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Espadas pidió a Díaz que no dimitiese para no forzar una gestora

Juan Espadas y Susana Días se saludan tras los resultados de las primarias socialistas del pasado 13 de junio

Javier Domínguez Reguero

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“No es la mejor fórmula para el PSOE de Andalucía”. El candidato socialista a la Presidencia de la Junta, Juan Espadas, ha aclarado, ante la insistencia de los periodistas, que fue él mismo el que pidió a Susana Díaz que no dimitiera de su cargo como secretaria general. Según los estatutos del PSOE, en su artículo 344, la dimisión de la secretaría general conllevaría la constitución de una gestora, hecho que a juicio del nuevo líder socialista en Andalucía “no está justificada ni beneficia a la organización”.

Espadas ha insistido en la “disposición absoluta” que Díaz ha mostrado desde que se conociera su derrota en las primarias del pasado 13 de junio. “No hay ningún tipo de empecinamiento personal sino un dialogo fluido para que esto [la transición de poder] salga bien”, ha rematado. Desde entonces ha querido liderar un “proceso de normalización” pese a los movimientos de Ferraz, donde incomoda la existente bicefalia dentro de la federación andaluza.

Espadas, en su presentación ante el grupo parlamentario socialista este jueves, ya adelantó que la decisión de Díaz se conocería en “unos días”. Sin embargo, y ante el avance de las jornadas, la incertidumbre se ha mantenido. Hasta hoy. En la rueda de prensa tras su reunión con el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, el regidor hispalense ha querido remarcar que el “bloqueo” que se asumía a la expresidenta de la Junta de Andalucía ha sido un proceso de transición gestionado por el propio mismo. Además ha resaltado que el relevo orgánico se está llevando a cabo “sin injerencias ni presiones por parte de la Ejecutiva federal”.

Días de transición

Tras la victoria de Juan Espadas, su rival en las primarias, Susana Díaz anunció que no se presentaría a la reelección en el congreso regional de diciembre. Dio un “paso al lado” y cedió el testigo para “no estorbar”. Sin embargo no aclaró su futuro. Anunció una marcha en diferido ya que su intención era la de mantener su puesto hasta el próximo congreso regional que está previsto en diciembre.

“No hay bicefalias, la militancia ha hablado y sólo hay un liderazgo”, apuntó Espadas conocedor que lo que se venía. Díaz tenía que asumir la derrota y para ello se le concedió tiempo. Su encaje en la “nueva etapa” del socialismo andaluz estaba en el aire y no se resolvió en el primer encuentro entre ambos. El pasado 18 de junio Espadas y Díaz se reunieron para hablar de la reestructuración del grupo parlamentario. Nada más.

Mientras desde Ferraz, que había despejado balones al principio de semana, redobló la presión para instar a la secretaria general de los andaluces a dimitir. La Ejecutiva federal descartaba el “manu militari”, pero al mismo tiempo, se impacientaba. Además forzar la salida de Díaz tiene difícil encaje bien por el recelo de victimizarla bien por el hecho de que los propios estatutos socialistas, tras la reforma del congreso federal de 2017, imposibilitan esta opción.

De nuevo, primarias

La nueva dirección política en PSOE de Andalucía es en la actualidad “de facto” mientras que en la Ejecutiva federal buscan cuanto antes que sea “de iure”. Juan Espadas quiere tener el control de los tiempos y ha reiterado que en los próximos días se conocerán las decisiones acordadas con Susana Díaz para que el resultado de las primarias se refleje en el día a día del PSOE-A. Con “lo mejor para la organización” como mantra y descartada la dimisión, la única vía posible para salvar el nombramiento de una gestora es la convocatoria de unas primarias a la secretaría general.

A principios de semana la dirección socialista decidió adelantar al 3 de julio -estaba fijado para el 17- el Comité Federal. Otra vuelta de tuerca más de la Ejecutiva federal para asegurar que el relevo en la secretaría general de Andalucía fuera efectivo para el 40º Congreso federal que se llevará a cabo en Valencia a mediados de octubre. La intención es que Díaz no ostente ningún cargo orgánico que pudiera influir en la designación de los delegados tanto a nivel regional como federal.

Con esta maniobra hay vía libre para adelantar las primarias a la secretaría general del PSOE-A. En teoría los congresos regionales deben celebrarse después del federal, pero es la única opción que tiene Ferraz para garantizar la salida pactada de Díaz.

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