78 familias del Aragón rural se apuntan al compostaje doméstico en el Somontano de Barbastro

78 familias de la comarca de Somontano de Barbastro, en la provincia de Huesca, contribuyen desde sus casas a reducir la cantidad de deshechos que acaban en las bolsas de basura y a mejorar así la calidad de los suelos de cultivo de sus localidades. Todo ello, a través del compostaje doméstico y de una campaña que se inició a finales de 2022. Con ella se están llegando a recoger 5.500 kilos de residuos orgánicos de los que una tercera parte se transforma en compost.

Es una manera de reducir el volumen y peso de los residuos que se llevan a los vertederos e incineradoras, con la consecuente mejora ambiental. Al mismo tiempo se consigue reducir el consumo de abonos químicos que queman las plantas y contaminan los pozos y acuíferos.

La campaña sobre compostaje doméstico impulsada por la institución comarcal se llama “Transforma y Retorna” y sigue recabando apoyos. El pasado verano se sumaron 21 familias más, todas ellas de entornos rurales. La institución señala que en poblaciones con menos de mil habitantes el método más sostenible para la valorización de estos residuos es el compostaje en origen.

Se cuenta con el fin de capacitar a los usuarios con el apoyo de la técnico Concha Ruiz, de la empresa Entorno Natural y Social. Participan vecinos de las poblaciones de Abiego, Alquézar, Barbastro, Burceat, Castillazuelo, El Grado, Estadilla, Peraltilla, Pozán de Vero, Radiquero y Salas Bajas. “Se trata de que conozcan bien el proceso y no se desanimen porque tiene su complejidad y se corre el riesgo de abandonarlo”, explica Ruiz. Se comienza con un taller formativo y se dan pautas para encontrar el espacio idóneo para instalar las composteras. Con un registro de datos y aportes, los especialistas ligados al proyecto realizan visitas para comprobar su desarrollo y detectar posibles errores.

Es un “seguimiento exhaustivo” y se comparten dudas en red. Se completa con un acompañamiento que “dinamice y motive”, en palabras de la técnico. Una vez terminada esta última fase, “se confirma que esas personas están capacitadas y entienden el proceso y los beneficios del compost”. Concha Ruiz cree que se puede dar así “un buen uso de la basura”, con el siguiente reto en el horizonte de los biorresiduos para realizar el compostaje en los lugares de origen.

Se suman al proyecto fondos propios de la Comarca y la financiación por parte de la Unión Europea-Next Generation US, con ayudas destinadas al fomento de la economía circular mediante actuaciones en materia de prevención y gestión de residuos domésticos en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia en España promovido por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para el desarrollo de la economía circular.

Desde agosto hasta el final de octubre se estima que se han evitado 1.027,55 kilogramos de residuos orgánicos de la cocina que, de otro modo, hubieran sido depositados en el contenedor de restos, según datos de la Comarca de Somontano de Barbastro. De este material, junto a la fracción vegetal procedente de las huertas y jardines, se han llegado a recoger en un año natural 5.531,43 kilos de los que se han extraído 1.660,63 kilos de compost. Se obtiene de este modo un fertilizante natural que recupera y conserva el suelo y se destina a los cultivos y jardines de las familias participantes, cerrando así el círculo en el lugar donde se originó.

Durante la primera fase se distribuyeron a las 35 familias inscritas una compostera doméstica con capacidad para 400 litros, un cubo, un aireador y el manual de compostaje, y se realizó con ellas un acompañamiento de formación y seguimiento del proceso para recabar datos. Los interesados deben reunir requisitos como son disponer de al menos 25 metros cuadrados de jardín o zona verde anexa a la vivienda y asumir el compromiso de llevar a cabo esta práctica a lo largo de un año completo.

En Peralta de Alcofea, tras repartir compost entre los participantes, el resto se ha destinado a zonas verdes comunes, que al igual que en Salas Altas, el grupo decidió que lo sobrante fuera destinado a unas almendreras recién plantadas por el ayuntamiento y para las jardineras del patio de recreo del centro escolar como propuesta de madres participantes preocupadas por el uso de herbicida tiempo atrás.

El área de servicios sigue trabajando para extender el programa a nuevas familias en las localidades del territorio. El objetivo es capacitar a la ciudadanía en la producción de su propio compost, avanzando hacia los nuevos retos en la separación y valorización de los residuos domésticos, afirma. Su técnico Alfredo Sahún avanza que para 2025 se proyectan actuaciones en cuatro poblaciones más y subraya la labor de seguimiento que se realiza “para que todo funcione bien; sin ese asesoramiento, no lo hace”.

La idea partió de que la Comarca de Somontano de Barbastro tiene la competencia delegada de recogida de residuos urbanos de todo tipo y “con el objetivo de que en el vertedero acabe lo menos lleno posible”. El proyecto se publicita en las redes sociales y en la web comarcal para que las familias se vayan inscribiendo, con listas de espera para mantenerlo vivo. Entre las familias se dan “todo tipo de perfiles, no hay un patrón específico. Familias de cuatro personas, jóvenes y mayores”.

Sahún percibe que “la gente tiene ganas de colaborar y de seguir llevándolo a cabo en cada municipio”. La institución comarcal potencia la recogida selectiva de los residuos urbanos y está implantando de manera progresiva la recogida selectiva de vidrio, cartón y envases ligeros, para lo que se distribuyen los contenedores correspondientes. La mayor parte de los ayuntamientos están propiciando la recogida de aceite doméstico usado mediante la instalación de contenedores que son gestionados por una empresa autorizada. Otros residuos urbanos se pueden recoger selectivamente llevándolos a los puntos SIG (Sistema Integrado de Gestión).