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Victorino Alonso, conocido como 'el rey del carbón', no ha empezado 2015 con buen pie. Primero, el Tribunal Supremo ratificó una sentencia del Tribunal Superior de Aragón que ordenaba cerrar su coto de caza y eliminar el vallado, un asunto que da vueltas por la Administración y los tribunales desde septiembre de 2009. Después, un juez de Huesca abrió juicio oral contra el empresario y le impuso una fianza de 66,2 millones de euros por la destrucción del yacimiento arqueológico de la cueva de Chaves. Mientras tanto se siguen celebrando cacerías en la finca de Huesca que ha dado a Alonso algunas satisfacciones y muchos problemas.
El domingo 22 de febrero a las 11 de la mañana, el sonido de un cohete anunció el comienzo de una montería. “¡Tiros, tiros y más tiros!”, explican para resumir el día de caza en la revista digital Cazawonke.com. El resultado de la jornada fue que los cazadores abatieron 218 jabalíes desde los 17 puestos de la finca cerrada de Bastarás, Huesca, donde se han llegado a pagar, según se anuncia en internet, hasta 3.800 euros por puesto.
Cuatro días después de la “montería cochinera”, el titular del juzgado número 3 de Huesca abría juicio oral contra el empresario leonés del carbón Victorino Alonso por la destrucción del yacimiento de Chaves, en la finca de Bastarás.
Las excavaciones arqueológicas, que se iniciaron en 1975 en la cueva de Chaves, revelaron que se trataba del yacimiento neolítico más importante de Aragón y el segundo de mayor relevancia de España, tras la cueva valenciana del Or. Hace más de 35 años, una empresa compró el pueblo deshabitado de Bastarás y su termino municipal para convertirlo en coto privado de caza. Una valla de más de 20 kilómetros delimitaba la propiedad. En 2009 se conoció que una máquina había destrozado el importante yacimiento neolítico.
El pasado 6 de febrero, el Tribunal Supremo desestimaba el recurso de Fimbas SA, la empresa que gestiona la finca de Bastarás, contra la sentencia de 23 de enero de 2013 de la sala de lo contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Aragón. Así, el Supremo ratificaba que se deben “capturar o sacrificar todos los ejemplares de arruí que hay dentro del coto de Bastarás”, la “anulación de coto de caza HU-10.134P” y, después de asegurarse de que no quedan especies no originarias del lugar, “eliminar el vallado”.
Posteriormente, a través del director general de Medio Natural del Gobierno de Aragón se ha conocido la intención de los representantes legales de Fimbas de recurrir la sentencia ante el Constitucional y solicitar la suspensión cautelar para dilatar el cierre del coto. Chesús Ferrer, coordinador de Ecologistas en Acción en Aragón, explica que “como las anteriores sentencias están muy bien fundamentadas, tenemos la esperanza de que el Constitucional no admita a trámite el recurso y se acelere el proceso. Llevamos muchos años esperando que esto tenga su fin”.
“Se han cargado todo el depósito de tierras neolíticas”, decía el arqueólogo Vicente Baldellou, fallecido en octubre de 2014, quien investigó el yacimiento neolítico de 1984 a 2000. En 2007, los propietarios de la finca retiraron más de mil metros cúbicos de restos arqueológicos. En el mismo documental, Chaves, la memoria expoliada, realizado en 2009 por Ecologistas en Acción, donde intervenía Baldellou, el alcalde de Casbas de Huesca, ayuntamiento al que pertenece Bastarás, reconocía que “no han dado permisos para las obras. No los pidieron porque no se los habrían dado”.
Sobre el juicio por el expolio de la cueva de Chaves, Ferrer recuerda que “hace unos meses no teníamos nada claro porque sabíamos qué persona estaba detrás. No pensábamos que quien resultara imputado fuera Victorino Alonso. Conocíamos que era muy difícil llegar hasta él y su forma de actuar. Primero, un apoderado de Fimbas asumió la responsabilidad, pero fue apartado de la empresa y aportó la documentación que muestra que Victorino Alonso está detrás de las dos empresas que intervinieron en lo de la cueva: Fimbas, como propietaria del coto, y Ferti, que es la empresa que hizo el aeropuerto de Huesca y dos tramos de la autovía Huesca-Pamplona, como propietaria de las maquinas”.
Victorino Alonso (La Vid de Gordón, León, 1952) es un empresario al que llaman en León 'Don Vito', que tiene mucha experiencia en pleitos y siente pasión por la caza. Convencido, como se dice en La escopeta nacional, de que “la vida social tiene sus momentos estelares en las cacerías”, ha convertido su finca en un parque temático para los cazadores, donde disponen, según la oferta que realiza la empresa 'Cabezas, servicios de caza', de una extensión de 500 hectáreas. El coordinador en Aragón de Ecologistas en Acción considera que personas como Alonso “pueden ser muy seguros en los negocios, pero la caza les apasiona y se pierden. Tal vez entre los pocos documentos que ha debido firmar en su vida se encuentran los que tienen que ver con la caza”.
La Finca de Bastarás está situada en el Parque Natural de la Sierra y cañones de Guara, que fue creado en 1990 y ocupa una extensión de 47.453 hectáreas y 33.286 más de zona de protección. Es habitual escuchar las quejas de los vecinos de los pueblos que están dentro del parque a la hora de hablar de Bastarás. Mientras ellos para realizar sus labores se ven obligados a cumplir toda la legislación del Parque de Guara, en el coto se han llevado a cabo obras continuadas de acondicionamiento sin que la Administración tomara medidas. “Durante decenas de años a los propietarios les han dejado hacer lo que han querido, pero los de los pueblos de alrededor debemos pedir permiso hasta para cortar leña”, dice un vecino.
Toda la finca está totalmente vallada y en las entradas han colocado distintos carteles que avisan de que está prohibido el acceso por tratarse de una propiedad particular y que se debe tener “Cuidado con los perros”. En distintos puntos del vallado también han colocado carteles que advierten de que es una “Finca protegida por detector de presencia humana”. Paradójicamente, en algunos casos los carteles de la valla están situados detrás de unos de mayor tamaño que ha instalado el Gobierno de Aragón donde se indica que es un “Espacio Natural Protegido”.
Si se observa desde lo alto de la carretera el antiguo pueblo de Bastarás se aprecia que gran parte de la finca está roturada y despoblada de vegetación, salvo unas carrascas que ponen puntos de color a un paisaje árido que contrasta con el verde de los campos que rodean la finca. Desde hace años, los gestores de Bastarás han preparado el terreno para convertirlo en un parque de caza donde pueden garantizar, por ejemplo, que en un día se abatirán 150 jabalíes. No resulta extraño que la empresa 'Cabezas, servicios de caza', utilice como reclamo que “es una de las mejores fincas que en la actualidad se puede montear en España”. En 2014, Bastarás obtuvo el primer y segundo premio a la mejor montería de jabalí en cercado que otorga Todomonteria.com.