Agua
Sierra Nevada quiere “cultivar” nieve para garantizar la temporada de esquí
El cambio climático y sus consecuencias asociadas, como el aumento de la temperatura y épocas de sequías prolongadas como la que vive España en la actualidad, están llevando a algunas administraciones a adoptar medidas extraordinarias para paliar sus efectos. El último ejemplo lo está llevando a cabo la Junta de Andalucía con Sierra Nevada. Cetursa, la entidad que gestiona la estación de esquí granadina, ha iniciado una licitación para el “cultivo” o almacenaje de nieve a través un método conocido como “snow-farming”, que consiste en guardarla de una temporada a otra. Una idea que ecologistas y especialistas en medio ambiente desaconsejan y que esta primavera no se podrá llevar a cabo precisamente por la falta de precipitaciones.
Se da así la paradoja de que mientras Sierra Nevada ha vivido una de las temporadas invernales con menos nevadas de las que se recuerdan en las últimas décadas, el Ejecutivo andaluz quiere utilizar parte de la nieve que cubre la montaña más alta de la península Ibérica para tener recursos para abrir la próxima campaña de esquí que suele empezar a finales de noviembre. Sin embargo, como precisamente no han caído precipitaciones suficientes, el calor a mediados de abril es muy elevado y el pronóstico del tiempo amplía el periodo de sequía, desde Cetursa admiten que “no se dan las condiciones” para llevar a cabo el 'snow-farming' en este momento, y recuerdan que el proyecto no se ejecutará nunca hasta que no se hayan concedido todos los permisos necesarios, incluyendo los ambientales.
Este almacenaje o cultivo -por su traducción inglesa- de la nieve es una técnica que guarda una capa importante de nieve bajo lonas especiales que repelen el calor durante los meses en los que las temperaturas son más elevadas. Según algunos estudios, entre un 60 y un 70% de esta nieve “cultivada” sobrevive de una temporada a otra y permite que la estación de esquí pueda utilizarla como recurso en el caso de que no haya suficientes precipitaciones que permitan la apertura de la temporada invernal. Tratando de emular este modelo, que se ha llevado a cabo en países como Suiza o Finlandia, así como en el Pirineo aragonés, Cetursa quiere aplicarlo en Sierra Nevada.
145.000 euros sin fecha de ejecución
Para ello, ha puesto en marcha una licitación por un importe de 145.200 euros para que una empresa se haga cargo del “diseño, transporte, suministro, montaje y mantenimiento de un sistema que permita almacenar nieve de una temporada de invierno a otra, para así poder utilizarla al principio de la temporada siguiente”. En principio, esta oferta pública contempla un contrato de un año de vinculación, pero como las condiciones climáticas no son propicias, Cetursa no realizará el proyecto este año, sino que lo pospondrá, aunque la licitación sigue su curso.
Si la Junta de Andalucía no da marcha atrás en su intención de cultivar la nieve de Sierra Nevada para asegurarse el ser una de las primeras estaciones de esquí de España en abrir cada invierno, el 'snow-farming' será una realidad antes o después, pese a las advertencias de ecologistas y especialistas en medio ambiente.
Pegas
En Ecologistas en Acción denuncian que esta práctica es dañina para el entorno en varios sentidos y vuelve a evidenciar que Cetursa opera sin preservar la biodiversidad de un entorno natural que es reserva de la biosfera por la Unesco desde 1986.
“Dejando aparte la eficacia del proyecto, denunciamos que se trataría de una nueva captura de agua para el beneficio particular, dañando al medio ambiente y la economía de los agricultores que dependen de las aguas del río Monachil -que se surte directamente por la nieve y la lluvia de Sierra Nevada- para sus cultivos”, señalan en un comunicado. “Además, el lugar donde se decida colocar este depósito artificial ocuparía más de mil metros cuadrados de suelo, que según la idea de proyecto tendría que situarse en una zona protegida del sol y los vientos, o sea, en los lugares de mayor biodiversidad del espacio natural, afectando a especies protegidas o endémicas que desaparecerían para siempre”.
¿Agua que se pierde?
En ese sentido, Ignacio Henares, biólogo y especialista en Medio Ambiente por la Universidad de Granada, recuerda que Sierra Nevada es “la estación de esquí más meridional de Europa y las condiciones climáticas, por lo tanto, no son análogas a las de otras zonas en las que se ha realizado esta técnica”. Es decir, al estar más al sur, el calor es más notable y las dificultades tanto para que haya precipitaciones como para conservar la nieve se elevan. Otro aspecto que señala es que este almacenaje afectaría a la biodiversidad del entorno porque la nieve acaba derritiéndose y siendo agua para un entorno al que no llegaría si se guarda simplemente por afán empresarial: “No es cierto, como dice la Junta, que la nieve es agua que se pierde porque es agua que forma parte de un ciclo natural”.
“Al final es una cuestión de marketing. Cetursa lleva años haciendo un esfuerzo para tener equipos que le permitan arrancar la temporada de esquí en diciembre, pero este año sin ir más lejos han abierto con apenas 2 kilómetros. A eso no se le puede llamar estación de esquí”, lamenta Ignacio Henares. No obstante, apunta que en Sierra Nevada hay zonas en las que se realiza una técnica similar para almacenamiento de nieve -aunque no cubierta- en las zonas más altas de la montaña. “Esto se ha hecho en alguna ocasión, pero ha supuesto muchos esfuerzos y no sería óptimo para lo que se pretende hacer, ya que habría que usar maquinaria pesada que dañaría el suelo”.
“Para que no se provoque un daño a la vegetación habría que tener al menos medio metro de nieve y eso solo se consigue en las zonas más elevadas”. Por ejemplo, algunas especies como los enebros centenarios podrían dañarse irreversiblemente y tardarían mucho tiempo en volver a aparecer porque su siembra artificial no suele funcionar. Si bien es cierto que Sierra Nevada tiene una altura que le permite sortear el calor y mejorar las posibilidades de mantener el suelo nevado más tiempo, también es verdad, según apunta Henares, que en los próximos 20 años las temporadas invernales cada vez serán más “irregulares” y “secas”. Por lo que este proyecto acabaría fracasando empresarial y medioambientalmente.
A pesar de las dudas que aportan los conservacionistas, estaciones de esquí de España como Candanchu en el Pirineo aragonés han llevado a cabo este proyecto. En este caso, el 'snow-farming' se realizó en 2018 y, según explican a este medio los responsables de dichas instalaciones, “la prueba fue un éxito hasta cierto punto”. Sin embargo, debido a “las condiciones y la logística que implicaba” decidieron no continuar con ella. Una realidad que, según ecologistas y expertos, acabará imponiéndose también en Sierra Nevada.
De momento y con respecto a esta temporada, desde Cetursa admiten que “debido a la ausencia de nieve en las zonas indicadas para el posible uso de esta técnica, se pospone para cuando las condiciones sean favorables y, como se prevé en los pliegos, cuando la autoridad ambiental dé su visto bueno. En todo caso, cabe recordar que la solución técnica que se escoja se trasladará al Parque Natural de Sierra Nevada para su valoración”.
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