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Del macetón al géiser gigante, pasando por un tobogán: los proyectos a lo grande del alcalde de Estepona

José María García Urbano, en una foto de archivo

Néstor Cenizo

  • José María García Urbano (PP) ha impulsado proyectos de utilidad dudosa en Estepona, como el tobogán, un orquidario o un géiser capaz de proyectar un chorro de cien metros

Aunque en Estepona conocen su idea de colocar una maceta de diez metros de altura o el proyecto de un géiser gigante, al final ha sido un descomunal tobogán de 28.000 euros lo que ha puesto en boca de medio país el nombre del alcalde de Estepona, José María García Urbano, del Partido Popular.

García Urbano es un alcalde que tiene por costumbre presentar unos proyectos muy llamativos de los que no se alcanza a percibir para qué sirven, y hasta ahora le ha ido bien. Ganó las elecciones en este municipio de la Costa del Sol de 67.000 habitantes en 2011 y 2015, y en los últimos comicios tuvo el honor de ser el regidor más votado en los municipios de más de 50.000 habitantes, con el 59,77% de los votos.

Aquel éxito le hizo subir en la estima de los dirigentes del Partido Popular, que durante años han reservado para él honores distintos al de ser alcalde de Estepona. En las elecciones de diciembre de 2015 (la legislatura corta) fue número uno por Málaga al Congreso de los Diputados, pero sólo duró cuatro meses porque el escaño era incompatible con su actividad como Registrador de la Propiedad en Huelva, tal y como le advirtió la Cámara Baja. Él dijo que renunciaba para centrarse en su labor de alcalde.

Hace poco, la tentación llegó de la capital de la provincia. Según publicó Sur, el sempiterno alcalde y candidato, Francisco de la Torre, sondeó la incorporación de García Urbano como número dos de su lista, con la idea probable de preparar su sucesión. De la Torre tiene 76 años. La operación no cuajó y García Urbano se presenta a la reelección en Estepona.

Socio de un prófugo y arrendador de Marbella

Notario, además de registrador, García Urbano no presentó su declaración de bienes mientras fue diputado, pero sí consignó lo que había pagado de IRPF: 162.962,79 euros. Sigue ejerciendo de registrador, ahora en San Roque, un municipio gaditano apenas a media hora de Estepona que alberga una de las zonas más exclusivas y caras de España: Sotogrande.

García Urbano es también socio de Juan Hoffman (testaferro de Juan Antonio Roca y prófugo de la justicia) y de la constructora Bonifacio Solís, con quienes comparte la propiedad de un edificio construido irregularmente durante el mandato de Jesús Gil, que alquilan parcialmente al Ayuntamiento de Marbella, y que este Consistorio (también en manos del PP) está intentando adquirir mediante un procedimiento de expropiación. Según desveló Marbella Confidencial, el alcalde comparte con Hoffman otra empresa, Priklade, S.L., de la que fue administrador. Actualmente la administradora única de esta sociedad es su mano derecha y concejala de urbanismo, Ana María Velasco.

Tanta actividad privada le impiden por ley cobrar sueldo como alcalde, cargo al que ha llegado a la primera y con dos mayorías absolutas. García Urbano presume de haber reducido la deuda del municipio, hasta el punto de que instaló un panel electrónico en una rotonda en el que se da cuenta de la “deuda heredada” en 2011 y el saldo restante, que según el Ayuntamiento era de 136 millones al cierre del pasado ejercicio.

Sin embargo, el Ministerio de Hacienda consigna unos datos de deuda pública prácticamente estables en el último lustro en torno a los 80 millones de euros, con una deuda viva de 75 millones al cierre de 2017. El presupuesto de Estepona en 2019 es de 104 millones de euros.

Del géiser de cien metros a la maceta de 10 

Esta supuesta reducción de la deuda no ha impedido que en estos ocho años el Ayuntamiento haya acometido infraestructuras de alto coste, como un nuevo hospital o un estadio de atletismo, ni que se haya distinguido por proponer y ejecutar algunos proyectos de dudosa utilidad:

  • El “tobogán urbano más grande de España” estaba incluido como proyecto de movilidad sostenible entre las 100 medidas para “consolidar” Estepona que García Urbano presentó en mayo de 2018. “Yo creo que debería haber muchos toboganes por todos sitios, porque alegran la vida”, dijo entonces, según recogió Sur. “Si en las fábricas y oficinas donde trabajamos, entre planta y planta, nos ponen un tobogán, si estamos enfadados, cuando llegamos abajo sonreímos y se nos quita el enfado”.
  • Aquel día, el alcalde propuso también instalar una “maceta gigante”. Se trata de consolidar la apuesta por poblar de macetas las calles del municipio, donde cuelgan más de 17.000 tiestos. Para ello, lo mejor era colocar un gran macetón de diez metros de altura rodeado de otras 2.000 macetas más pequeñas. Este proyecto aún no ha sido ejecutado.
  • García Urbano quiere impulsar la marca “Estepona, Jardín de la Costa del Sol”, y ha pagado también un orquidario, con 200 metros cuadrados de jardines verticales. Lo inauguró en mayo de 2015 y su construcción fue adjudicada a la empresa Construcciones Bonifacio Solís, S.L. (socia de García Urbano en la propiedad del edificio alquilado a Marbella), que también construyó el tramo de la senda litoral que discurre por Estepona. Según informó el Ayuntamiento al adjudicar la obra, iba a costar 2,3 millones, pero en marzo de este año señaló que había invertido 3,5 millones.
  • Desde hace varios años, García Urbano acaricia la idea de construir un géiser en el mar. La Junta de Andalucía paralizó el “proyecto de instalación de géiser ornamental en el fondo marino” alegando que el espacio elegido no era adecuado, pero el Ayuntamiento propuso otro lugar. La idea es que la infraestructura escupa un chorro de 100 metros de altura frente a la playa de Guadalbón, en la zona occidental del municipio. El presupuesto para este chorro descomunal es de un millón de euros y fue licitado en 2014, aunque la ejecución se paralizó por la falta de permiso autonómico.
  • El Auditorio Felipe VI ha tenido un coste de 7,3 millones de euros, según el propio Ayuntamiento. En su interior se aloja un busto en bronce del Rey, encargado al escultor Santiago de Santiago. En este caso, parte de su coste fue asumido por la Diputación de Málaga, que aprobó por decreto y a posteriori una subvención directa de 14.520 euros a la realización del busto, “por razones de interés público, social y económico”.
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