Ocho caminos al “nacionalismo humano” de Blas Infante
“Yo tengo clavada en mi conciencia, desde mi infancia, la visión sombría del jornalero. Yo lo he visto pasear su hambre por las calles del pueblo, confundiendo su agonía con la agonía triste de las tardes invernales…”. Dijo Blas Infante en su obra El Ideal Andaluz. Hoy se presenta una imagen de marca para el proclamado padre de la patria andaluza. O mejor, para una ruta enfocada en los municipios que gozaron relevancia en su vida.
El viaje traza un recorrido por pueblos de la provincia de Málaga como Casares, lugar de nacimiento de Blas Infante, Manilva o Archidona. Isla Cristina en Huelva y Castro del Río en Córdoba son otras paradas que completan una lista de ocho estaciones infantianas con las sevillanas Cantillana, Peñaflor y Coria del Río.
El logotipo del itinerario turístico y cultural, creado por el taller de empleo Coria Innova, ha sido presentado en la que fuera última vivienda de Infante: Dar al-Farah o la Casa de la Alegría. De allí, por una puerta trasera, fue sacado por falangistas que lo conducían a una previsible muerte ejecutada con su fusilamiento el 11 de agosto de 1936 en el kilómetro cuatro de la carretera de Carmona.
Escribía Infante: “He visto entregada esta tierra a aventureros de la política, a advenedizos que hacen de ella asiento de su cretina vanidad y base de su mezquino interés. Los que hacen de la política una profesión exclusiva y excluyente (como una propiedad) suelen hablar de conflictos entre ideas y realidades. La diferencia entre ellos y nosotros es esta: para ellos, las realidades de un país son los intereses creados; para nosotros las realidades de un país son los dolores creados por esos intereses”.
La imagen de marca, indican sus creadores, “busca ser algo sencillo que transmita el espíritu de Andalucía, cultural, turística, gastronómica y educativamente”. El logo principal “contiene una simbología muy definida”. Un pueblo “típico de la tierra andaluza, la pluma que simboliza la cultura y con la que desarrolló su carrera como notario, la estrella de ocho puntas o de Salomón, muy utilizada a lo largo de los 3.000 años de historia de Andalucía”, explican, y Dar al-Farah, la Casa de la Alegría que Infante mandó construir en Coria. Todo incluido en un “adoquín típico en las calles” andaluzas a la que se añade “la propia firma del ideólogo andaluz”.
“Hay que aprovechar esos periodos libres para reencontrar el río de la genialidad, fuerzas sociales culturales, para hacer del hombre andaluz, hombre de luz, como lo fue antaño, cuando fue capaz de crear un foco cultural como Tartessos e inundó el mundo occidental con la sabiduría de Al Andalus”, decía Blas Infante.
El logo, presentado el 4 de diciembre, coincidió además con el aniversario del asesinato de Manuel José García Caparrós por un disparo durante la manifestación celebrada en favor de la autonomía andaluza en Málaga el mismo día de 1977. “Mi nacionalismo –legó Infante–, antes que andaluz, es humano. Creo que, por el nacimiento, la naturaleza señala a los soldados de la vida el lugar en donde han de luchar por ella. Yo quiero trabajar por la causa del espíritu en Andalucía porque en ella nací. Si en otra parte me encontrare, me esforzaría por esta causa con igual fervor”. Una ruta por ocho pueblos y una excusa más, por tanto, para conocer el patrimonio infantiano.
