Restos de decenas de perros, metidos en bolsas de plástico negro, han aparecido en una calera de un monte de Torremolinos. El vecino que hizo el hallazgo habla de cerca de un centenar de bolsas, aunque el Seprona, que acudió este lunes al lugar, rebaja el alcance de la investigación porque los restos tendrían en torno a diez años de antigüedad. El lugar es una especie de fosa donde la maleza y la basura había tapado hasta ahora los restos.
Una calera es una especie de horno excavado en la superficie y empedrado utilizado tradicionalmente para calcinar la piedra caliza y obtener cal. Sergio Morales pasea habitualmente por los senderos de los montes de Torremolinos y lleva dos años denunciando el estado de abandono de esa calera, cubierta no sólo de matorral, sino también de botellas, plásticos y vidrios. Cuenta que el jueves, después de grabar un vídeo protestando por el descuido, decidió limpiar el lugar por su cuenta. Mientras retiraba hierbas empezaron a aparecer bolsas negras con el mismo contenido: huesos de animales y “cráneos de distinto tamaño”.
En uno de los vídeos que ha subido a su cuenta de Facebook, Morales muestra un cráneo con un chip oxidado. Los agentes del Seprona que acudieron ayer al lugar buscaron identificadores o chips que pudieran dar una pista, pero no encontraron ninguno. Un portavoz de la Guardia Civil aseguró esta mañana a eldiario.es/Andalucía que el Seprona no tiene base para investigar porque son huesos antiguos, y que ha puesto el caso en manos del ayuntamiento. “Seprona ha ido, ha mirado, y no hay base para hacer ninguna investigación”, dice el portavoz. Por su parte, el ayuntamiento asegura que ha comunicado todo lo que sabe a los juzgados.
Morales no tiene duda de que son cráneos de perro, algunos de ellos todavía con collar, y cree que se han depositado en distintos momentos, porque mientras que algunos están enteros, otros se deshacen con poca presión que se haga sobre ellos. Cree que en superficie podría haber unas sesenta bolsas y desconoce si es sólo una primera capa.
Tres meses después de la sentencia de Parque Animal
Este hallazgo se produce apenas tres meses después de conocerse la sentencia de Parque Animal de Torremolinos, una antigua perrera bajo concesión municipal, donde miles de perros y gatos fueron sacrificados “masiva e indiscriminadamente” durante años.
Su propietaria fue condenada a tres años y nueve meses de cárcel. La sentencia, que ha sido recurrida, considera probado que sacrificaba a los animales para hacer hueco a otros y cobrar así más aportaciones municipales. Según la sentencia, los sacrificios se realizaban “de forma sistemática y regular en el tiempo, en ocasiones hasta varias veces a la semana”, antes de que llegaran los empleados y apagando las cámaras de seguridad.