El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon.
Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.
Quizá son muchos años de tele, muchas generaciones de guionistas con formación en ello que conocen los patrones de lo que funciona. Quizá en los despachos de los directivos se ha repetido demasiado la frase más oída en las tripas de una tele y la que más la envenena: “La gente lo que quiere es esto”. Pero parece que lo que quiere la gente al sentarse frente a una pantalla es soñar, reírse, que le devuelva un reflejo de la realidad que se parezca a la suya pero sea mejor, a veces por bonita, otras por atrevida o impredecible y siempre porque dé que hablar. Comentar la jugada después sigue siendo uno de los placeres que nos da la tele. ¿Por qué se hacen virales las historias de la pequeña pantalla desde antes de que supiéramos qué demonios era eso de ser viral si no se refería a un virus? Porque lo que nos gusta es compartirlo.
Video don´t killed the radio star y las plataformas y las redes sociales no han matado la tele. Hace unos meses fui a comprarme una tele nueva y el dependiente, en un alarde de cuñadismo tecnológico, me dijo mirándome fijamente: “¿Qué vas a ver aquí? Películas- Total, ¿hoy quién ve la tele?”. Con 19 años trabajando en una, me ahorré la respuesta para que pudiese seguir feliz con sus análisis sociológicos recomendando a la gente aparatos en 4 y 8k para ver cadenas que no emiten más allá del HD.
Durante un tiempo ha sido moderno decir: “Yo no veo la tele”. Pero, amigos, la tele vive, la lucha sigue. Las plataformas nos vendieron un espejismo de novedades infinitas que no era tal. Te sabes de memoria el menú, y cada título nuevo del que todos hablamos como si estuviéramos a la última no es más que el último capítulo de Farmacia de guardia que comentábamos en el colegio al día siguiente. Y, lo que quizá es lo peor, cada vez más da la sensación de que vemos lo mismo en bucle. Películas y documentales que cambian de temática pero se salen poco de los parámetros de corrección y no sé qué más que marcan grandes corporaciones que quieren algo que funcione, dé dinero y no problemas. Sus productos se hacen virales por las fuertes campañas de marketing y pocas veces porque sea algo nuevo, arriesgado, transgresor.
Desconozco quién pero alguien en TVE ha decidido apostar fuerte por la TELEVISIÓN - no es un error ortográfico, las mayúsculas son a propósito -. La revolución ha sido volver a ser impredecibles, originales, insolentes, volver a darnos personajes de los que hablar. Han hecho cine en el Telediario y a la vez han bajado a sus presentadores del pedestal. Nos han dado un clásico para empezar el año que es ya un digno heredero de aquellas Nocheviejas con Martes y Trece. Los rótulos de Cachitos son ya nuestra empanadilla de Móstoles. Broncano ha logrado el sorpasso en lo que se ha propuesto pero la gran Revuelta ha sido devolver a los jóvenes a la televisión. Ha crecido el número de telespectadores que se sientan a la vez a ver lo que echan. La tecnología permite verlo si te lo has perdido, pero, ¡ay si lo viste en directo! - o en riguroso falso directo-, entonces eres de los afortunados. Porque verlo así, cuando nadie sabía qué iba a pasar, es otra cosa, es la magia de la tele.
0