Las matemáticas pueden enseñarse con números de circo. Los juegos malabares pueden servir para desarrollar técnicas pedagógicas. El sentido del ritmo se puede ejercitar a través de la música circense y el equilibrismo ayudar a la concentración del profesor. Son ejemplos de los contenidos que los alumnos de la Universidad de Córdoba pueden aprender a a partir de ahora en Circuni, la Escuela de Circo en la Universidad que acaba de echar a andar en la Facultad de Ciencias de la Educación.
Los futuros maestros y maestras –aunque también está abierto a cualquier otro estudiante de la Universidad cordobesa- van a tener la oportunidad de aprender técnicas del mundo del circo para utilizarlas luego como herramientas pedagógicas en las aulas. Sus profesores son payasos profesionales, los Hermanos Moreno –Pepe Ciclo y Güili-, que llevan décadas como profesionales del circo y ahora, son los docentes de estos universitarios.
Se abre así una iniciativa pionera en el mundo universitario donde, de momento, ya hay una cuarentena de alumnos que han comenzado los talleres de Circuni a primeros de este mes de marzo y desarrollarán su aprendizaje hasta finales de mayo. “Nuestro planteamiento es darle a los alumnos herramientas pedagógicas que como profesorado puedan aplicar luego en las aulas”, explica Pepe Ciclo, uno de los docentes, a eldiario.es/andalucia.
“Se trata de poder desarrollar una educación diferente, más lúdica para los pequeños, donde las técnicas del circo van a servirles tanto a nivel cognitivo como motriz y como elemento socializador”. Y así, los estudiantes universitarios van a aprender “cómo desarrollar desde el punto de vista pedagógico” los juegos malabares y con el diábolo, el equilibro a través de monociclos y zancos, juegos aéreos y acrobacias.
“Todo eso va a servir para buscar un ámbito cooperativo y socializador entre los estudiantes”, algo que pueden utilizar como herramienta de trabajo estos futuros maestros. “Desde el juego, todas estas enseñanzas se pueden aplicar a diferentes aspectos en un aula, desde las matemáticas al sentido del ritmo o las propias técnicas pedagógicas”, señala este payaso docente.
Unión de artes escénicas y actividad física
El circo se postula así como una herramienta de aprendizaje para futuros docentes, a partir de lo que los profesionales denominan “circo nuevo”, una tendencia en la que más allá de “la imagen del circo tradicional que la mayoría tenemos en mente como un arte que pasa de padres a hijos”, ahora se reúnen diferentes artes escénicas como la música, la danza o el teatro con el mundo de la actividad física -gimnasia deportiva, gimnasia rítmica, etc-, formando un todo“.
Y es con esta última tendencia circense con la que “se abren las puertas al mundo educativo”. Pepe Ciclo explica que “a nosotros nos interesa la inserción del circo en la escuela dentro de la educación física”, como una forma de unificar diferentes bloques de contenidos en una sola unidad didáctica que aúne las habilidades motrices, la expresión corporal, juegos, deportes, ocio y recreo.
Es algo novedoso en la Universidad en nuestro país pero no en nuestro entorno. “Aquí en muchos ámbitos se entiende el circo como algo de segundo lugar dentro de la cultura y no se le da la relevancia que sí tiene en otros países como en Francia o Alemania donde hay carreras y diplomaturas universitarias”, explica Pepe Ciclo.
Su empeño, ahora, es conseguir que en los talleres de esta Escuela de Circo en la Universidad de Córdoba se desarrolle “una enseñanza integrada y global” a través de los números circenses que “suponen un desarrollo personal para el alumno en todos los ámbitos: afectivo, social, motor y cognitivo” pues, en opinión de este profesional, “no se trata solo de aprender diferentes técnicas, sino que además este aprendizaje supone una mejora en diferentes aspectos personales como la expresión corporal, el trabajo de la cooperación, el desarrollo de la creatividad, la mejora de la autosuperación, la constancia en las diferentes tareas, el conocimiento del propio cuerpo y la mejora de la autoestima”.
Y es que a partir de ahora, en la Universidad de Córdoba, pelotas, mazas, diábolos, platos chinos, monociclos, zancos, los payasos o la globoflexia han dejado la carpa del circo para sacarle el máximo partido en las aulas.