De helicópteros y políticos mineros

Hace ya más de cincuenta años que el liberal Milton Friedman se planteó la idea de un helicóptero que hacía llover billetes sobre una comunidad y cómo este fenómeno afectaría a la economía de esta. Siendo uno de los economistas de la Escuela de Chicago os podéis imaginar el resultado de esta historia.

Y no, no vengo a vender las virtudes del libre mercado. Pero sí a contar un desastre de la planificación estatal de las últimas décadas. El helicóptero del dinero de Friedman  lleva muchos años sobrevolando generosamente las cuencas mineras y alrededores con unos resultados que pondrían en la boca de Friedman un soberbio “ya te lo dije”. Por cierto, a este helicóptero se le suele nombrar por aquí como “Plan MINER”.

Tras años de mala gestión, los objetivos del MINER no se han cumplido y la famosa transición iniciada tras la firma del  Gobierno de Zapatero en el 2010 del acuerdo europeo sigue siendo una palabra vacía para los habitantes de las comarcas mineras. Según dicho acuerdo, las subvenciones a empresas del carbón empezarían a reducirse drásticamente hasta su total desaparición en 2018, momento en el que las explotaciones que hubieran recibido ayudas estatales cerrarían irrevocablemente. Tras este cierre, Europa seguiría hasta 2027 paseando el helicóptero para recolocaciones, prejubilaciones y rehabilitación y limpieza de las minas.

Es decir, quedan dos años para que se cierre la principal actividad económica de muchos pueblos de la provincia de Teruel y, con ella, si no se pone remedio, la mitad de una  provincia que no ha sacado adelante alternativas al carbón.  Ante esta perspectiva, las actitudes de los partidos han sido bien diferentes: el PP directamente anuncia falsas ayudas públicas mientras se lava las manos en su responsabilidad de avanzar en el plan de transición energética marcado por Europa durante su gobierno; PSOE y PAR, por su parte, son también responsables por la falta de alternativas al carbón en las comarcas mineras debido a la mala gestión de cientos de millones de euros en ayudas públicas y abogan por continuar exactamente con las mismas políticas esperando, mágicamente, resultados diferentes.

Ahora, lo que necesitan las poblaciones mineras es ilusión y futuro y esto sólo se consigue con medidas realistas que conjuguen lo posible con lo necesario. Por ello, exigimos que se ejecute la partida presupuestaria que Podemos logró introducir en los presupuestos para un plan de diversificación económica. Además de auditar estos fondos Miner para aprender de los errores del pasado y señalar a los responsables, sobre todo, cuando estos errores no hayan sido honrados. Por ello, no firmaremos un acuerdo que dilapide el dinero público a favor de Endesa, una empresa privada que tiene suficientes beneficios para acometer la inversión que necesita la Central de Andorra, que seguirá quemando carbón extranjero contaminando y dejando de lado a los mineros de la zona. El futuro no pasa por subvencionar al IBEX y a los fondos buitre que traen carbón de importación mientras se cierran nuestras minas, dilapidando fondos públicos. El futuro pasa por un plan de transición y de reconversión, construido con esfuerzo, ilusión y transparencia, que convierta a las cuencas mineras aragonesas en un referente en la innovación en energía y en el desarrollo territorial.

El compromiso sincero con las poblaciones que viven de la minería pasa por la diversificación económica, mano dura con el carbón de importación, la transición energética real, la defensa de la gente que trabaja en y por las comarcas mineras y, por supuesto,  por vigilar quién está recogiendo los billetes del helicóptero MINER (patrocinado ya sea por la UE o por el estado español), no vaya a ser que acaben donde no deberían.