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Espadas lanza un órdago a Moreno: una alianza PP-PSOE más allá del Presupuesto andaluz de 2022

Juan Manuel Moreno y Juan Espadas se saludan en el Parlamento andaluz.

Daniel Cela

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“Nunca ha habido un acuerdo político entre el primer partido del Gobierno y el primer partido de la oposición. Y un momento excepcional requiere un acuerdo excepcional”. El secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, ha lanzado este jueves un órdago sin precedentes al presidente Juan Manuel Moreno, al proponer en el Parlamento una suerte de 'gran coalición' con el PP, su rival político en las próximas elecciones autonómicas, aún sin convocar.

La fórmula que plantea Espadas es una sacudida política porque no parece coyuntural. No se circunscribe solo a la negociación de los Presupuestos de 2022, que arranca este viernes en el Palacio de San Telmo de Sevilla, donde Moreno recibirá a Espadas y a los portavoces del resto de grupos parlamentarios. El nuevo líder socialista llevará consigo una lista de peticiones concretas para apoyar las cuentas de la Junta del año que viene, las últimas de la legislatura. Pero también quiere arrancar al presidente andaluz “un compromiso político” de más alcance -“al menos de tres años de vigencia”- que pasa por garantizar la equiparación salarial progresiva de los médicos y profesores andaluces con la media de España.

Más allá de los números, destaca la arriesgada fórmula alemana de la 'gran coalición' entre socialistas y conservadores en Andalucía, dos partidos enfrentados a cara de perro en el Congreso. “Las dos únicas fuerzas que pueden hacer posible que haya un Presupuesto en 2022 son PSOE y PP. Un momento excepcional requiere una decisión excepcional”, ha insistido Espadas, muy consciente de que su apuesta política va un paso más allá de las alianzas que está trazando el propio presidente andaluz con otros líderes socialistas.

Espadas es alcalde de Sevilla, la mayor capital que gobierna el PSOE en España, y fue consejero de Vivienda con los últimos ejecutivos de Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Pero acaba de aterrizar en la secretaría general de un PSOE andaluz desorientado en la oposición, tras 37 años en el poder, que aún no ha dado con la fórmula para hacer mella en el Gobierno de Moreno. Su posición como candidato a las andaluzas aún es frágil, porque en gran parte de Andalucía sigue siendo un desconocido. En muchos aspectos, este giro de guión con su apuesta por un pacto PP-PSOE en el tramo final de legislatura recuerda al que protagonizó el propio Moreno en 2018, cuando apoyó por sorpresa la reforma del modelo de financiación pactado previamente por tres partidos de izquierdas -PSOE, Podemos e IU-, algo que incomodó mucho al entonces Gobierno de Mariano Rajoy.

Peleando por el voto de centro

En clave electoral está en juego el voto de centro que se disputan dos líderes moderados: uno desde el centro izquierda que necesita movilizar a los 400.000 simpatizantes socialistas que en los comicios de 2018 se quedaron en casa; y otro desde el centro derecha que busca ensanchar su base social a costa de distanciarse de Vox, fagocitar a Ciudadanos y ganarse a un puñado de socialistas desencantados.

Moreno da por seguro que su socio de legislatura, Vox, se ha instalado en “clave electoral”. La ultraderecha difícilmente respaldará las cuentas del año que viene, que se aprobarían en diciembre, difuminando el escenario de un adelanto electoral en la primavera de 2022. El presidente andaluz está acuñando un perfil de líder moderado, capaz de trazar “alianzas al margen de las trincheras ideológicas y de partido”, como su reciente acuerdo con el presidente de la Comunidad Valenciana, el socialista Ximo Puig, para reclamar al Gobierno una mejor financiación de sus territorios. Desde esa perspectiva, no descarta avanzar a tientas por un territorio inexplorado en España, como el primer acuerdo presupuestario entre PP y PSOE (las cuentas de 2022 alcanzarán una cifra récord superior a los 45.000 millones de euros y sentarán las bases de la recuperación y la transformación del modelo productivo con la inyección de capital de los fondos europeos Next Generation).

Pero Moreno pide cautela, espera compartir “cifras y números” con su rival socialista, y calibrar su predisposición a llevar sus exigencias en materia de financiación al Gobierno de Pedro Sánchez. “En el momento de la verdad, al PSOE andaluz le tiemblan las rodillas a la hora de enfrentarse al todopoderoso aparato orgánico de Ferraz, y decide comportarse como una sucursal de los socialistas en Andalucía”, ha dicho este jueves en el Parlamento.

A Espadas, un pacto PP-PSOE de esta magnitud le serviría para ganar tiempo y darse a conocer como candidato a presidente de la Junta, evitando un adelanto electoral inminente. Los socialistas andaluces, tras la marcha de Susana Díaz, están en fase de reconstrucción por dentro y por fuera. El órdago de su nuevo líder es un cambio de paradigma en la estrategia de oposición que ejercía Díaz al Gobierno de Moreno, al que hasta hace dos días llamaban “rehén de la extrema derecha”. El todavía alcalde de Sevilla podrá negociar en paralelo un Presupuesto municipal con las fuerzas de izquierda en el Ayuntamiento (Podemos-IU) y con el PP paras las cuentas autonómicas, consolidando así su vocación pactista.

Sanidad, educación y política social

El contexto económico que hay detrás de la propuesta de equiparación salarial de sanitarios y profesores andaluces es pertinente: España se asoma a un repunte de la inflación y del coste de vida que empuja a los gobiernos a replantearse el aumento del salario de los funcionarios, médicos y maestros sobre todo, cuya implicación en los peores momentos de la pandemia se ha traducido en un sobreesfuerzo laboral notable. El líder socialista quiere comprometer al presidente andaluz a “equipar los salarios del personal sanitario andaluz, y del profesorado, con el resto de comunidades”. “Esto no se puede hacer en un solo presupuesto, obviamente, pero queremos que haya un compromiso político escrito, al menos a tres años para acercarnos a la media nacional, porque Andalucía no está ni siquiera en la banda baja de salarios, sino al final”, insiste.

Espadas no ha cifrado cuánto costaría este compromiso político en el primer ejercicio de planificación -“esa es una propuesta que le corresponde al Ejecutivo andaluz”-, y ha admitido que la equiparación salarial con el resto de comunidades “es un compromiso que tenía el Gobierno socialista y que no fuimos capaces de cumplir”. La equiparación salarial fue también una promesa electoral del PP en los últimos comicios.

El sucesor de Susana Díaz es un candidato extraparlamentario, que este jueves convocó por sorpresa una comparecencia en el Parlamento minutos antes de que arrancaran las preguntas al presidente en la sesión de control al Gobierno. Espadas acudirá el viernes a San Telmo “con voluntad de diálogo”, “no voy con líneas rojas”, ha dicho, aunque en la exposición de sus propuestas ha trazado algunas condiciones “necesarias”, como la vuelta a la presencialidad de los pacientes en los centros de Atención Primaria, un foco de tensión entre el colectivo de sanitarios y la principal línea de oposición de los partidos de izquierda. A Espadas le han preguntado si firmaría un Presupuesto andaluz con el PP en el que también estuviera Vox, el partido de ultraderecha que ha apoyado las tres últimas cuentas de la Junta y garantizado la estabilidad del Ejecutivo de Moreno. “Si el PSOE tiene un acuerdo presupuestario con el PP, ya le digo yo que en esa mesa no estará Vox”, ha asegurado.

Es difícil imaginar que el último Presupuesto del primer Gobierno de centro derecha en Andalucía, tras 37 años de socialismo en el poder, logre conciliar los votos de fuerzas antagónicas como PP, PSOE y Vox. El portavoz de la ultraderecha en la Cámara, Manuel Gavira, ha calificado de “tinglado” los próximos Presupuestos y ha acusado a Moreno “de ser ya parte de la herencia recibida del PSOE”.

Si prosperase esta alianza “antinatura”, los de Santiago Abascal tendrían prácticamente hecha la campaña. El presidente andaluz, ya liberado del corsé de autocontención que ha distinguido su cara a cara con Vox a lo largo de la legislatura, le ha afeado a Gavira el tono “electoralista” y su “afán de erosionar al Gobierno del que ustedes han participado desde fuera los últimos tres años”. Moreno ha terminado advirtiendo a su interlocutor del trasvase de apoyos de Vox al PP: “Pregunte a sus votantes. No confunda lo que quieren sus votantes con lo que quieren los afiliados de su partido, porque le puede llevar a la frustración”, espetó.

Los ejes de Espadas

Los ocho ejes que sintetizan la propuesta de acuerdo que Espadas llevará este viernes a San Telmo comparten muchos puntos en común, al menos sobre el papel, con las prioridades de gasto que defiende la Junta de PP y Cs. El socialista ha reclamado “transparencia y rigor” para “poder fiarse” de Moreno, y para ello exige conocer la “ejecución presupuestaria real de los últimos presupuestos”. El PSOE viene acusando a la Consejería de Hacienda de no estar gestionando bien los millones que le ha inyectado el Gobierno de Sánchez durante la pandemia, una denuncia que ha verbalizado el propio presidente, aunque posteriormente su ministra de Economía admitió que otras comunidades se habían topado con las mismas trabas burocráticas para gestionar las ayudas directas a empresas.

Una línea de debate clara entre ambos mandatarios será el destino de los fondos europeos Next Generation, que se van a concretar parcialmente en octubre. Espadas quiere saber los planes de Moreno y éste demanda más información al Gobierno central. Otro de los ejes del PSOE es el “blindaje de los servicios públicos”; el aumento de plazas en residencias para dependientes, del 2,6% previsto por la Junta, “al 7% en 2022 y un nuevo aumento en 2023”. En Igualdad reclaman más fondos propios para los centros de atención a las mujeres víctimas de la violencia machista; en Empleo, piden invertir los 127 millones de euros que han recibido este mes, más los que vengan posteriormente, a proyectos de empleabilidad para jóvenes -Andalucía tiene un 42% de paro juvenil-, para emprendimiento, microempresas y apoyo al empleo de mujeres en el medio rural.

Espadas reclama activar inversiones públicas comprometidas y no iniciadas en el Presupuesto en vigor, con casos en todas las provincias, y ejemplificados en la Ciudad de la Justicia de Sevilla, un proyecto que él mismo abanderó junto al vicepresidente Juan Marín. También pide una especial atención hacia los municipios, aumentando la Patrica hasta los 600 millones de euros para los ayuntamientos. En Educación coincide con el PP en la necesidad de aumentar las plazas de FP, “pero no a través de subvenciones a institutos privados”. “Están privatizando una formación básica para el empleo”, ha denunciado. Por último, ha exigido que se ejecute y se cumpla la Ley de Memoria Histórica de Andalucía.

El Ejecutivo andaluz aún no ha esbozado la envolvente financiera del Presupuesto de 2022, pero prevé llevar el anteproyecto al Consejo de Gobierno antes del 30 de octubre, como prevé la ley. Fuentes de la Consejería de Hacienda aseguran que el plan previsto es diseñar las cuentas e iniciar la tramitación parlamentaria “hasta donde sea posible”. Dependerá de cómo evolucione la negociación política para alcanzar un acuerdo con los partidos de la oposición. El reglamento de la Cámara permitiría a la Junta retirar el proyecto de Presupuestos antes del debate de totalidad definitivo, evitando así la derrota política en el Parlamento, y prorrogando las cuentas del presente ejercicio.

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