Torre Sevilla: el edificio más alto de Andalucía busca identidad y contenido
Ni Torre Cajasol, porque esa caja de ahorros ya no existe; ni Torre Pelli, porque el arquitecto que la ideó, César Pelli, tampoco quiere que se use su nombre; sino Torre Sevilla, un título que supone también una manera de intentar dejar atrás las denominaciones con las que se ha construido toda la polémica en torno a este edificio de 178 metros de altura cuya paralización llegó a pedir incluso la Unesco. Pero la obra ya está acabada y, con sus 39 plantas, el edificio más alto de Andalucía vive su puesta de largo para la prensa el 25 de febrero, toda vez que ha rehuido de la inauguración que se esperaba para 2015 tras ocho años de obras desde que en los albores de la crisis se colocara la primera piedra.
Mientras, la segunda semana de marzo será centro de la celebración que organizan cada año los bomberos de Sevilla con motivo del día de su patrón, San Juan de Dios. La cita contará con bomberos de varias ciudades de España que asumirán el reto de subir sus 37 plantas -las otras dos son técnicas- con todo el equipo a cuestas. Una prueba que solían realizar en la Torre de los Remedios, pero que como ésta tiene cuatro veces su altura, se presume mucho más espectacular. Eso sí, los organizadores explican que no quieren “abandonar” su antiguo lugar de celebración, y también preparan pruebas en la Torre de los Remedios, como por primera vez, un ascenso por la fachada, mientras que otros años subían por dentro.
La presentación para la prensa y el evento con los bomberos son dos maneras para ir haciendo que “la ciudad se vaya encontrando” con su rascacielos y lo mire de forma “amable”, según entienden sus promotores de CaixaBank, mientras prosigue la comercialización de sus los 35 metros cuadrados de oficinas, que comenzó en febrero de 2015 a cargo de Servihabitat, gestora de los activos inmobiliarios del banco.
De hecho, en marzo será también cuando se instalen los primeros inquilinos, que de momento son siete los confirmados. En la planta primera, tres empresas del propio grupo CaixaBank: Puerto Triana (promotora de Torre Sevilla), Sumasa (Suministros Urbanos y Mantenimientos) y la inmobiliaria Building Center. Hay que sumarles la multinacional de ingeniería Ayesa, con las plantas 9, 10 y 11 que ocupan una superficie de 4.033 metros cuadrados; Óptima, que ha cerrado la contratación de 620 de la cuarta para su nuevo centro de investigación y desarrollo; Restalia, holding de restauración (100 Montaditos, La Sureña y TGB) en la 18; y la empresa de servicios informáticos Active Business Tecnology, también en la cuarta con unos 200.
Su instalación supondrá la ocupación de en torno a un 20% de la superficie para oficinas en unos momentos de comercialización complicada porque el precio por metro cuadrado ronda los 15 euros en Torre Sevilla y la competencia es feroz porque hay otros espacios donde están tirados. La superficie mínima que se oferta para una oficina es de 300 metros cuadrados y la máxima por planta es de 1.500. Pero Torre Sevilla, que todavía no tiene ni web, intenta vender la exclusividad de estar en este rascacielos que quiere “convertirse en un centro neurálgico empresarial y cultural que, por si mismo, suponga un atractivo para que tanto pymes como grandes empresas decidan instalarse en la ciudad”.
Una ciudad que no la ha recibido bien de manera unánime. Sus detractores han sido muchos, comenzando por Hispania Nostra, colectivo muy activo en la lucha por el patrimonio, pero también con la creación de la Plataforma Túmbala, promovida por Arquitectura y Compromiso Social, Ecologistas en Acción, la Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico-Artístico de Andalucía (Adepa) y la Asociación de Profesores para la Difusión y Protección del Patrimonio Histórico Ben Baso. Incluso llevaron sin éxito su lucha hasta los tribunales.
De hecho, la Unesco llegó a pedir su paralización en 2009 y emitió un informe en el que advertía de su impacto “indudablemente negativo” en el perfil de una ciudad después de que estuviera a punto de incluirse en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro a los bienes declarados como tales: Catedral de Sevilla, Real Alcázar y Archivo de Indias. Sin embargo, la Unesco dio carpetazo a la polémica y terminó reconociendo las explicaciones y los esfuerzos del Ayuntamiento de Sevilla para evitar cualquier riesgo.
Pero todavía queda mucho para consiga estar a pleno rendimiento. De hecho, las 24 primeras plantas son para oficinas, otras 13 para un hotel que todavía no tiene contrato y las dos últimas “técnicas”, por lo que no tendrán usos de este tipo. En paralelo se ha proyectado un restaurante y un mirador. En paralelo, Puerto Triana, está trabajando en el proyecto de implantación de un centro comercial que se ubicará en los edificios, conocidos como Podios, ubicados a pie del rascacielos. Este nuevo espacio contará con 25.000 metros cuadrados y albergará también el CaixaForum Sevilla, para exposiciones de arte antiguo, moderno y contemporáneo, festivales de música y de poesía, arte multimedia, debates sobre las grandes cuestiones de actualidad, jornadas sociales y de carácter científico y medioambiental...