que caer al menos un 8% este año, y eso sólo sucederá por una vía, subida de precios. No hay más narices”.
“Por debajo del umbral de rentabilidad”
Sin embargo, febrero fue el mes que marcó el máximo en la subida del precio medio del aceite, en torno a los 3 euros el virgen extra. Después, la bajada ha sido lenta, menos dramática que en años anteriores, pero ha situado el precio del producto “por debajo del umbral de rentabilidad”, subraya Carazo, hasta el punto que “si no fuera por las ayudas de la PAC, mucha gente no podría continuar con su explotación”.
Los productores fijan en torno a 2,44 euros el coste de producción de un kilo de aceite. Es una cifra media. Carazo insiste en que la elaboración de un kilo de aceite virgen extra está por encima de ese precio. Sus expectativas señalaban que, con una cosecha tan pequeña como la última, el precio del virgen extra estaría, aún a estas alturas de año, en torno a los 3 euros. Para el virgen auguraban 2,80 y unos 2,70 para el lampante. Las previsiones no se han cumplido.
Martín Mesa señala que el punto de partida era relativamente bajo. La campaña 2011-2012 batió el récord de producción. Tanto que cuando se cerró en mayo, el precio del kilo de máxima calidad estaba en 1,72 euros. En febrero de este año, cuando ya se daba por finiquitada una campaña tan corta como escasa, el precio estaba en 2,99. Eso es un 72 por ciento de diferencia, al alza, en apenas 7 meses.
El repunte de precios a principios de año, cuando cabía la posibilidad de que escaseara el aceite por la baja producción, entra en la lógica del mercado, según Martín Mesa. La Agencia del Aceite de Oliva apunta que en agosto las existencias de aceite (lo que se denomina enlace de campaña) rondaban las 400.000 toneladas. Para el catedrático, “nos acercamos a una cosecha que será más alta que las existencias que quedan de la campaña anterior, cuando había dudas, y se confirma que habrá suficiente hasta que llegue la siguiente, por lo que los precios tienen que bajar”. Porque esa es la tendencia habitual.
Razones objetivas
Sin embargo, para ASAJA no existen “razones objetivas que justifiquen unos precios en origen tan sorprendentemente bajos” como los actuales. Además, creen que, con el repunte del consumo en el mercado interior y el aumento de las exportaciones, “es probable que en el mes de noviembre se pueda producir cierta escasez de producto”. Y eso, según la organización, debería forzar la subida de precios hasta la entrada en circulación del aceite de esta campaña.
Al margen de esto, uno de los factores que influye negativamente en las ganancias de los productores es, según Martín Mesa, “la asimetría entre la oferta y la demanda” que se da en el sector oleícola: Muchos vendedores para pocos compradores (los distribuidores están muy concentrados) lo que permite a los segundos fijar los precios. En los últimos años, la administración andaluza ha incentivado la concentración de la oferta para negociar en mejores condiciones. Los procesos de agrupación continúan activos.