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Arcángel ha sido destituido de la Cátedra de Flamencología de Córdoba: “Curiosa forma de agradecer tu trabajo: nos gusta tanto, que ya no sigues”

“No quiero entrar en ninguna guerra con nadie, pero tampoco voy a permitir que quede en tela de juicio mi profesionalidad, ni mi trabajo, ni mi honorabilidad”. Así de tajante se muestra Francisco José Arcángel Ramos, más conocido por el nombre artístico de Arcángel, tras conocer su cese fulminante como director de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Córdoba, cargo que ostentaba desde hacía tan solo un año.

La capital cordobesa parece esta temporada abonada a la polémica, después de que causara un gran revuelo la destitución de dos veteranos profesores del Conservatorio Superior Rafael Orozco, los guitarristas Manolo Franco y Niño de Pura. Y aunque nada tiene que ver con el caso de Arcángel, lo cierto es que los ojos de los aficionados están puestos estos días allí.   

Al cantaor onubense, una de las figuras más acreditadas del panorama flamenco actual, le fue comunicada la noticia por teléfono, tan solo 15 días antes del inicio del nuevo curso académico y con el correspondiente programa trimestral ya preparado, según asegura él mismo. “Al parecer, ellos están legitimados para tomar decisiones como esta, yo no tengo nada que decir al respecto. Pero las formas, ¿son correctas? Bajo mi punto de vista no”, asevera.

“Me senté con el rector en julio”

A Arcángel le han molestado especialmente los motivos aducidos en la nota de prensa emitida por la Universidad cordobesa, que hablaba de una medida que “se encuadra dentro del proceso de renovación y reorientación de los objetivos y fines de la Cátedra, así como de sus actividades de cara al nuevo curso académico”. El cantaor lamenta que “no lo hubieran dicho antes, y me habría ahorrado preparar y entregar la programación. Si hubieran querido dar otro enfoque, me lo podrían haber dicho. Yo me senté con el rector en julio y me ratificaron en mi cargo. Hubiese sido un buen momento para decirme que no contaban conmigo”.

Es por ello que, dice, “no puedo ocultar mi decepción y mi enfado, por más que uno tiene una edad y sabe que en la vida se gana y se pierde”, afirma. Lo que tampoco contempla es, como insinuaba la Universidad, que esté previsto estudiar nuevas vías de colaboración en las que ambas partes puedan volver a trabajar conjuntamente. “Yo con esa gente que está ahora no voy a volver a trabajar en mi vida. Adonde a uno no se le trata bien, no vuelve. Y no quiero decir que no me hayan tratado bien antes, pero el cese no ha sido lo más adecuado”.

“Lo que no puede parecer”, recalca el artista, “es que ha sido algo de mutuo acuerdo. Yo tenía mi proyecto, me hacía muchísima ilusión, quería dejar buena constancia de mi paso por la cátedra. Y ahora parece que no he cumplido los objetivos, porque si vas a ‘reordenarlos’, como dicen, es porque no se han cumplido”.

También causa sorpresa al cantaor que el anuncio de que se prescindía de sus servicios haya venido acompañado de un reconocimiento público de sus méritos como director de la cátedra de Flamencología. “Es una curiosa forma de agradecer tu trabajo: nos ha gustado tanto, que ya no sigues”, agrega.     

En el año de dirección de la Cátedra de Flamencología, Arcángel ha querido “impulsar la investigación del flamenco más, Quería abordar la cuestión con profundidad, dando muchos testimonios de profesionales que pudieran compartir cómo entienden el flamenco y cómo han vivido sus carreras. También era mi intención apostar por la difusión del flamenco entre los niños y los jóvenes”, explica.

Primeros espadas del flamenco

A lo largo del curso pasado, desfilaron por Córdoba invitados por el director figuras como Vicente Amigo, Tomatito, Carmen linares, Fosforito, Eva Yerbabuena, Belén Maya, Andrés Marín, Paco Jarana, Gallardo del Rey o Dani de Morón, según enumera.

Y para este curso se apalabraban nombres como Miguel Poveda, Rocío Molina, Rafael Riqueni, Paco Peña, Rocío Márquez, Laura Vital o Jeromo Segura. “A nadie se le escapa que una programación como esta se hace con el compromiso de gente que defiende el flamenco y que son mis amigos”, asegura Arcángel. “Ahora tengo que dar la cara ante compañeros que seguramente han renunciado a fechas suyas para estar en Córdoba. Y yo mismo he programado mi vida artística contando con este cometido”, añade.

Sea como fuere, el cantaor recalca que no quiere polemizar, “porque aquí, si uno habla alto y claro, parece una pataleta, pero yo tampoco soy del estilo de mirar para otro lado, y dejar que las cosas pasen, y ya está. En la vida hay que ser responsable”, sentencia.

Sobre las formas en que fueron destituidos los antecesores en el puesto, Agustín Gómez Pérez y Luis de Córdobal, Arcángel lo ignora todo, pero “al menos tuvieron diez años cada uno para desarrollar su trabajo. A mí me han dejado solo uno”.

El curso de la Cátedra de Flamencología de Córdoba se reanudará el 5 de noviembre próximo, sin que se sepa aún el nombre del sustito de Arcángel, ni el tiempo que ha tenido para preparar su programación. “Yo me tomo en serio mi trabajo, y he intentado que fueran a la cátedra los grandes del flamenco. Era un proyecto muy bonito y tenía muchas ganas de hacerlo, y comprobar que mucha gente joven lo seguía”, concluye el onubense.