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La campana de Huesca, icono mundial

La leyenda del rey monje

Mariano Gistaín

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Ante las elecs los gobs emiten propaganda a tope. Top-agit-prop. Según la doctrina autoayudista los autónomos y subautónomos y pymes también deberían emitir autobombo a todas horas, pero les no da el presupuesto ni el tiempo porque los dedican a pagar y a responder a las amenazas y llamadas intimidatorias tanto públicas como privadas, así como a las telecos que les quieren endosar productos basura. 

En días eleccs los gobs emiten cualquier ocurrencia imposible. Bono gratis para todo, 5G full time,  lluvia de maná por los pueblos… pisos sociales en aquel erial… lifaras para multitudes...

Pero eso es lo bonito. En el trienio lectivo real (quitando puentes) apenas llega el tiempo y los medios para recaudar. Si se puede extraer más que otras admis, mejor. Extraer y premiar a los adictos, afines, coleguis, proxis. Primero la inversión de proximidad amiguetil y el impedimento al kit de la competencia. (Luego, los mismos oligopolistas desagradecidos se van a donde más rebajas les hacen: rebajas fiscales, vistagordismo, prebendas y amaños).

El sistema usual es el oligopolio, famoso en Rusia e innombrable en icí. La Campana de Huesca es el icono que mejor explica el mundo, sobre todo los países lejanos. Habría que exportar más el cuadro de Casado del Alisal, cuyo solo nombre ya hace temblar. Si Tarantino viera este cuadro haría la peli. Alisar es como “alisar” (el cuello con un hacha o astral). Casado, que fue alisado por mencionar de pasada todo este modus operandi. 

Las admins se blindan en su rancia pereza extractiva y la ciudadanía es por defecto culpable y tiene que demostrar a cada paso su inocencia, incluso su existencia. Un documento oficial dice que las admins no pueden exigir a sus súbditos los datos que ellas ya tienen, pero a ciertos niveles de oligopoleidad casi nadie acata casi nada, si es que lo lee. Las admins exigen a sus súbditas hasta el último papelucho que ellas emiten, archivan, registran, a veces digitalizan, traspapelan y olvidan.

Si resucitara Joaquín Costa sería encarcelado antes de llegar a la calle. Y Larra iría detrás. Hasta para morir hay que volver tres o cuatro mil veces.

Lo propio de las admins en sus infinitos niveles es la arbitrariedad y la deferencia ante el poderoso, que a menudo forma parte de ellas mismas o es su cuñado. Esto son ficciones de países en trance de desaparecer, países remotísimos que ni siquiera salen en los mapas del tiempo. 

La primera misión de cada mando es importunar al de al lado, la rivalidad que no existe en la privada (mercado utópico oligopolar) se ejerce con furia en las públicas, que además son innumerables y hereditarias. Y tienden a multiplicarse con cualquier pretexto: así, la proximidad de las elecs sobrecalienta las ofertas delirantes de nuevos organismos difusos siempre que luzcan nombres relucientes.

Una vez pusieron una multa irrisoria a las grandes por pactar los precios y ellas pactaron en secreto no pagar ni alegar. En países tan exóticos que ni tienen nombre el silencio administrativo solo lo ejerce la privada (también llamada público-privada).

Hay un problema metafísico porque no quedan huecos entre las admins y los entes que ya existen y las que se quieren crear aprisa y corriendo, ¡no quedan ni nombres libres! Partidos hubo que emergieron proponiendo eliminar algunas de estas epopeyas públicas de disfrute exclusivo pero no hubo nada. Incluso alguien se presentó a las elecciones el siglo pasado proponiendo la regeneración de la función pública. Pero solo regeneró los ingresos de su familia.

Cuando por error, desliz o rivalidad sañuda aflora alguna pifia entre los contubernios de cada organigrama el resto se echa a degüello para sorber los sesos derramados del rival pero enseguida, una vez consumada la degollina, el conjunto parchea el episodio y explica que son casos aislados que no afectan a la seguridad jurídica, que viene a ser una redundancia absurda que solo se explica, precisamente, porque nadie la ha visto o disfrutado sin estar en la pomada. 

En estos paraísos remotísimos todo vuelve a la apacible estabilidad solo alterada por el agitprop egotripero. La corrupción arbitral la resuelve el VAR en el bar y se olvida en dos partidos. 

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