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25N #Cuéntalo: trabajos libres de acoso sexual

Un asistente fotografía la cabecera de la manifestación feminista con motivo del 25N, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. EFE/Alejandro García
24 de noviembre de 2022 13:53 h

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La violencia de género es una de las mayores lacras a las que nos enfrentamos como sociedad. Es un problema político y social de primer orden, que supone un enorme déficit en nuestros sistemas democráticos. Pero la violencia de género también es un problema laboral, porque que las mujeres tengan un trabajo con condiciones laborales dignas, es imprescindible para que puedan tener independencia económica, dejar atrás a su agresor y comenzar una nueva vida.

La realidad demuestra que aún queda mucho por avanzar, más aún en Andalucía, que ostenta el vergonzoso podio de ser la comunidad autónoma con más mujeres asesinadas por octavo año consecutivo. En el ámbito laboral, los datos de la macroencuesta de violencia contra la mujer del Gobierno central tampoco dejan lugar a dudas; 7 de cada 10 mujeres reconocen haber sufrido alguna vez acoso sexual en el trabajo, pero solo el 2,5% ha presentado una denuncia por miedo a no ser creídas, a la revictimización, a perder sus empleos, o por la falta de red de apoyo.

Por eso, mientras que a las mujeres nos sigan discriminando por razón de sexo, suframos acoso sexual y nos sigan asesinando, es necesario que las administraciones pongan los recursos suficientes y los medios necesarios para combatirlo.

Es una evidencia que el Gobierno andaluz sigue sin priorizar medidas para educar, sensibilizar, prevenir, proteger y amparar; no convoca los órganos de participación ciudadana; y da un paso más allá, eliminando recursos

Es tan evidente que estamos ante un problema real y de primer orden, que se hace difícil comprender que el Gobierno andaluz continúe con la tendencia que inició en la etapa anterior de no apostar por la lucha activa contra esta lacra. Una lucha en la que no valen buenas palabras, sino acciones y medidas acompañadas de presupuesto, y los del Ejecutivo andaluz para 2023 están llenos de fondos europeos y de fondos provenientes del Pacto de Estado contra la violencia de género pero, como ocurriera con el presupuesto de los años anteriores, los recursos propios destinados a combatirla, brillan por su ausencia.

Es una evidencia que el Gobierno andaluz sigue sin priorizar medidas para educar, sensibilizar, prevenir, proteger y amparar; no convoca los órganos de participación ciudadana; y da un paso más allá, eliminando recursos; lo que se traduce, por ejemplo, en que los Juzgados de violencia de género siguen bajo mínimos.

Tampoco lleva en su agenda política poner recursos para enfrentar el acoso en las empresas o sensibilizar en los puestos de trabajo, y desarticula todos los mecanismos para que las mujeres víctimas de acoso en el entorno laboral puedan defenderse y ejercer sus derechos a través del protocolo de acoso en las empresas, facilitando la movilidad geográfica o una excedencia, entre otras opciones.

Hay dos formas de ser negacionista: la de los discursos machistas de quienes niegan lo evidente; y la de quienes ponen en peligro los avances a través de la política del no hacer y de la eliminación de recursos y medidas que defienden la igualdad

El discurso político de buena voluntad queda solo en eso, en palabras; mientras, Andalucía necesita que el Gobierno de la Junta haga una apuesta decidida con fondos propios, con gastos estructurales, permanentes, con personal adecuado y estable. Una necesidad que, por el momento, parece no estar en la agenda política del presidente que se vanagloriaba de serlo de todos los andaluces y andaluzas en su discurso de la victoria.

A nuestro modo de entender, hay dos formas de ser negacionista y de situarse en contra de los avances y de la igualdad: la de los discursos machistas y reaccionarios de quienes niegan lo evidente; y la de quienes ponen en peligro los avances a través de la política del no hacer y de la eliminación de recursos y medidas que defienden la igualdad.

En cualquiera de los dos casos, desde CCOO lo vamos a combatir porque creemos en la igualdad de oportunidad y en una sociedad donde la convivencia y el respeto sean la base para avanzar en igualdad y en democracia.

Y este 25 de noviembre ‘Día internacional contra la violencia de género’ volveremos a demostrarlo, saliendo a las calles de toda España y de Andalucía.

Porque en CCOO estamos del lado de las mujeres y vamos a seguir reclamando, luchando, reivindicando y trabajando para que todas y cada una de nosotras seamos y estemos libres de cualquier tipo de violencia: sexual, moral o laboral.

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