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ENTREVISTA |
Activistas palestinas

Sanaa Alwaara, Manal Tamimi y Aya Khalaf: “Para ayudarnos, lograd que vuestro Gobierno corte la venta de armas y las relaciones con Israel”

Sanaa Alwaara, Manal Tamimi y Aya Khalaf antes de comenzar su intervención en la sede sevillana de Solidaridad Internacional.

María Iglesias

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Tres mujeres palestinas: Sanaa Alwaara, Manal Tamimi y Aya Khalaf. Son enfermera, experta en derecho internacional humanitario y profesora de música y cantante, respectivamente. Todas con dolorosas experiencias de la ocupación israelí de Palestina: efectos en sus vidas y trabajos, con maridos, hijos, tíos encarcelados, en el caso de Tamimi su sobrina Ahed de notoriedad internacional.

Estos días, en pleno aniversario del último recrudecimiento de la violencia israelí sobre Palestina, en plena expansión de la misma por Israel a Líbano e Irán, ellas recorren Andalucía donde han ofrecido conferencias en la Universidad de Málaga y en la sede de Solidaridad Internacional en Sevilla. Este sábado la cita ha sido en el centro social Rey Heredia de Córdoba, ciudad donde el domingo a las 12 participarán en la manifestación desde la Ronda de los Tejares. Y seguirán dando testimonio el lunes 7 a las 18 horas en la Facultad de Traducción de Granada y el martes 8 a las 19.30 horas en el Salón de Grados Pascual Rivas de la Universidad de Jaén.

Se trata del proyecto Women For Palestine que busca “generar un discurso crítico” y  “soluciones innovadoras” a las violaciones de derechos humanos sufridas por las y los palestinos con vídeos de mujeres palestinas en la web, luego proyectados durante las mesas redondas con sus protagonistas.

Una iniciativa cuya gira llega a España cuando el balance de víctimas en el terreno es, en Israel aquel 7 de octubre de 2023, de 695 asesinados (71 extranjeros y el resto israelíes), de ellos 36 menores edad y 240 secuestrados (116 aún por liberar) y desde entonces, en Palestina, de 42.000 palestinos asesinados por el Estado de Israel, 96.000 heridos y de 11.000 a 25.000 secuestrados por Israel en encarcelamientos arbitrarios. De los 42.000 asesinados, el 70% mujeres y niños. Unos 15.000 menores, mientras que 17.000 han quedado huérfanos. Según la ONU, más niños han sido asesinados en Gaza en cinco meses que en los últimos últimos años en todas las guerras. Este 3 de octubre, además, Cisjordania sufrió el peor ataque de Israel en 20 años asesinando a 18 palestinos. Sus damnificados en Líbano son ya unos 2.000 muertos y casi 9.000 heridos.

Sanaa Alwaara, Manal Tamimi y Aya Khalaf conceden esta entrevista a elDiario.es justo antes de su conferencia en Sevilla, impulsada por la Plataforma de Solidaridad con Palestina sevillana. En el vídeo proyectado sobre Aya Khalaf ella canta, acompañada de otras mujeres a los coros y tocando la guitarra, el contrabajo y el qanun, letras que con ritmo animoso proclaman: “Juro por Dios que moriremos de hambre, pero no nos iremos (…) Somos parte de esta tierra y no nos iremos” o “No quiero oro ni collares, ropa, pañuelos, ni trajes. Quiero ver ondear la bandera palestina en Jerusalén”. Y ese espíritu, reivindicativo y vitalista, cerró el acto con dos canciones en directo, acompañada al laúd y con palmas del centenar largo de asistentes que acabaron clamando: “¡Viva Palestina Libre!”

¿Cómo viven este viaje a España en plena crisis en Palestina?

Manal Tamimi (M.T): Dar el paso de venir justo ahora ha sido muy difícil para nosotras porque Palestina vive los peores momentos tras la ocupación en 1948.

Sanaa Alwaara (S.A.): Ha sido tan difícil que cuando, una vez aquí, Irán lanzó su bombardeo y alcanzó asentamientos israelíes tan pegados a nuestras casas que la metralla del impacto con el escudo antimisiles israelí caía alrededor de donde están nuestras familias, yo me planteé volverme. Pero la acogida en Málaga fue tan buena que sentí que debíamos completar en Sevilla, Córdoba, Granada y Jaén lo que hemos venido a hacer.

¿En qué consiste Women For Palestine?

M.T.: En 2019, estando con Javier Díaz Muriana (periodista y especialista en cooperación) y Ruth de Frutos (periodista e investigadora) pensamos un proyecto sobre mujeres palestinas. No las políticas, ni activistas conocidas sino una selección, lo más diversa, de las valiosas resistentes anónimas para dar una panorámica del sufrimiento real tras las frías cifras con las que supuestamente ya estamos informados. Lanzamos la web con vídeos de 12 mujeres y la idea era que participaran en esta gira, pero solo nosotras hemos podido por circunstancias como las de Ola Hiji, cuyo marido se quedó en Gaza norte con su madre enferma mientras ella huía al sur con sus cinco hijos embarazada de ocho meses y ha perdido al bebé que nació prematuro, luego a su hijo Adnan de 14 años, en un bombardeo, y ha asumido la crianza de seis huérfanos, algunos mutilados. Haremos más vídeos.

La ex primera ministra israelí Golda Meir preconizó cuando ocuparon Palestina en el 48: “Los viejos morirán y los jóvenes olvidarán”. Pero las palestinas nos encargamos de transmitir identidad y memoria a nuestras hijas e hijos. Mientras uno solo sobreviva, Palestina estará viva y se liberará

Sanaa Alwaara Enfermera

S.A.: Yo doy mi testimonio en uno de los vídeos y ahora en las conferencias, como enfermera, esposa de un activista encarcelado varias veces y madre de tres hijos. Una mujer que, como todas nosotras, sufrimos una doble opresión: la de la ocupación por Israel y la opresión social de las tradiciones que controlan a la mujer en el mundo árabe. Vengo a transmitiros que la mujer palestina, a diferencia del estereotipo de que somos sumisas amas de casa, somos muchas profesionales (sanitarias, periodistas, artistas…) con estudios universitarios y post universitarios, pioneras en el mundo árabe. Y luchamos y lo seguiremos haciendo frente a las dos opresiones que he citado.

Dada la violencia que sufre Palestina, ¿les tienta intentar quedarse aquí?

M.T: Entre nosotras nos decíamos estos días, pero no en serio, que quizá si estalla una guerra en Oriente Medio las autoridades estudiarían concedernos el asilo. Pero descartamos pedirlo y el 9 de octubre volveremos a nuestra tierra. Primero, porque para liberar a tu país tienes que permanecer en él, no huir. Israel concede ahora más visados a EEUU y la UE que nunca porque busca vaciar Palestina y quedársela entera con facilidad. Y en segundo lugar, porque nosotras pese a la ocupación y la opresión estamos acostumbradas a vivir con dignidad y aspiraciones y como refugiadas, sin el arraigo a la tierra, con amistades y familia, fuéramos donde fuéramos, seríamos gente de segunda, extrañas. Si sales de tu país te encuentras débil.

Israel concede ahora más visados a EEUU y la UE que nunca porque busca vaciar Palestina y quedársela entera con facilidad

Manal Tamimi Máster en Derecho Internacional Humanitario

Se cumple un año de los atentados de Hamás y la masacre de Israel sobre Gaza y Cisjordania, y el conflicto solo empeora. ¿Cómo mantener la esperanza?

M.T.: Antes de responder a eso tengo que hacer varias objeciones a la pregunta. En primer lugar, esto no arranca del 7 de octubre de 2023 sino de la ocupación israelí de Palestina en 1948. En segundo, sí se puede hablar de “conflicto” entre Israel y Líbano o entre Israel e Irán porque es un choque entre Estados, pero entre Israel y Palestina no hay “conflicto” sino la ocupación del Estado de Israel sobre el territorio y pueblo palestino. Y en tercer lugar, lo que ocurrió el 7 de octubre de 2023 no fueron “atentados terroristas de Hamás” sino una acción legítima de resistencia, amparada por ley internacional, de las y los palestinos oprimidos por una ocupación de 75 años.

S.A.: Sí, es nuestra resistencia legal. Gaza era una prisión a cielo abierto para dos millones de personas encerradas en una franja ínfima sin expectativa de poder salir. Y el mundo lo ignoraba. Ahora Occidente mira de nuevo a Palestina y Gaza desde el 7 de octubre, pero todo empezó en el 48.

Lo que pasó el 7 de octubre de 2023 no fueron atentados terroristas de Hamás sino una acción legítima de resistencia de los palestinos oprimidos por una ocupación de 75 años

Manal Tamimi Máster en Derecho Internacional Humanitario

El 7 de octubre, en los atentados, murieron civiles israelíes…

M.T.: La historia no es como cuentan EEUU e Israel, quienes etiquetan a Hamás de terroristas. No fue Hamás quien atacó a los civiles israelíes. Las Fuerzas Armadas de Israel tienen lo que llaman el Hannibal Code, una directriz por la que deben evitar a toda costa el secuestro de soldados o civiles israelíes por parte de la resistencia palestina, secuestros que buscan forzar la negociación. Pues bien, ese “evitar a toda costa” incluye hasta matar a su gente con tal de que no haya secuestrados.

A pesar de lo cual hubo secuestrados y algunos lo siguen estando.

M.T.: Hablamos de 240 secuestrados israelíes frente a 25.000 palestinos prisioneros sin cargos ni juicio, es decir, secuestrados por Israel, de los que Israel reconoce 11.000. No minimizo el derecho a la vida de nadie, pero nadie que no haya sufrido ni un día lo que es nuestra vida bajo la ocupación de Israel tiene derecho a juzgar la resistencia palestina. La más dulce mascota, si es encerrada durante años sin comida ni agua, apaleada y asustada, sin expectativa de liberación, el día que ve una rendija abierta, reacciona y ataca.

S.A.: Yo puedo dar testimonio personal de secuestro porque mi marido fue hecho prisionero tras el 7 de octubre. Los soldados vinieron a casa y lo torturaron delante de mí y de mis hijos antes de llevárselo. Lo tuvieron, como a tantos otros, encarcelado sin permiso de visitas, ni de familiares ni abogados, durante seis meses. Perdió 35 kilos y salud porque es diabético e hipertenso, pero le negaron su tratamiento. No sabíamos dónde estaba ni cómo. Las familias solo averiguamos sobre nuestros prisioneros cuando salen otros y nos cuentan de ellos.

M.T.: A estos secuestros los llaman “detenciones administrativas”. Los encierran unos primeros seis meses prorrogables hasta dos años y luego con soltarlos un día pueden reiniciar la rueda, lo que es demoledor psicológicamente.

S.A.: Presos salen con enfermedades mentales porque los tienen en aislamiento.

No minimizo el derecho a la vida de nadie, pero quienes no han sufrido ni un día la existencia bajo la ocupación de Israel no tienen derecho a juzgar la resistencia palestina

Manal Tamimi Máster en Derecho Internacional Humanitario

A los 75 años de la ocupación (Nakba), ¿creen que Israel busca invadir partes de Líbano, Siria, Arabia Saudí y Egipto para construir ese Gran Israel basado en descripciones bíblicas?

M.T.: Por supuesto.

Aya Khalaf (A.K.): Mi experiencia vital es valiosa para comprender cómo opera Israel porque yo me crié en Jatt, que está en lo que se conoce como 'Israel' y en realidad es territorio palestino ocupado. Pues bien, aunque yo vengo de una familia luchadora, con mi tío Abu Tahrir que estuvo 15 años en prisión, en el colegio e instituto nos lavaban el cerebro diciendo que Israel es un “Estado democrático”, un “país judío”, sí, pero que “respeta a árabes, a negros, todas las confesiones religiosas” y la libertad de expresión. Pero cuando fui a estudiar música a Jerusalén vi la cara real de la ocupación: cada día me pedían el carné, me preguntaban a dónde iba o venía y por qué y sugerían vínculos con terroristas. Ahora, cuando volvamos de España, nos hostigarán. No podemos ni compartir nuestras opiniones en redes sociales.

¿Qué solución ven para que Israel y Palestina convivan?

M.T.: Desde luego no la de los dos Estados que se aprobó en los 90 y que siguen repitiendo tantos mandatarios, incluido el presidente español. Israel no admite el Estado palestino y de facto nos tiene divididos en cuatro zonas: Gaza, Cisjordania, Jerusalén donde a los palestinos les dan un DNI cuya última cifra los marca como palestinos, puro racismo, y la Palestina ocupada que ellos llaman 'Israel' con ciudadanía plena para los palestinos que viven allí. La única solución posible es un solo Estado común, democrático, una persona un voto, como España, y aconfesional, no religioso como desea Israel, que quiere un Estado judío.

La única solución posible es un único Estado, democrático y aconfesional, una persona, un voto y respeto mútuo. No se hará por magia sino con sacrificios de todos. Hay israelíes y judíos que nos apoyan. Hasta ultraortodoxos antisionistas como los Keturei Karta

Manal Tamimi Máster en Derecho Internacional Humanitario

¿Un solo Estado? ¿Con qué nombre?

S.A.: Yo tengo otra opinión al respecto: es nuestra tierra, ellos han venido de diferentes países, la mayoría europeos, y han ocupado la que aún sigue siendo nuestra tierra, donde rigen nuestras tradiciones. No quiero un Estado común sino uno solo para palestinos. Es lo justo.

 M.T.: Crear un único Estado no es una solución mágica, sino una salida que implicaría sacrificios por las dos partes, ¿alguien imagina cómo lo aceptarían quienes hoy están siendo exterminados en Gaza? Pero es la única solución posible. Y tenemos que hacerlo por los dos lados.

¿Tienen relaciones con israelíes contrarios a la opresión palestina con quienes avanzar hacia la convivencia?

S.A.: Claro, Muchos israelíes que conocemos nos mandan vídeos de las manifestaciones donde rechazan la opresión de Israel sobre nosotros y nos apoyan.

M.T.: De hecho, mis dos mejores amigos son israelíes, judíos, pero no sionistas. Vienen a casa a menudo, yo por el contrario no estoy autorizada a visitarlos. Son miembros de Anarquistas por el mundo, tan perseguidos y castigados como nosotros: uno perdió dos dedos cuando le golpearon en una protesta, otro estuvo seis meses en coma después de que lo gasearan, los han arrestado varias veces y echado de sus trabajos por ser pro-palestinos. Sabemos que hay un sector de la sociedad israelí que cree en la humanidad, igualdad y dignidad. También entre los judíos. Incluso hay grupos ultraortodoxos que son antisionistas y nos apoyan, como los Neturei Karta. Nuestra lucha no es religiosa. Por desgracia, los israelíes defensores de los derechos humanos son hoy minoría en un Israel con el Gobierno más de extrema derecha de su historia.

"No basta con manifestarse pidiendo el fin del genocidio. Tenéis que conseguir que vuestro gobierno pare la venta de armas a Israel y corte relaciones con ellos. Solo aislados pararán la guerra y sus matanzas. Solo si están aislados podremos acabar con su ocupación y liberarnos

Sanaa Alwaara Enfermera

La ONU o el alto responsable de asuntos exteriores de la UE hacen llamamientos para frenar la masacre palestina, pero no logran pararla. España y otros países reconocen el Estado palestino, sin que ello acabe tampoco con la violencia. ¿Qué reflexión les suscita la actitud de la comunidad internacional?

M.T.: Europa creó este desastre (al imponer el Estado de Israel en territorio palestino tras la Segunda Guerra Mundial) y debería ser la primera en resolverlo. España amadrinó el proceso de Paz en la cumbre de Madrid del 91 y debe amadrinar ahora la paz definitiva, justa y con el fin de la ocupación. Los palestinos no somos niños llorando a quienes consolar con un caramelo. ¿De qué sirve que reconozcan Palestina como Estado si siguen matando a mis seres queridos? Hay que dejar de armar a Israel.

Mucha sociedad civil internacional lleva manifestándose un año, ¿qué más hacer para acabar con este genocidio?

A.K.: Para empezar, intentad escapar de los marcos mentales que impone la propaganda israelí acerca de la violencia y el terrorismo palestino cuando la violencia y el terrorismo lo cometen ellos. Y seguid ayudándonos a resistir, incluso a renovar nuestras formas de resistencia hasta lograr acabar con la injusta ocupación.

S.A.: Agradecemos el apoyo ciudadano, nos anima a resistir, pero no queremos que os manifestéis solo pidiendo en abstracto “acabar con el genocidio”. Tenéis que explicar a la juventud la historia de Palestina y que quienes vivimos separados en Gaza, Cisjordania, Jerusalén y lo que llaman Israel somos el mismo pueblo palestino. Tenéis que explicarles qué es Israel, cómo se creó, y sus crímenes. Y sobre todo tenéis que lograr que vuestro Gobierno pare la venta de armas y las relaciones con Israel. Solo si le aíslan parará la guerra y el genocidio.

Como decía mi tío, hasta en el más árido desierto, entre piedras, nace una flor. Las mujeres y hombres palestinos seguimos adelante y aún en este dolor y destrucción damos testimonio y hasta cantamos porque somos las flores de nuestra tierra

Aya Khalaf Cantante

M.T.: Israel es un cáncer surgido de vuestros países. Y es cierto que hay manifestaciones con millones de personas apoyándonos, pero cuando hay elecciones vemos cómo cada vez en más países la extrema derecha crece, gana o se acerca a ganar, marca las políticas de la derecha tradicional para que apoye al sionismo. Aquí en Europa (Italia, Holanda, Austria…), pero incluso en Sudáfrica (que ha liderado la demanda a Israel por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia). No caben hipocresías. Quien apoye a Palestina no puede votar a partidos que apoyan los crímenes de Israel.

Dejamos pendiente la respuesta sobre la esperanza, ¿cómo se mantiene?

M.T.: La clave es el amor. Amor a nosotras mismas, a nuestra familia y país. Cuando algo te apasiona, luchas por ello frente a cualquier dificultad, por más agotador que sea, y conviertes tu pasión en hechos. Nosotras estamos convencidas de que lograremos liberarnos, tenemos una promesa de Dios y una fuerza para resistir que no todos tendrían. Agradecemos toda ayuda pero no contamos ni con EEUU, ni con Europa, Occidente. Estamos solos. Depende de nosotros y lo haremos.

S.A.: ¿Sabes? Golda Meir (primera y única mujer primera ministra de Israel, 1969-1974) dijo en el 48: “Los viejos morirán y los jóvenes olvidarán”. Pero las mujeres palestinas, desde entonces a ahora, venimos haciendo un trabajo enorme para preservar nuestra identidad y transmitirla a nuestras hijas e hijos, para que sigan sabiendo que somos un pueblo oprimido en nuestra tierra ocupada. Gracias a ello, mientras resista un solo palestino, Palestina estará viva.

A.K.: En pleno dolor, y veis a diario cuánto se sufre en Gaza, y estamos desalentados de contar mil veces nuestras historias y que no cambie nada, pero siempre sobreviven la alegría y la esperanza. Esa convicción me la inculcó mi tío Abu Tahrir, que fue quien me alentó a estudiar música, a aprender nuestras canciones tradicionales y cantarlas y mantenerlas vivas. Él me decía: “Hasta en el más árido desierto, entre las piedras, nace una flor. Sé tú flor de nuestra tierra”.

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