El 'Hombre' de Alberto le planta cara al 'Monstruo' de Bayona
El de Juan Antonio Bayona es un monstruo en todos los sentidos: en reparto, presupuesto (25 millones de euros), cifras de taquilla y, a partir de hoy, también en nominaciones a los Goya. Con un total de 12 nominaciones, Un Monstruo viene a verme tendrá un duro competidor en la próxima gala de los Goya, presentada de nuevo por el malagueño Dani Rovira: El Hombre de las Mil Caras.
El realizador sevillano Alberto Rodríguez lo ha vuelto a hacer, logrando 11 nominaciones, convirtiéndose así en el mayor adversario de Bayona, junto a su colega Raúl Arevalo y su Tarde para la Ira. Rodríguez compite con su cinta en las dos grandes categorías: mejor película y mejor director, a las que hay que unir las de mejor actor protagonista (Eduard Fernández), actor de reparto (Karra Elejalde), actor revelación (Carlos Santos), guión adaptado, música original, dirección de producción (Manuela Ocón) sonido y maquillaje.
Rodríguez ya consiguió 17 nominaciones con la Isla Mínima y 16 con Grupo 7, sumando así nada menos que 44 nominaciones con sus tres últimos 'thrillers' y consiguiendo, hasta ahora, 12 Goyas: 2 para Grupo 7 y 10 para La Isla Mínima, la tercera película más premiada de la historia de los 'cabezones'.
En el apartado artístico, tres grandes actores: Antonio de la Torre como mejor actor protagonista (Tarde para la Ira), Manolo Solo (Tarde para la Ira) de actor de reparto y Belén Cuesta, que con su divertidísima actuación en Kiki, el amor se hace, opta al premio a mejor actriz revelación.
La productora sevillana La Claqueta, que el próximo año dará el salto a la ficción, logra poner en la carrera dos de sus documentales: Nacido en Siria (dirigido por Hernán Zin y estrenado en el Festival de Cine de Sevilla) en largometraje y The Resurrection Club (Álvaro Corcuera y Guillermo Abril) en cortometraje. Otro documental andaluz, Omega, sobre el célebre álbum de Enrique Morente con Lagartija Nick, luchará por llevarse el galardón a mejor largometraje documental.
En cortometraje de ficción, una de las sensaciones del pasado año: Bla, bla, bla, un corto del algecireño Alexis Morante, donde muchos se vieron reflejados por las conversaciones y situaciones que se llegan a dar a la hora de compartir coche con desconocidos mediante las famosas aplicaciones para el móvil.
En el apartado de efectos especiales le ha tocado a Gernika (Koldo Serra), producida por los malagueños Carlos Clavijo y José Alba, seguir luchando a cielo abierto. La espectacular recreación de los bombardeos sobre la localidad vasca durante la Guerra Civil les ha valido un nuevo premio, la nominación, a una producción que se ha gestado a fuego lento durante años.
Paco León, y su Kiki, que ha entusiasmado por igual a la crítica y los espectadores a lo largo de este año, se hará un hueco en la ceremonia de la Academia del Cine en dos categorías: guión adaptado y canción original.
Y, por fin, la realizadora granadina Valle Comba tendrá la opción de competir al Goya por mejor cortometraje de animación con Uka, sobre una niña que “vive sola en una fábrica abandonada y gris. Mientras pinta uno de sus cuadros, encuentra una manera de cambiar la forma de ver su mundo”.
Otro año más, la gala de los Goya tendrá un fuerte sabor andaluz.
