Así se reparte el Fondo de Inversiones de Teruel: 131 millones para MotorLand, 85 para carreteras
- De 2012 a 2016, dice el informe, se destinaron 39,9 millones de euros “para compensar los resultados negativos de cada ejercicio (8 millones de pérdidas anuales)”. Y en el FITE 2017 se contemplan otros 8
Desde su creación –en 1993– hasta 2016 han salido del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) 934 millones de euros (de los que 85,7 se han quedado sin ejecutar). El 15,5% de lo ejecutado (131,6 millones de euros) se destinó a la Ciudad del Motor (MotorLand Aragón). Es decir, a un proyecto que acumula más de 40 millones de euros en pérdidas desde su inauguración en 2009. La conclusión se extrae del Informe de Fiscalización del FITE realizado por la Cámara de Cuentas autonómica.
En él se explica, directamente, que el Fondo ha servido para tapar los profundos agujeros del proyecto del motor: “91,28 millones financiaron realmente inversiones de la sociedad y 39,9 millones (entre 2012 y 2016) se destinaron a ampliaciones de capital para compensar los resultados negativos de cada ejercicio (en torno a 8 millones de pérdidas anuales), lo que ha permitido mantener el patrimonio neto de la sociedad”.
El objeto de estas ampliaciones, dice el informe, “no ha sido la realización de inversiones, sino evitar la descapitalización de la sociedad como consecuencia de las pérdidas continuadas, debido a la insuficiencia de los ingresos para cubrir los gastos corrientes de la sociedad”. Por tanto, concluye, “este proyecto no es autofinanciable una vez finalizada su construcción y puesta en servicio, por lo que su viabilidad futura sigue condicionada a inyecciones periódicas de liquidez”. En el último acuerdo del FITE (2017) se contemplan otros 8 millones de euros de ampliación.
45 millones más para MotorLand que para carreteras
El FITE se creó en 1993 para compensar la exclusión de Aragón del FCI (Fondo de Compensación Interterritorial) por ser su renta per cápita superior al 75% de la media en la UE, pese a la existencia de desigualdades interterritoriales significativas en la provincia de Teruel respecto del resto de las provincias aragonesas.
Su objetivo era el desarrollo, en la provincia de Teruel, de proyectos de inversión que promuevan directa o indirectamente la generación de renta y de riqueza en la provincia, que sean generadores de empleo y que contribuyan a la fijación de la población en el territorio. Las aportaciones se financian al 50% entre el Estado y la Comunidad Autónoma de Aragón.
De los 843,34 millones de euros ejecutados hasta 2016, el 42,6% (361 millones de euros) se ha destinado a proyectos estratégicos y singulares (Ciudad del Motor, Aeropuerto de Teruel, Dinópolis, etcétera); el 11,5% a infraestructuras municipales; el 10,1% a carreteras, y el 35,8% a apoyo a empresas, patrimonio cultural, etcétera.
Se han quedado 85,7 millones de euros sin ejecutar, que se reparten de este modo: 46,5 millones reasignados o pendientes de programación; 19,6 que debe reintegrar al Estado por falta de ejecución de las anualidades 2013-16, y 19,6 no aportados por la comunidad autónoma.
Ni se corrige el problema de la despoblación ni se invierte en infraestructuras
El FITE, recuerdan en el informe, se creó para atajar, principalmente, dos problemas: la despoblación y la carencia de infraestructuras. La conclusión de la Cámara de Cuentas es clara: el primer problema no se ha corregido y no se ha invertido lo suficiente en infraestructuras.
Las políticas públicas emprendidas en la provincia (entre las que se enmarca el FITE), apunta el estudio, “han contribuido a la generación de renta y de riqueza en el territorio, pero no han corregido los principales desequilibrios a los que se enfrenta: la despoblación y el encarecimiento en la prestación de servicios públicos para una población cada vez más envejecida”.
El FITE “ha mejorado las dotaciones de algunas infraestructuras públicas, especialmente carreteras e infraestructuras de las entidades locales, pero la brecha que las separa del resto de Aragón y de España apenas se ha corregido”, señala, y “en infraestructuras ferroviarias e hidráulicas (que el FITE no ha financiado o solo tangencialmente) esa brecha también ha aumentado”.