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Gómez de Celis: “Haremos todo lo posible para que Rajoy dure lo menos posible”

Gómez de Celis, junto a Pedro Sánchez, en Sevilla

Lucrecia Hevia / Olga Granado

Propuesto como número tres del PSOE, secretario de Relaciones Institucionales, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis (Sevilla, 1970) vive su momento más dulce en política tras haber apostado por un Pedro Sánchez que parecía tenerlo todo en contra para ganar las primarias de su partido. Si en 2014 Pedro Sánchez no contó con él para su Ejecutiva (algunas fuentes dicen que porque Susana Díaz se negó en rotundo), esta vez el líder ha saldado su deuda con uno de sus más fieles. Concede la primera entrevista en Sevilla después de conocerse su nombramiento.

¿Completa este cargo sus expectativas en la nueva ejecutiva?

Me siento muy honrado. Entre otras cosas porque se me vino a la cabeza Alfonso Perales, que para mí es el referente del PSOE que mejor papel ha desempeñado en la secretaría de Política Institucional en la historia reciente del partido. Me recordó las tantas veces que me reuní con él en Ferraz. También se me ha venido toda la responsabilidad encima que conlleva una secretaría que ha tenido a gente de tanto peso como él, o personalmente, a quien respeto tanto como Carmen Hermosín. 

¿Cuáles son sus prioridades con este cargo?

Dependerán de lo que determine el congreso porque el PSOE no son sólo personas. El congreso nos dirá qué tiene que hacer la dirección. También dependerá de lo que el secretario general vaya determinando. Con esas dos variables, es donde el resto del equipo tendremos que ir moviéndonos. 

Pero usted tendrá unos objetivos...

No hemos profundizado en ello. 

En la nueva estructura del partido, ¿se recuperará la vicesecretaría?

No tengo ni idea ni voy a opinar de ello. 

¿Va a costar mucho decidir la portavocía en el Congreso de los Diputados teniendo en cuenta las heridas por cicatrizar que todavía quedan en el grupo?

Las divisiones se zanjan en el momento en que los militantes han hablado. Una vez que de manera tan clara se han manifestado, es evidente que sólo hay un grupo y sólo un partido. Sea quien sea el portavoz o la portavoz, estoy seguro de que el grupo lo va a aceptar de buen grado como ha sido siempre.

Se le reprochó a Pedro Sánchez en su pasado mandato que no dialogaba con los barones, y que fue una de las razones de ver minado su poder. ¿Qué papel tiene usted para que eso no vuelva a producirse?

Tenemos que poner todos de nuestra parte. Como con las manifestaciones del presidente de la Diputación de Sevilla [Fernando Rodríguez Villalobos] cuando se conoció la propuesta para mí, lo que además de agradecérselo creo que ejemplifica que estamos en una nueva línea.

Patxi López no ha contestado todavía a la oferta de Pedro Sánchez para entrar en su ejecutiva. ¿Hay más nombres sobre la mesa para integrar a gente que no apoyó a Pedro Sánchez? 

El secretario general está construyendo un equipo cohesionado. En cuanto a los compañeros que apoyaron otras candidaturas, creo que en la dinámica y en los órganos de representación del partido se irá fraguando lo que entendemos por unidad, que no es uniformidad. En el PSOE nunca lo ha sido. Hay un secretario general respaldado por más del 50% de la militancia, porcentajes que no se daban desde los tiempos prácticamente de Felipe González. Todo el mundo ha entendido que los equipos tienen que ser cohesionados, aunque puedan estar integrados por compañeros que hayan o no apoyado la candidatura de Pedro Sánchez. 

¿Pero usted cree que debería incluir a personas de otras sensibilidades en su ejecutiva?

Esa competencia es exclusiva del secretario general. Lo que él haga me va a parecer bien. Estimo que habrá compañeros que hayan apoyado a uno y otro candidato, pero bueno, no lo sé. Todos, desde Susana Díaz hasta los demás, pasando por mí, aceptaremos lo que él proponga. Por tanto, creo que lo hará bien. Estoy seguro de que él ha escuchado a  mucha gente, pero es quien tiene la responsabilidad de hacer una propuesta para el congreso. Y es la que está elaborando estos días.

Insistimos, en ese ánimo de tender puentes en un partido que se ha roto por la mitad ¿habrá integración en la nueva ejecutiva?

Yo no puedo contestar a eso porque no lo sé. La única conversación que he mantenido con él en relación a la ejecutiva es cuando me comunicó lo que me proponía. Punto. De hecho, ni he preguntado por nada más. Son cosas muy delicadas de llevar y por tanto, cuanto menos se sepa, mejor.

Ya que habla de Susana Díaz, hay un pacto de no agresión entre la presidenta de la Junta de Andalucía y el nuevo líder del PSOE. ¿Supone eso que definitivamente no propondrán un candidato que le haga frente en el congreso del PSOE de Andalucía? 

Eso no lo he escuchado. Lo que creo es que estamos en un periodo distinto y mañana cualquier compañero podría presentarse. Nadie podrá decir a alguien que no lo haga. Esto ha cambiado. No lo sé si habrá o no candidaturas alternativas. 

Según su planteamiento, tampoco podrán pedir una integración en la futura ejecutiva del PSOE-A si ganara Susana Díaz. Sí lo hicieron para los delegados del congreso, basándose en que es un órgano de representación, ¿no?

Yo he dicho que es responsabilidad de Pedro Sánchez conformar su equipo. Cambiamos “Pedro Sánchez” por “Susana Díaz” o el o la secretaria general del PSOE andaluz electa, y aplico lo mismo. Por tanto la persona que salga del proceso de primarias en Andalucía creo que debería hacer algo parecido.

¿Cree que para el PSOE es mejor una Susana Díaz fuerte en Andalucía como han dicho otros compañeros?

Claro que a todos los socialistas de España nos conviene que la Junta de Andalucía esté fuerte y que la presidenta esté consolidada y apoyada. Nos conviene un Gobierno de Andalucía fuerte, comoparece que hay tras los recientes cambios, con una amplia remodelación y destinado en un 100% a los problemas de los andaluces, que desgraciadamente son todavía muchos.

¿Cómo se hace para que el mensaje de unidad no se quede sólo en la cúpula? ¿La militancia ha asimilado ya la necesidad de rebajar la tensión?

Todavía todos tenemos que asumir que las cosas son distintas. La cúpula no determina lo que tiene que hacer la base. Es al revés. Esto ha cambiado. No va a haber dirigente capaz de parar ningún impulso de la militancia en el sentido que sea y habrá que asumirlo y respetarlo para adecuarlo a lo que nuestras normas determinan. Por mucho que queramos que haya o no candidaturas, la gente puede opinar otra cosa, y hay que respetar plenamente lo que la militancia diga.

Dicen que la socialdemocracia no está en crisis, sino los partidos. ¿Cómo se logra que ese 50% de apoyo a Pedro Sánchez en las primarias sea luego traducido en resultados en unas elecciones generales?

Creo efectivamente que los principios socialdemócratas de igualdad, justicia social, defensa del estado de bienestar o los pilares básicos como el feminismo o el ecologismo son compartidos muy mayoritariamente. El problema de los partidos es la credibilidad entre lo que dicen en la campaña y lo que hacen tras conseguir los gobiernos. En las clases más desfavorecidas, donde especialmente ha golpeado la crisis, esto ha tenido consecuencias. Esto explica también por qué Pedro Sánchez era la opción de la mayoría de los progresistas: estaba dotado de credibilidad. No sólo dijo que había que votar que no a la derecha. Votó no a la derecha.

¿Usted asume que Pedro Sánchez ha tenido contradicciones en su discurso?

Ha sido un proceso de reflexión evidente. Pero lo ha explicado él mismo. Cuando de verdad, además de las palabras, él lo dejó todo, yéndose a su casa y empezando de cero y cogiendo el coche para patearse España, sus palabras se igualaron a sus hechos. Lo dotaron de una nueva credibilidad que hizo posible, además de un proyecto muy participado y plural, que la conjunción de elementos mostrara que tengamos la esperanza no ya de ir a mejor, sino de ganar las elecciones generales. Yo le propuse que no se fuera del Congreso de los Diputados. Él tomó la decisión de hacerlo y ahora creo que fue acertada. El tiempo le ha dado la razón.  El que estaba equivocado era yo. 

¿Ha pasado también usted ese proceso de reflexión?

Hubo un momento en que él reflexionó sobre si se presentaba o no. Ese momento nos contagió a algunos. El 3 de noviembre de 2016, poco después de su dimisión, yo era de los que con más ahínco le decía que tenía que tirar para adelante y presentarse. Después hubo un periodo de reflexión por su parte y por otros muchos. Pero siempre tuve claro que si él se presentaba, estaría a su lado, como vengo haciéndolo desde 2013. 

¿No le alarmó siquiera, como a otros, la entrevista con Jordi Évole por la imagen que dio Pedro Sánchez?la entrevista con Jordi Évole por la imagen que dio Pedro Sánchez?

En esa entrevista dijo cosas que sonaban fuertes, pero el tiempo le ha dado también la razón. Él se despegó absolutamente de muchos poderes mediáticos, económicos... que muchas veces nos han abrazado tanto que nos tenían atrapados. Él se zafó en esa entrevista de todos esos poderes y eso fue también determinante para el resultado en las primarias. 

Entonces no tenía nada que perder. ¿Lo mantiene ahora?

Evidentemente yo creo que sí. Los pasos que está dando son en esa línea. 

¿Y qué opina de la necesidad de tender puentes con otras formaciones de la izquierda?

No sólo con las formaciones de izquierda. Principalmente con las organizaciones sociales. O sea, nosotros creemos que hay que enlazar de nuevo con toda la sociedad civil organizada y progresista. Es una de las labores que queda por delante. Sindicatos, ONG, ecologistas... Hay dos elementos que el secretario general tiene en la cabeza y que van a estar en la cúspide de la ejecutiva y son el medioambiente y la igualdad. Esas dos políticas serán claves en la ejecutiva y servirán para enlazar con determinadas organizaciones a las que quizá en mucho tiempo no hemos estado cercanos, para entablar nuevas políticas de cara a los ciudadanos. 

Pero, de cara a formar nuevos gobiernos en el futuro, ¿las fuerzas de la izquierda están condenadas a entenderse?

Es imprescindible, lógicamente, que con los primeros que hablemos sea con los que están más cercanos ideológicamente. No es nada nuevo. Lo hemos hecho en ciudades y comunidades autónomas. En Andalucía no se pudo porque está el Podemos más radical de todos, con el que probablemente haya más dificultades. Yo creo que tiene problemas hasta el propio Pablo Iglesias con ellos, como se ha visto cuando Izquierda Anticapitalista se descuelga con un comunicado de respaldo para el referéndum de Cataluña. Si tienen problemas los propios de Podemos, imagínense el resto. 

El PP no quería que ganara Pedro Sánchez las primarias. Podemos parece que tampoco. ¿Comparte esto?

Hasta el 21 de mayo todas las encuestas que salieron dijeron que era el candidato preferido por los progresistas. Esto visualizaba en nuestro electorado que era la persona que mejor podía representar a la socialdemocracia, a la izquierda y al PSOE. Las encuestas que han venido después de las primarias vienen a corroborar que es el preferido como presidente del Gobierno de España. Hay sondeos que incluso han mostrado la paradoja de que entre los votantes de Podemos ven mejor a Pedro Sánchez incluso que los propios del PSOE. Conecta mejor que nadie con ese electorado progresista.

Hay retos en los que el partido se tiene que posicionar con más contundencia, como por ejemplo, el desafío de Cataluña. Eso exige una firmeza que se le ha echado en cara a su líder que le faltaba e incluso se le han reprochado “vaivenes”...

Tenemos una posición bastante clara con un proyecto en manos de nuestros compañeros. Necesitamos ofertar algo para que los catalanes, o una parte muy mayoritaria de los mismos, se sientan cómodos en la construcción de España. Se basa fundamentalmente en dos cosas. Una, entendemos que la soberanía popular es de todo el pueblo español y que sólo existe un Estado que es España. Dos, España puede sentirse como una nación de naciones en la que desde el punto de vista cultural, idiomático, de sentimientos... se sientan también integrados aquellos que entiendan que su territorio es una nación. Creo que es perfectamente compatible. 

¿La Declaración de Granada está plenamente vigente o habría que retocarla?Declaración de Granada

Está vigente, pero por encima está el congreso del fin de semana. Determina todo, y lo que salga del congreso cae sobre lo realizado previamente. Por aclarar: creo que está plenamente vigente y que es compatible con lo que dice el documento presentado por Pedro Sánchez. 

¿Qué cambios irrenunciables ve en la organización del PSOE?

Hay tres elementos. Primero, nunca más un pacto de gobierno decidido por personas en un salón de Ferraz, sino por todos los militantes y en cualquier ámbito: municipal, regional y estatal. En segundo lugar, que nunca vuelva a producirse que un secretario general elegido por las bases pueda ser quitado por 250 personas, sino que sean éstas las que le retiren la legitimidad. Y habrá que ir a una conferencia de organización en la que con más tiempo y mesura podamos realizar los cambios orgánicos en este sentido. 

¿Cómo se compagina con la democracia representativa para no caer en la podemitis que les reprochan desde cierto sector del PSOE?podemitis

Una cosa es el día a día y otra los elementos extraordinarios, como un pacto de gobierno o quitar a un secretario general, donde deben ser determinantes todos los militantes. No es ni nuevo. Pedro Sánchez ya lo dijo cuando ganó por primera vez que iba a consultar a la militancia, y de hecho, lo hizo con el pacto con C's. Lo que sí está claro es que necesitamos un partido del siglo XXI. Si no entendemos que los cambios en la vida hay que trasladarlos a nuestra organización, con unas estructuras más permeables y participativas, pues no nos hemos enterado de nada. 

Se ha debatido la moción de censura contra Mariano Rajoy. ¿Ha sido coherente la posición del PSOE con el no a Mariano Rajoy?

Las mociones de censura en España son constructivas. Necesitas dos cosas principalmente: una mayoría y un proyecto. Me gusta distinguir entre Pablo Iglesias, Podemos y sus votantes. Pablo Iglesias anunció la moción de censura cuando no teníamos ni líder en el PSOE. Son tiempos que habitualmente se respetan entre los partidos. Es evidente que no lo hizo pensando en buscar una mayoría, sino su propio protagonismo y estar en el circo mediático permanente. Tampoco hemos conocido su proyecto porque no se ha enviado ningún documento a las demás fuerzas. Entendiendo que el PP y Mariano Rajoy son censurables, Pablo Iglesias no es la persona.

Dicen en Podemos que esta abstención no la quieren ustedes ver como un sí a Mariano Rajoy, como cuando Pedro Sánchez se lo reprochó a sus compañeros de filas con la investidura...

Con la abstención a Mariano Rajoy entonces se logró su investidura, pero con nuestro sí a Pablo Iglesias, ni él sería presidente, ni lo queremos por supuesto, pero tampoco quitaríamos a Mariano Rajoy. Son argumentos de primaria de política. No se puede comparar ni en el efecto que produce la abstención ni el motivo de por qué nos abstenemos, erróneamente entonces, y acertadamente ahora. Creemos que Mariano Rajoy es censurable pero entendemos que Pablo Iglesias no es la persona que pueda liderar el país en estos momentos. 

¿Es Pablo Iglesias un adversario que conviene a los socialistas pero un mal posible socio?

Lo que espero es que entienda que la política no es un plató de televisión ni la búsqueda de la portada del periódico. Eso cansa. Nuestra intención es que saquemos la mayoría suficiente para poder gobernar en solitario y si no, evidentemente, tendremos que sentarnos a negociar con las fuerzas de izquierda. Insisto, es el modelo que ya se ha visto en varias CCAA. Tenemos que entrar en clave de salvación nacional con respecto al PP. Necesitamos conformar la mayoría amplia para que tengamos posibilidades de quitar al PP.

¿Será una legislatura corta?

No está en nuestra mano. Haremos todo lo posible para que Mariano Rajoy dure lo menor posible. 

¿Y cómo se hace eso sin una moción de censura?

Primero, con una oposición contundente. Porque las mociones de censura, si no se tiene una mayoría y un proyecto, no se presentan. Y esa mayoría no existe hoy día. 

¿Necesita Pedro Sánchez ser senador por designación autonómica para su proyección de cara a las próximas elecciones generales?

No. No lo veo. No lo va a hacer. Su plataforma es ser líder del PSOE y es más que suficiente.

¿Han sido estas primarias el momento más estimulante de su carrera en la política?

Sin duda. Esta campaña, la ilusión que se desprendía en todos los actos y el desborde que había a cada llamamiento que hacíamos, estar al lado de gente enorme desde el punto de vista político... Cuando yo era niño, algunos ya eran referentes para mí. Para cualquiera que le guste la política ha sido un momento... No sé si irrepetible, porque espero que haya otro que sea cuando alcancemos la presidencia del Gobierno de España para salvar a los ciudadanos de Mariano Rajoy. 

¿Tiene usted el sambenito de “eterno crítico” y “enemigo íntimo” de Susana Díaz?

Es un mantra que no responde a la realidad. Hemos coincidido en el Ayuntamiento de Sevilla. Codo con codo literalmente porque los escaños estaban juntos. Tuvimos una relación perfecta. Estuvimos también juntos en el congreso del PSOE de Sevilla donde ella salió de secretaría de Organización y yo de vicesecretario general. También en las primarias de Pedro Sánchez de 2014. E incluso en el Gobierno de Andalucía, donde ella me nombró director de Puertos de Andalucía. Enemigos, enemigos... lo que pasa que hemos coincidido algunas veces y no lo hemos hecho en otras muchas. Por principios, yo nunca he estado frente a Susana Díaz.

Por cierto, ¿dejará Puertos de Andalucía?

No tengo esa decisión tomada porque todavía no sé mis funciones en la secretaría de Relaciones Institucionales. Lo tendré que ver en función de qué se requiere de mí. No lo he hablado todavía. 

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