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Junta, sindicatos y patronal firman el pacto económico que arrincona al PP

El Gobierno andaluz, CCOO, UGT y la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) rubricaron ayer el Acuerdo para el progreso económico y social de Andalucía, la piedra angular que sostendrá el futuro Pacto por Andalucía. La llave que abrió la puerta a la firma de patronal y sindicatos, es el compromiso adquirido en él por la coalición de gobierno andaluz, PSOE-IU, de negociar y consensuar con ellos de ahora en adelante todas sus políticas económicas y sociales. Lo más importante, ello incluye la cogestión por todas las partes, y para este mismo año, del dinero que libere el nuevo reparto del ajuste del déficit. Y para los presupuestos de 2014, la cogestión, es decir la decisión sobre su aplicación, de los fondos europeos procedentes de la Política Agraria Común (PAC) y de los Fondos Estructurales que le correspondan a Andalucía como Región de Transición para el periodo 2014-2020.

A cambio, la patronal se compromete en el documento a algo a lo que hasta ahora se había negado. Se sitúa al lado del Gobierno andaluz en sus dos principales exigencias ante Madrid. Por un lado, que el Gobierno de Rajoy utilice el criterio de población a la hora de repartir sus recursos entre las distintas autonomías, tal y como establece el Estatuto de Autonomía de Andalucía. Por otro, que se aplicque el “principio de adicionalidad”, que no es otra cosa que en el reparto de las inversiones del Estado entre las CCAA, no se incluya el dinero procedente de los fondos estructurales europeos. En otras palabras, que los fondos europeos se sumen, y no se resten como hasta ahora, de los fondos propios a invertir desde Madrid.

No es baladí. La presencia de la patronal en este acuerdo, rompe con el argumento de que se trata de un pacto de izquierdas. Así, si el PP no lo remedia, será el único que se quede fuera. En el ánimo de todos los firmantes está su incorporación, porque “no sobra nadie”, y hasta el propio presidente de la patronal andaluza, Santiago Herrero, defendió ayer que “ante la destruciión de empresas, autónomos, y la situación del paro, no podemos quedarnos al margen”. Como decía en el acto de la firma uno de los protagonistas de la CEA en la negociación: “Nos ha tocado ponérselo en bandeja al PP”. También lo recalcó Griñán: “Es un compromiso político, y espero que se incluya en el consenso más amplio de los partidos”. Y eso será posible cuando este acuerdo inicie su andadura en el Parlamento.

El guante lanzado a los populares es vital. La cogestión de todas las políticas económicas y sociales implica que el Gobierno andaluz cede, y mucho, en su capacidad de maniobra. Tendrá que discutir con sindicatos y empresarios cada euro que se gaste. Griñán ya lo ha dicho: el recorrido de este acuerdo será largo. Será la guía para los próximos presupuestos de 2014, pero también será la estructura del VIII Acuerdo de Concertación Social que habrá que renovar a finales de año. Otros dos puntales de este pacto económico son que el Ejecutivo autonómico se compromete a poner en marcha un sistema de evaluación de las políticas públicas, mientras que patronal y sindicatos se unen en la reactivación de la negociación colectiva.

Aunque podría ponerse en duda su alcance por la falta de dotación económica, para Junta, CEA y sindicatos lo importante es que se sientan las bases para la creación de empleo y la reactivación económica, se fijan prioridades (en el gasto público) y se señala como objetivo la igualdad de oportunidades. Pero lo que sobre todo quieren transmitir es un mensaje de “confianza” a la ciudadanía: hay unidad para luchar contra el empobrecimiento de la población. Ahí es donde el Gobierno andaluz acaba por marcarse un tanto. Reúne a su alrededor a sindicatos y empresarios, y contrapone así su modelo de diálogo abierto a la forma de gobierno a base de decretos de Moncloa.

Ejemplo a extrapolar

El calado de este pacto puede medirse en que llegará a Madrid. La primera cita tendrá lugar mañana. La consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, acudirá al Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) en el que se pretende defender una mayor relajación del corsé del déficit y un mejor reparto entre las comunidades, e irá pertrechada de este documento que cuenta con el visto bueno de la patronal. Y la segunda será el viernes. Herrero acudirá a la reunión de la cúpula de la CEOE y expondrá las virtudes de un acuerdo, en el que se da un toque de atención al Gobierno: el control del déficit debe ir acompañado de medidas para el desarrollo de la actividad productiva porque, si no se hace pronto, “será tarde” para muchas empresas y autónomos, que se verán abocados a la desaparición. El presidente de la patronal cuenta con el aval de que este acuerdo ha sido aprobado por unanimidad por la CEA, y cree que el paso dado en Andalucía debe extrapolarse “a nivel nacional”.

Pero no es todo oro lo que reluce. Llegar hasta aquí no ha sido fácil para ninguna de las partes. Todas han tenido que hacer concesiones en unas conversaciones que han sido de lo más tensas. Hubo hasta seis modelos diferentes de acuerdo, y varias enmiendas a la totalidad, según reconoció Herrero. Pero los momentos críticos han sido dos. Hace tres semanas, los sindicatos se descolgaban porque no acababan de verlo, y estuvo a punto de irse al traste a 24 horas de que se estampasen las firmas. Hubo una monumental bronca en la sede de la CEA. Los empresarios querían que se diera preponderancia a lo privado sobre lo público en el caso de asumir nuevos recortes. Un ejemplo: si hay que cerrar aulas, que afecte antes a los colegios públicos que a los concertados. Tropezaron con una negativa al unísono de CCOO y UGT, que estuvieron a punto de abandonar la idea.

El PP, en cambio, y a pesar de todo lo anterior, no está por ahora en esa clave. El acto protocolario de la firma en el Palacio de San Telmo fue considerado como “la foto sectaria del Pacto por el Empleo”. Según su portavoz parlamentario, Carlos Rojas, ese retrato “no minimiza otra foto más grande donde también está el presidente y que es la corrupción”, “ni tapa la del fraude de los ERE”. Consideró, además, que con ese pacto Andalucía “no va a salir” de la crisis ni del desempleo que sufre.

El intento por desacreditar el acuerdo tiene también otra explicación. Para el PP no deja de ser molesta esa foto. Tiene que ver cómo Herrero se sube al carro del gobierno de PSOE e IU, y va de la mano de CCOO y UGT, cuando justo hace un año, antes de las elecciones autonómicas del 25-M, hablaba de la “regeneración política”necesaria para Andalucía, posicionándose al lado de la candidatura de Javier Arenas. Además, tampoco parece que Rajoy vaya a poder hacerse por el momento una foto como esa.