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Opinión - La fiesta acaba de empezar. Por Esther Palomera

La guerra entre la alcaldesa de Huesca y una peña recreativa llega al juzgado entre acusaciones de agresiones machistas

Lorena Orduna durante las fiestas de San Lorenzo

Miguel Barluenga

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La polémica entre la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna (PP), y la peña recreativa Alegría Laurentina ha escalado en los últimos días. El origen se encuentra en la prohibición por parte del equipo de gobierno de realizar actividades en la sala Jai Alai, una emblemática instalación para conciertos y eventos culturales que dirige este colectivo. El conflicto gira en torno a la legalidad de la licencia de funcionamiento del local, que, según la peña, data de principios de la década de los 40. Orduna ha emitido órdenes para detener todas las actividades debido a la falta de actualización de esta, lo que ha provocado tensiones entre ambas partes. Además, ha denunciado una presunta agresión machista durante las pasadas fiestas patronales de la capital oscense.

El desencuentro comenzó cuando el Ayuntamiento de Huesca prohibió la realización de un concierto programado en el Jai Alai en octubre de 2023, alegando que la licencia estaba obsoleta y que no cumplía con la normativa vigente. El incendio que ese mismo mes había arrasado dos discotecas en Murcia y provocado 13 fallecidos sirvió como alerta y el consistorio ha mostrado desde entonces una postura inflexible. Replica que la licencia esgrimida por la peña, fechada en 1942, es de obra y no de actividad y por tanto no se adapta a los requerimientos necesarios.

La Alegría Laurentina, por su parte, defiende la validez de su licencia histórica y sostiene que ha intentado negociar una solución con el consistorio. Sin embargo, la situación ha derivado en una batalla judicial después de que se agotaran las vías de diálogo, con la presentación de un recurso contencioso-administrativo del que la peña está muy pendiente y se muestra “moderadamente optimista”, explican miembros de este colectivo.

Durante las fiestas de San Lorenzo del pasado mes de agosto, las tensiones llegaron a un punto crítico cuando miembros de la peña protestaron airadamente durante el paso de la corporación municipal, con insultos y pitadas dirigidos a Orduna, lo que ha llevado al ayuntamiento a considerar emprender acciones legales contra algunos socios por “agresiones verbales de carácter machista”. Esta guerra no solo ha tensado las relaciones entre la peña y el consistorio, sino que también ha generado un debate más amplio en Huesca sobre la gestión de licencias y la protección de los espacios históricos.

El Ayuntamiento considera este episodio como “especialmente grave” no solo por el lenguaje ofensivo, sino porque algunos de los improperios contenían connotaciones sexistas dirigidas específicamente a la figura de Orduna como mujer en una posición de liderazgo. Este hecho generó una amplia condena, no solo desde el consistorio, sino también en varios sectores de la sociedad oscense, que vieron en estos insultos una muestra de machismo que no debe ser tolerada en ningún contexto, y menos en un acto público como las fiestas patronales.

La Alegría Laurentina prepara un comunicado para mostrar su postura al respecto y aclara que esos insultos no representan “el sentir de la peña”. La alcaldesa ha reiterado que su decisión está basada en la ley, señalando que las licencias de los años 40 no se pueden adecuar a la normativa actual. A pesar de ello, miembros de la peña y otros sectores han criticado la postura del Ayuntamiento, acusándolo de inflexibilidad y de no tener en cuenta la importancia cultural y social de la peña y su sede para la ciudad. Al menos, sí han podido celebrar en esta sede actos menores como almuerzos de socios.

La peña Alegría Laurentina ha sido “clara” en su postura ante la prohibición de la alcaldesa Lorena Orduna para realizar actividades en la sala Jai Alai. Según la peña, el local cuenta con una licencia de espectáculos públicos otorgada en 1944, por lo que considera que su uso sigue siendo “legítimo”. La directiva de la peña ha expresado su “frustración” por lo que ve como una falta de voluntad del Ayuntamiento para dialogar y resolver el problema de manera amistosa.

Desde su perspectiva, el Jai Alai no solo es un espacio de ocio, sino un lugar de gran importancia histórica y cultural para la ciudad. La peña ha dejado claro que su intención es “seguir luchando legalmente para que se reconozcan sus derechos” y ha subrayado que no cesará en su empeño por mantener vivas las actividades que han venido desarrollando durante décadas.

Uno de los puntos clave que menciona la Alegría Laurentina es que el ayuntamiento no ha considerado las soluciones intermedias que han propuesto para adaptarse a las normativas actuales. Para ellos, esta prohibición no solo afecta a la peña, sino a toda la sociedad oscense que participa en las actividades culturales y musicales que organiza.

La peña ha denunciado lo que consideran un “trato injusto”, alegando que otras instalaciones en circunstancias similares no han sido sometidas a las mismas restricciones. Asegura que “continuará trabajando” para que el Jai Alai recupere su funcionamiento y cumpla con todas las normativas vigentes, buscando una salida que satisfaga tanto a la peña como a las autoridades municipales.

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