Podemos y PCA marcan el camino para superar Izquierda Unida
Este fin de semana han coincidido dos eventos en Andalucía en los que no se ha dejado de mencionar a IU. Por un lado, el congreso del Partido Comunista de Andalucía (PCA), que ha elegido nuevo líder con el mandato de “superar IU”, y por otro, la reunión del Consejo Ciudadano Andaluz (CCA) de Podemos, donde se ha debatido su estrategia de confluencia con la coalición de izquierdas y otras fuerzas de cara a los próximos procesos electorales.
En los dos casos se ha hablado de la necesidad de construir un nuevo sujeto político en Andalucía que plante cara a los socialistas y evite a la derecha. IU tiene en Andalucía su asamblea fijada para los días 7 y 8 de octubre, cuando ya se encontrará con este panorama resuelto en la que es su principal fuerza, el PCA, y en los que son sus potenciales socios más importantes de cara a una confluencia, Podemos, pese a que en los dos casos haya otros actores.
Desde el PCA se resisten a hablar de hacer desaparecer IU, e insisten en que se trata de hacer volver este proyecto “a sus orígenes”, en palabras del recién elegido líder Ernesto Alba (por cierto, responsable de Acción Política y Relaciones Políticas en la ejecutiva de Alberto Garzón), y desde Podemos, su coordinadora general en Andalucía, Teresa Rodríguez, manifestaba este domingo que ellos no van a decirle lo que tiene que hacer. Pero sí han definido cómo es su camino a la confluencia, tras valorar este domingo el CCA las enmiendas a la propuesta que presentó el secretario Político, Jesús Rodríguez, donde se pedía que la coalición de izquierdas rompiera sus pactos de gobierno con el PSOE -que en el caso de Andalucía en una treintena de gobiernos locales- pese a que luego lo han matizado.
“Tenemos que construir ese nuevo sujeto político en Andalucía, que sea capaz de lanzar el mensaje a la ciudadanía de que no hay que elegir entre lo malo y lo peor, sino que es posible vislumbrar a largo plazo una alternativa a las políticas de austeridad del PP y que no pasen por la continuidad de las del PSOE-A”, ha expresado Teresa Rodríguez, quien está obligada a desarrollar el mandato del CCA y las bases de Podemos en Andalucía para que la organización tenga autonomía en estas decisiones, sin esperar a un mandato de Pablo Iglesias.
De momento, los pasos hacia esa autonomía han entrado en punto muerto cuando ha tocado hablar de lo político, y como el PCA no habla de disolver IU, Teresa Rodríguez tampoco plantea lo de romper con el resto de Podemos, pero la construcción de una marea en el sur sería la única salida si sigue ese bloqueo a su exigencia de más autonomía. El nombre de la candidatura de Teresa Rodríguez, cuando decidió adelantar las primarias y arrasó el pasado mes de noviembre, ya daba una pista: Por una marea andaluza.
El mismo día, en el congreso del PCA, se ha plasmado el consenso para impulsar una “herramienta electoral” a partir de “las experiencias de IU, Unidad Popular y otras candidaturas que ya están gobernando en muchas ciudades”. De hecho, el PCA no quiere que IU funcione como un partido, con cuotas y sus afiliados y todo, sino que sea esa “herramienta electoral”. Y si el PCA reivindica su autonomía para construir esa confluencia, no tiene por qué ser con IU. Ya lo comentaba el hasta ahora secretario general del PCA, José Manuel Mariscal, en una entrevista con eldiario.es/andalucia: “Para mí, lo único irrenunciable es el PCA”.
La realidad es que hay una cosa en la que Teresa Rodríguez coincide con su homólogo de IU, Antonio Maíllo, quien como miembro del PCA ha participado también en el congreso del fin de semana, y es la necesidad de construir ese nuevo sujeto político. De hecho, es él quien le ha urgido a hacerlo cuanto antes. Lo que no se sabe todavía es qué papel jugará Antonio Maíllo en ese proceso porque todavía quedan tres meses para el cónclave de IU.
El papel de Antonio Maíllo es clave porque, más allá de sus buenas relaciones con Teresa Rodríguez, ha sido el encargado de construir los últimos años este mensaje de unidad popular, con Alberto Garzón como aliado. Pero sobre todo es clave porque es Andalucía donde reside la mayor estructura de IU, formación que ha llegado a gobernar la comunidad autónoma en coalición con el PSOE y tiene más de 70 alcaldías en estos momentos.
En este empeño, puede ganarse apelativos como el de “enterrador de IU” que ya ha recibido Alberto Garzón, pero también tendrá que lidiar con un bloque de resistencia dentro de la propia coalición de izquierdas, que aunque minoritario, incluye a algunos de los históricos de la federación que encuentran que en este camino los pasos los está marcando Podemos. De hecho, en el propio PCA se ha dado por primera vez en Andalucía la situación de que el congreso ha tenido que decidir entre dos listas, la de Ernesto Alba, que se ha impuesto por un 61%, y la del diputado por Sevilla Miguel Ángel Bustamante.
Sin embargo, Antonio Maíllo, cuya apuesta en su día por la confluencia Unidos Podemos fue decisiva por el peso de la organización en el conjunto de IU, insiste en que su apuesta por el nuevo sujeto político se haga “en igualdad de condiciones” con Podemos. Entre otras cosas, porque está convencido de que IU puede atraer en Andalucía a una gente que los de Pablo Iglesias por sí mismos no conseguirían.