Espadas exhibe sus galones como líder del PSOE-A ante las críticas internas por un pacto con el PP
Juan Espadas no lleva ni tres meses como secretario general de los socialistas andaluces, pero ya se le ha levantado alguna que otra voz crítica (muy minoritaria, eso sí, y encarnada básicamente en el que fuese candidato a las primarias Luis Ángel Hierro) dentro del partido. Situar al PSOE-A en predisposición de aprobar los presupuestos de la Junta ha generado cierto nerviosismo interno, lo que ha llevado a Espadas este viernes de manera pública a marcar su terreno, incidir en que es él quien traza la línea estratégica del partido y darle un tirón de orejas a estos críticos, a los que ha recordado que los tiempos han cambiado y que hay un nuevo liderazgo en el partido.
La escenificación tenía lugar con el secretario general de los socialistas catalanes, Salvador Illa, como testigo, en la rueda de prensa posterior a un encuentro entre ambos. Ahí Espadas ha insistido en intentar pactar con el Gobierno andaluz los presupuestos para 2022 por mucho que pueda sorprender su disposición a un acuerdo con PP y Cs, y ha reconocido que “incluso desde mi partido se alarman porque podamos estar en una estrategia de apoyo al PP”. Y a esos compañeros se ha dirigido de manera directa con un “mensaje claro”, reclamándoles “lealtad, trabajo y algún que otro tuit menos”.
La advertencia la ha hecho “sin acritud, pero sí con contundencia”. Y la base de la misma es que, como secretario general, tiene “la legitimidad” para plantear una negociación que sitúe al PSOE “en la centralidad del discurso político en la que ahora está”. “Hay que trasladar que el PSOE piensa en los intereses de los andaluces, no de los militantes socialistas”, siempre anteponiendo que haya una probabilidad real de sacar las cuentas para 2022 que a su juicio pasa por que el PP no se enroque en ciertas posiciones. “De lo contrario no habrá presupuestos, pero creo que merece la pena intentarlo”.
Los andaluces antes que los compañeros
Espadas ha llegado a dirigirse directamente a esas voces críticas, trasladándoles un mensaje diáfano: “Cuando en política uno asume su responsabilidad, o piensa en los andaluces o piensa en algunos compañeros de su partido, y yo pienso en los andaluces, porque además es la mejor manera de que el PSOE de Andalucía pasado mañana sea Gobierno”.
El secretario general ha asegurado que acepta “opiniones y críticas”, pero no admite que “desde el desconocimiento del planteamiento que se ha hecho” al Gobierno de la Junta alguien que “está en fuera de juego desde el 13 de junio [cuando se celebraron las primarias en el PSOE andaluz] ponga un tuit y crea que puede generar polémica en el partido”. Un partido que, a su entender, “no necesita polémicas sino volver a conectar con la ciudadanía”.
“Ni ir por libre ni pedir tutelas”
El recado ha ido más allá, ya que invita a hablar “si es posible en los órganos del partido”, aparcando en lo posible discrepancias públicas que no llevan a ningún lado. Y ha reiterado que la iniciativa política en el PSOE-A le corresponde a él, y que después “haré partícipe a mi partido” para ver el nivel de respaldo que tendría un hipotético acuerdo que a día de hoy no existe porque, por lo pronto, la negociación todavía ni ha arrancado.
En este sentido, y preguntado por si ha transmitido sus intenciones a los ocho secretarios provinciales, también ha sido explícito al apuntar que “esto no va de ir por libre ni pedir la tutela o la autorización de nadie”. A su juicio, la mejor manera de “defender los intereses de los andaluces” es intentar que haya presupuestos en 2022, porque hablamos de unas circunstancias “excepcionales” provocadas por una pandemia “que es lo más parecido a una guerra en impacto social, económico y destrucción del tejido empresarial”. De paso, ha recordado que colectivos económicos, sociales y profesionales reclaman que Andalucía tenga cuentas nuevas en 2022, “y sabemos que no las habrá si el PSOE no se sienta”.
No obstante, este acuerdo parece hoy más lejano que hace una semana por las discrepancias que está generando la reforma fiscal que PP, Cs y Vox consensuaron en primavera y que en unos días llega al Parlamento andaluz para su aprobación. Aquí PP y PSOE mantienen una postura tan antagónica que parece un escollo difícil de superar de cara a un pacto presupuestario: los populares lo consideran una cuestión irrenunciable y los socialistas entienden que sólo beneficia a los que más tienen, por mucho que Espadas la definiese este viernes como “una mini reforma fiscal de la Señorita Pepis”. “En materia fiscal tenemos una imposibilidad manifiesta de llegar a acuerdos”, reconocía el secretario general del PSOE-A.
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