El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
Las enfermedades mitocondriales
Aprovechamos que esta semana, del 16 al 22 de septiembre, se celebra mundialmente la Semana de las Enfermedades Mitocondriales para poner en enfoque esta familia muy amplia de enfermedades raras. Ambas palabras, enfermedad y rara, que son terribles de por sí, se unen al concepto de mitocondria que incrementa todavía más la gravedad de la enfermedad, el sufrimiento de pacientes y familia, la dificultad del diagnóstico y el hallazgo de una cura o tratamiento.
¿Y qué hace especial a las mitocondrias para ser origen de este grupo de enfermedades? Las mitocondrias son orgánulos presentes en todas las células de nuestro cuerpo, con la excepción de glóbulos rojo y plaquetas, que tienen como función la producción de la mayor parte de la energía requerida por la célula. Pero son algo más: participan en procesos de síntesis de distintos tipos de moléculas, en procesos de transporte, en la regulación del metabolismo o en la defensa frente al estrés oxidativo. La lista de funciones es interminable. No son meras centrales energéticas como siempre se las denomina, se parecen más a un complejo y enorme polígono industrial.
Las mitocondrias tienen algo muy especial que complica aún más el trabajo con las enfermedades mitocondriales: poseen ADN propio, el ADN mitocondrial, que es producto de su origen endosimbionte. Este ADN propio codifica 37 genes que son críticos para el funcionamiento de la mitocondria. Las enfermedades mitocondriales son enfermedades mayoritariamente de origen genético donde las mutaciones alteran la estructura y función de la mitocondria. Estas mutaciones se pueden producir tanto en el ADN nuclear como en el ADN mitocondrial. Por ello, cualquier estudio sobre diagnóstico o tratamiento debe tener en cuenta esta particularidad. En la mitocondria se pueden encontrar alrededor de 1300 proteínas diferentes, sintetizadas por ambos tipos de ADN y que deben trabajar al unísono: dos genomas y un destino. Pero no todo se queda ahí: tenemos dos copias del ADN nuclear por célula, pero las copias del ADN mitocondrial son muchas más ya que cada mitocondria tiene varias copias, y hay muchas mitocondrias en la célula. Y ello es importante a la hora del diagnóstico ya que no basta con portar la mutación, sino que la mutación debe estar presente en gran parte de las copias del ADN mitocondrial. Es el concepto de heteroplasmia del ADN mitocondrial.
(La explicación de las enfermedades mitocondriales está al alcance de todos y todas) (Crédito del vídeo: Marivi Cascajo Almenara)
Hasta hoy se han descrito 432 genes implicados en la aparición de enfermedades mitocondriales, 36 genes codificados en el ADN mitocondrial (36 de 37 genes) y el resto por el ADN nuclear. Ello explica que las enfermedades mitocondriales se subclasifiquen en un gran número de enfermedades de baja prevalencia (1/2000) o enfermedades raras en incluso de bajísima prevalencia (1/20000) o ultrarraras.
En general, las enfermedades mitocondriales se caracterizan por presentar una gran heterogeneidad. Los pacientes muestran cuadros clínicos con un gran número de síntomas que afectan a la vez a diversos órganos y sistemas. Desde el punto de vista clínico complica su tratamiento ya que requiere la participación de un grupo de profesionales especializados en los distintos sistemas u órganos, que deben estar coordinados ya que los tratamientos para un síntoma pueden afectar negativamente al resto de problemas. Los sistemas más afectados son el sistema nervioso central, órganos de los sentidos, músculo, corazón y riñones. Los síntomas no son específicos de cada enfermedad, sino que son compartidos con otras enfermedades mitocondriales e incluso no mitocondriales. En muchos casos, pacientes con la misma enfermedad muestran cuadros clínicos dispares. Otro problema es el origen genético de la enfermedad: en algunas ocasiones se conoce el gen que produce la enfermedad, en otros casos se conocen varios genes que ocasionan la misma enfermedad y también se presentan enfermedades como el síndrome de Leigh donde el diagnóstico es una mezcla de causas genéticas y de síntomas característicos.
Todo ello complica enormemente el diagnóstico, crucial inicialmente para dar un apropiado consejo genético a las familias, que se debe acelerar ya que disponer de un diagnóstico molecular definitivo y fiable permite, si existe, aplicar un tratamiento, participar en estudios clínicos, participar en proyectos de investigación de nuevas terapias, el acceso a medicamentos huérfanos o acceder a tratamientos compasivos.
Aunque hay un reducido número de tratamientos para las enfermedades mitocondriales, para la mayor parte de los casos no hay una cura disponible. Sin embargo, sí existen tratamientos que mejoran la vida de los pacientes y que deben ser administrados lo antes posible. Este objetivo se cumple con la existencia de un diagnóstico temprano que solo se consigue con la participación de todos los actores implicados, pacientes y familias, médicos especialistas, investigadores y profesionales de la atención primaria.
Con las enfermedades mitocondriales, como otras enfermedades raras, la tarea se centra en aumentar el número de terapias, en detectar precozmente la enfermedad, en mejorar la calidad de vida de pacientes y familias, y finalmente en incrementar la supervivencia de los pacientes. Todo ello constituye un reto complejo que requiere la colaboración de todos.
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El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
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