Maltrato marca España

Rabia, tristeza y hartazgo son las tres palabras que definen a la perfección lo que sentimos al conocer las noticias de maltrato animal que se repiten día a día en nuestro país.

No hace ni diez días que la policía de Puertollano pedía colaboración ciudadana para dar con los autores de la muerte de tres cachorros recién nacidos que habían reventado a botellazos. Las imágenes eran dantescas. No eres capaz de imaginar que puede tener un ser humano en la cabeza para ensañarse de esa manera con unos seres tan indefensos que de una manera natural a una persona sana mentalmente, solo pueden inspirar ternura. No aciertas a comprender que conexión neuronal de estas personas no funciona lo suficientemente bien como para no sentir un mínimo de empatía hacia unos seres inocentes que acaban de empezar a vivir y lo único que llegan a conocer antes de perder su corta vida no es el amor y el cariño, sino crueldad y dolor.

Se desconocen los autores de esta atrocidad.

Al día siguiente en la misma localidad, la guardia civil investigaba la muerte de un perro hallado medio quemado. Se desconoce ninguna detención al respecto.

En Sabiñánigo, un hombre de 56 años dejó morir de hambre a su propio perro de tan sólo 7 meses. Lo encerró en una caseta de pequeñas dimensiones y lo mantuvo al menos durante 15 días sin ningún tipo de alimento. El Seprona encontró el cadáver del perro completamente famélico y en condiciones lamentables. Lleno de parásitos, constataron que tenía las patas desgastadas debido a su intento desesperado por escapar de su tortura. Tuvo una muerte lenta y agónica.

El supuesto autor de los hechos fue detenido y el mismo día se decretó su libertad con cargos.

La misma medida que se ha tomado con el hombre que acosó hace apenas veinte días a una vaca doméstica con una jauría de perros y la mató tras asestarle varias cuchilladas con un puñal de 25 centímetros de hoja mientras otro monstruo lo gravaba y posteriormente lo difundió en redes sociales haciendo alarde de su gran hazaña. Incluso después de que el detenido en Valdejalón reconociera los hechos, el titular del Juzgado de guardia de La Almunia de Doña Godina decidió ponerlo en libertad con cargos.

Hace un par de semanas conocíamos el caso de Nika, una perrita con ansiedad por separación a la que alguien (dado el estado de desidia en el tema suponemos que nunca llegaremos a saber su nombre), tiró comida con trozos de bisturí a su terraza a causa de los cuales el animal murió.

Y así sucesivamente, y así un caso tras otro, podríamos escribir sobre docenas de casos sin que medien ni días entre unos y otros. En diferentes partes de nuestra geografía española, de norte a sur y de este a oeste, el incesante goteo de maltrato y violencia se sucede. De punta a punta de nuestra frontera, es ese maltrato generalizado a los animales y la impunidad de quien los realiza lo que tenemos en común, aunque en un país en el que se considera arte maltratar hasta la muerte a un animal no debería sorprendernos. Esa es nuestra marca España, y a quien le duela reconocerlo, lo que tiene que hacer no es ofenderse, sino ponerse manos a la obra para cambiarlo.

SOMOS UN PAÍS DE MALTRATADORES, y hay que empezar a llamar las cosas por su nombre. España es un paraíso para quienes disfrutan torturando y matando animales. Hay quien lo hace y hay quien lo consiente, simplemente ignorando el problema o atacando a quien trata de solucionarlo.

Este problema existe. Aunque los medios convencionales de comunicación lo silencien, lo manipulen o lo minimicen. Aunque la mayoría de grupos políticos lo ignoren. Aunque parte de la sociedad lo justifique. El problema existe y es un problema de todos.

Vamos a dejarnos de medias tintas y vamos a reflexionar cada uno en que bando queremos estar. Quieres estar con los que ayudan a parar esta barbarie, o estás del lado del hombre de Sabiñánigo que mató de hambre a su perro. Vamos a dejar de echar balones fuera alegando que hay muchas personas sufriendo penurias en el mundo. Todos los problemas necesitan buscar una solución, porque la violencia y el maltrato necesitan de tolerancia cero. De todos.

Y lo que está por hacer es mucho, empezando por la creación de una nueva y actualizada Ley Estatal de protección animal, siguiendo por un endurecimiento de las penas por delitos de maltrato contra éstos y terminando por sentencias ejemplarizantes y firmes.

Vamos a incluir el valor del respeto a los animales en nuestro sistema educativo. Pero a incluirlo de verdad. Que los docentes que trabajan este tema en clase no sean los bichos raros del colegio o del instituto. Que no se sientan solos e incomprendidos por trabajar un valor que todos los demás olvidan, que las editoriales de libros ignoran.

Vamos a hacer algo, y vamos a hacerlo de una vez, porque cada vez somos más los que sufrimos con estos animales maltratados, los que queremos que esto pare ya.

Reflexiona y actúa, con tu voto, con tu voz, con tus actos, con tu testimonio, con lo que quieras, con lo que puedas, pero con algo… Vamos a actuar y a dejar de tratar este problema como un problema menor. O ERES PARTE DE LA SOLUCIÓN O ERES PARTE DEL PROBLEMA.