La Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebrará en España del 4 al 10 de octubre 2015. En este contexto, eldiario.es/andalucia quiere poner el asunto sobre la mesa informativa con antelación, aportando puntos de vista y describiendo la realidad que se vive en Andalucía en este site.
¿Es Andalucía una región prolactancia?
Verónica ha dado a luz en un hospital público de Andalucía. Había tomado la decisión de optar por la lactancia materna y así, tras nacer, su pequeño estuvo en contacto piel con piel. Los profesionales que la atendieron cumplieron con la política de buenas prácticas del hospital: facilitar información, observar al menos una toma para ver si hay buen agarre, no dar al bebé biberón ni chupete, facilitar la cohabitación, insistir en que no hay horario para la lactancia, informarle de grupos de apoyo y, en el alta, le entregaron un folleto informativo con recomendaciones. En ese sentido, ha tenido suerte al contar con profesionales implicados, porque eso no ocurre siempre. Pero, ¿qué o ocurre cuando sale del hospital?
Frecuentemente, cuentan los expertos, la lactancia materna se interrumpe en las primeras semanas por falta de información, problemas sin atender por carecer del acompañamiento profesional adecuado y también por consejos erróneos del entorno, fundamentalmente las abuelas de los recién nacidos (que pertenecen a una generación que vivió el boom de la lactancia artificial) y que, sin mala intención, influyen de forma negativa en el proceso. También están algunos pediatras que siguen fijando pautas horarias y la introducción de un biberón.
Esta es una situación hipotética, pero que ocurre, a tenor de los profesionales consultados. Detrás de todo esto está el respaldo o rechazo social. Hechos como el ocurrido en el Corral del Carbón, en Granada, donde a una madre le dijeron que no podía amamantar a su bebé en ese recinto el pasado mes de agosto, no son frecuentes, pero los colectivos prolactancia aseguran que “ocurren más de lo que trasciende” y especialmente en el sector privado. Así lo reconoce la presidenta de la Asociación Lactando Amando, Gracia Ariza, que ha presentado denuncias por lo ocurrido.
Nada en la normativa que rige el monumento justificaba esa acción, indicó el Patronato de la Alhambra, del que depende el Corral del Carbón. El incidente, que la Junta de Andalucía achacó a la empresa de seguridad externa, choca con la política seguida en los últimos años desde el Gobierno autonómico que trata de aumentar la sensibilización y fomentar la lactancia natural, pero ¿cuál es el panorama actual?
Los últimos datos que ofrece la Consejería de Salud, de mayo de este año, sitúan en el 61% los recién nacidos que son alimentados con lactancia materna exclusiva en las primeras seis semanas de vida (año?), un porcentaje que desciende a medida que avanza el tiempo y que sufre una caída aún más brusca a partir del cuarto mes, con la incorporación de la mujer a la vida laboral. Las cifras, no obstante, repuntan en los últimos años por el aumento de la sensibilización, aunque los porcentajes están aún lejos de las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y que se mantenga de forma complementaria hasta los dos años.
Con el objetivo de mejorar estos datos, Andalucía puso en marcha en 2006 el Proyecto de Humanización de la Atención Perinatal, una colaboración entre la Consejería de Salud y el Ministerio de Sanidad para hacer el proceso de nacer más humanizado. En ese sentido, el proyecto considera una de las decisiones “más importantes a proteger al inicio de la crianza” la lactancia materna, siempre que se realice de forma libre e informada.
Así, según el proyecto, se dan a conocer prácticas durante el parto que afectan a la lactancia materna y al vínculo madre-hijo. Se facilita en cada hospital y a cada madre la posibilidad de lactancia materna desde el primer momento y hasta que esté asentada, con acompañamiento en los momentos de dificultad. Trabajar con grupos de apoyo que faciliten las buenas prácticas en el parto y la lactancia es otra de las medidas de un programa que es mucho más amplio y ha supuesto además la puesta en marcha de una plataforma virtual y un programa específico de formación para profesionales, el apoyo a la iniciativa Hospitales Amigos de los Niños (IHAN) en Andalucía.
La lactancia, por tanto, se fijó como objetivo y de ahí surgió RedLAN, una estrategia enmarcada en ese proyecto para mejorar su protección, promoción, difusión y apoyo. El último estudio general que existe en la región se elaboró en 2004 y cifra en un 82% la lactancia materna al nacer, una cifra que cae al 63% en el primer mes y al 40, en el tercero, es decir, la mitad de los que la iniciaron. A partir del cuarto mes, se produce un segundo descenso abrupto en la prevalencia pasando del 26,5% al 12,5% en el quinto. Y sólo un 7,7% continúa lactando al cumplir un año.
Cuestión de implicación
Profesionales no preparados y/o no sensibilizados, un entorno familiar mal informado y falta de apoyo profesional en el acompañamiento a la mujer al menos en los diez primeros días tras el parto son los tres problemas fundamentales con los que se topan las mujeres y que impiden que esas cifras sigan aumentando, según explica la presidenta de la asociación de matronas de Andalucía, Carmen Rodríguez. Aunque la formación es el eje principal sobre el que pivota la iniciativa de la Junta, “la implicación” de los profesionales no ha sido la deseada, en opinión de la presidenta de la Asociación de Matronas de Andalucía, Carmen Rodríguez.
Ella representa quizá al colectivo más importante en esta tarea, el que se centra en todo momento en “el binomio madre-bebé” y, por ello, ofrece la información más ajustada. “El ginecólogo trata a la madre, el pediatra al bebé y la matrona al binomio madre-bebé, por eso es el profesional referente primero en lactancia”. Aunque médicos de atención primaria y enfermeros tienen entre sus competencias abordar el proceso, “su formación no es específica”, recalca. El número de profesionales en atención primaria “está muy lejos” del recomendado en Andalucía y la atención prestada a la mujer embarazada varía mucho en función de la provincia, lamenta Ramírez, cuya asociación trata de actualizar las cifras para conocer el déficit real existente.
A pesar de ello, reconoce que no son pocos los avances. Unos 5.000 profesionales de distintos colectivos han participado en la formación que se ha impartido en 196 cursos, de los que 46 eran exclusivamente de lactancia. La formación se inició en 2008 con cursos presenciales en la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) y en centros sanitarios, y a partir de 2012 se desarrollaron también cursos virtuales para favorecer un mayor acceso. Además, “hay muchos centros que siguen con actividades específicas”, indica Gracia Maroto, profesora coordinadora de la iniciativa en la EASP.
El camino es largo y marchamos hacia la “excelencia”, subraya Ramírez, pero hay profesionales que aún están alejados del camino que se emprendió. Existe en Andalucía una publicación que recoge las ‘Buenas Prácticas de Atención Perinatal' por el que se deben de regir todos aquellos que participen de algún modo en el tratamiento de la mujer y el bebé en alguna de las fases de embarazo, parto y crianza. No es un reglamento como tal, funciona como una especie de “recomendaciones”, explica Maroto, por eso quizá su cumplimiento a veces no sea el deseado.
Buenas prácticas
Para certificar esas buenas prácticas, UNICEF y la OMS lanzaron en 1991 la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN) que trata de animar a los hospitales y servicios de salud a que protejan, promuevan y apoyen la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento.
En Andalucía, solo el Hospital Costa del Sol, en Málaga, cuenta actualmente con esa acreditación, aunque hay otros diez —entre públicos y privados— que están en proceso de conseguirlo y se encuentran ya en alguna de las cuatro fases que completa el proceso para lograr esa acreditación. También los centros de salud pueden optar, y en ese camino están 20 centros de toda la comunidad de los xx de la región. La experiencia del hospital malagueño, que logró esta certificación en 2009, avala los beneficios de la iniciativa.
En esa comarca malagueña el porcentaje de lactancia materna es más alto que en el resto de la comunidad, aproximadamente un 60% en los seis primeros meses, según explica el jefe de servicio de Pediatría del Hospital Costa del Sol, Javier Álvarez. “Es un trabajo fundamental que también abarca a la atención primaria, en el hospital lo que tenemos que hacer muchas veces es no estropear una decisión tomada previamente y atender en momentos difíciles”. Y añade: “Hay que dar consejos oportunos que no interfieran en la lactancia”.
Habla con conocimiento de causa, ya que reconoce que aún hoy hay profesionales que no informan o acompañan de forma adecuada, aunque públicamente es difícil que lo reconozcan. “No se puede generalizar, pero sigue pasando en las consultas y no es igual la adscripción a esa recomendación según los colectivos”, lamenta. Su hospital, en ese sentido, es una excepción y destaca el empeño del personal, desde matronas, pediatras, auxiliares, celadores, enfermeros, etc. “Fueron ellos los que propusieron sacarlo adelante, no fue una idea de la dirección, aunque ésta sí la apoyó”.
Pese a todo, el camino que se ha recorrido es positivo, según reconocen los profesionales, aunque queda “mucho por avanzar”. A falta de cifras más actualizadas, Álvarez apunta otro indicador de la mejora: “El porcentaje de Unidades Neonatales abiertas en los hospitales ha pasado del 10% en 2006 al 80% actual”.
La OMS y UNICEF asumieron hace ya varias décadas el liderazgo en la protección y promoción de la lactancia materna en el mundo. Factores como el boom de la alimentación artificial, la reducida baja maternal, la especial vulnerabilidad de la mujer en el mercado laboral, la industria y el ideal estético impuesto por la moda y los medios de comunicación no facilitan la recuperación de la cultura de la lactancia natural. De hecho, apenas es visible socialmente en espacios públicos y mediáticos, lamentan desde diversas asociaciones, pese a estar demostrado con numerosos estudios las innumerables ventajas que presenta para madre e hijo, no sólo desde el punto de vista de la salud, sino también para el bienestar psicológico y afectivo de ambos.
Verónica ha dado a luz en un hospital público de Andalucía. Había tomado la decisión de optar por la lactancia materna y así, tras nacer, su pequeño estuvo en contacto piel con piel. Los profesionales que la atendieron cumplieron con la política de buenas prácticas del hospital: facilitar información, observar al menos una toma para ver si hay buen agarre, no dar al bebé biberón ni chupete, facilitar la cohabitación, insistir en que no hay horario para la lactancia, informarle de grupos de apoyo y, en el alta, le entregaron un folleto informativo con recomendaciones. En ese sentido, ha tenido suerte al contar con profesionales implicados, porque eso no ocurre siempre. Pero, ¿qué o ocurre cuando sale del hospital?
Frecuentemente, cuentan los expertos, la lactancia materna se interrumpe en las primeras semanas por falta de información, problemas sin atender por carecer del acompañamiento profesional adecuado y también por consejos erróneos del entorno, fundamentalmente las abuelas de los recién nacidos (que pertenecen a una generación que vivió el boom de la lactancia artificial) y que, sin mala intención, influyen de forma negativa en el proceso. También están algunos pediatras que siguen fijando pautas horarias y la introducción de un biberón.