En Ceuta, en la época estival, siempre se han incrementado las llegadas, aunque en este último agosto se detectó un gran repunte de éstas por vía marítima. Estamos hablando de personas que cruzan el espigón colindante con los alrededores de Castillejos en busca de una vida mejor. ¿Por qué sucede esto? ¿Son inducidas a ello? ¿Es que en su país las condiciones dignas para vivir escasean? ¿Cuánto tiene que ver con todo ello las relaciones diplomáticas y los acuerdos políticos bilaterales?
No sólo se trata de personas adultas, sino que entre ellas también se encuentran colectivos especialmente vulnerables como niños, niñas, y jóvenes aún menores que llegan sin un referente familiar, mujeres embarazadas, etc. En definitiva, personas que necesitarían un mayor nivel de protección de sus derechos más básicos.
El Ministerio del Interior reporta 33.481 migrantes que han ingresado a España por vía marítima de enero a agosto de 2024, y sus efectos de todo esto se han visibilizado con creces este verano. El aumento de llegadas ha hecho que la situación en el Centro Temporal de Inmigrantes (CETI) sea insostenible. Con una capacidad para 472 personas, actualmente la población residente asciende a casi el doble, 800. Se han tenido que habilitar las aulas/instalaciones destinadas para la formación con literas para atender la situación de sobreocupación.
Un cambio de criterio desde mayo de 2021 ha hecho que sólo los marroquíes que solicitan protección internacional puedan acceder al CETI. Esto no ha sido siempre así, ya que el centro es de atención a personas migrantes (como sus propias siglas indican), no únicamente para marroquíes, lo que hace que el sistema se colapse y otras personas con perfil vulnerable no puedan acceder a pedir una cita para la realización de dicha solicitud.
Por otra parte, medio millar de quienes han llegado a las costas de Ceuta son menores sin referentes familiares, lo que ha llevado al Gobierno de la Ciudad Autónoma a habilitar una nave (que en su origen era de uso comercial) para que vivan en la misma. Ceuta asume una cuota que supera en un 400% la posibilidad de acogida digna y la cobertura de las necesidades de estos y estas menores, y no sólo de comida y alojamiento.
Qué se puede hacer
Así, las cosas, se evidencian problemas y soluciones. Si se pusiesen a disposición de las personas que quieren migrar vías legales y seguras que garanticen los derechos humanos, no tendríamos que lamentar muertes y entradas a la fuerza como las que estamos viviendo este verano. Migrar es un derecho y ha sido así siempre. Todo el mundo tiene derecho a buscar una vida mejor donde se garanticen unas condiciones dignas. Además, si existiera un sistema de acogida dotado adecuadamente, más allá de las emergencias, y que se preocupara por proporcionar una estructura sólida, aquellas personas que llegaran a Ceuta tendrían más y mejor garantizados sus derechos.
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