Francisco de Artiga, pintor, grabador, escritor y diseñador de Arguis, el embalse en uso más antiguo de Aragón
Francisco de Artiga nació en 1605, fue pintor, grabador, escritor y autor del nuevo edificio de la Universidad de Huesca que es, desde los años 60, el museo de Huesca; y del pantano de Arguis, el embalse en uso más antiguo de Aragón y una de las obras hidráulicas más antiguas de España. Carlos Garcés, historiador, lo define como un personaje “absolutamente polifacético”.
El nuevo edificio de la Universidad de Huesca se mandó construir debido tanto al mal estado de su antigua locación, como a la “febril actividad constructiva” que se vivía en la ciudad de Huesca en torno a 1690 tras la crisis del siglo XVII. En esa fachada que Artiga grabó pero que no llegó a construirse, se observa su pasión por la Astronomía, ya que la representó junto a las otras 6 artes liberales, “con el único cristiano de toda la serie que es, nada más y nada menos, que Alfonso X El Sabio”, según explicaba Garcés.
Su segunda gran obra fue el pantano de Arguis, que comenzó a construirse en 1686, aunque no se terminó en un principio debido a diversos problemas a raíz del sistema de financiación planteado, entre otros. Aclara Garcés que “fue una sisa sobre alimentos de primera necesidad. Las sisas en principio las tenía que pagar todo el mundo, incluido los que solían estar exentos, como el clero. Como era algo que iba a pagar el clero, para imponer la sisa que tenía como destino un pantano a 20 km de Huesca, primero había que conseguir permiso del Papa”. Esto llevó a esperas de años y años y a la inversión de grandes sumas de dinero. Francisco de Artiga murió en 1711 sin llegar a ver terminado su pantano. En la actualidad es una gran muralla que tuvo que rehacerse en más de una ocasión y que incluso se recreció entre 1926 y 1929, por lo que hoy, la presa que ideó Artiga se encuentra dentro de la nueva.
Para la presentación de la biografía de Artiga no se pudo escoger mejor lugar que el edificio Paraninfo ya que su biblioteca alberga una de las obras escritas más importantes del autor, el “'Epítome de la Elocuencia Española', editado en Huesca en 1692, un manual escrito en verso de 500 páginas y en forma de diálogo con su hijo Francisco”, aclaraba Garcés.
Otra de las obras escritas de Artiga que aún se conservan es 'Un espejo astronómico', publicada en 1684, apenas tres años antes de que Isaac Newton hiciese pública sus Principia con la teoría de la gravitación universal, y que se trata de “una obra más bien de carácter astrológico”, como comentaba Garcés. Debido al encapsulamiento de España a raíz del reinado de Felipe II y su prohibición a los españoles de estudiar o enseñar fuera del país, Artiga vivía “ajeno a ese nuevo mundo que estaba surgiendo en su época”.
Artiga también experimentó con el grabado, tal y como se indica en 'Francisco de Artiga, el final de un mundo', dos de sus grabados más destacados están vinculados a su vez con uno de sus grandes proyectos, la Universidad de Huesca. “Uno de ellos lo preside el romano Quinto Sertorio, que lleva embrazado el escudo universitario, y el otro presenta el nuevo edificio octogonal, aunque con una compleja fachada que no llegó a construirse”.
Natalia Juan García concluía su intervención en la presentación de este retrato de Francisco de Artiga asegurando “que leer la biografía de Artiga equivale a conocer, no a una persona, sino a muchas personas, debido a la gran cantidad de proyectos que realizó a lo largo de su intensa vida”.
“Está claro que leer una biografía sobre cualquier persona permite comprender su carácter, acercarse a su personalidad y entender mucho mejor y desde otra perspectiva todas las cosas que hizo en el ámbito profesional y las que vivió en el ámbito personal”, afirmaba Natalia Juan García, historiadora del arte, una de las autoras de ‘Francisco de Artiga, el final de un mundo’, en la presentación del libro en el edificio Paraninfo de Zaragoza. Junto al historiador Carlos Garcés Manau y al matemático Julio Bernués Pardo, han sido los investigadores que han indagado en la figura del oscense Francisco de Artiga para acercar su vida y obra al lector.
“Quizá alguno de ustedes se pregunte qué hacen un historiador como Carlos, un matemático como Julio y una historiadora del arte como yo en la portada de este libro”, planteaba Natalia. “Una figura tan polifacética y tan prolífica como es Francisco de Artiga solo puede acometerse desde la unión de tres disciplinas, de estas tres ramas del saber junto con otras muchas más”.
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