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Huesca, del rojo al azul: las claves de la primera derrota del PSOE en unas municipales desde 1983

Última ejecutiva del PSOE de Huesca

Miguel Barluenga

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El 28M provocó un terremoto político sin precedentes en el Alto Aragón. Por primera vez en democracia el Partido Popular fue el más votado en la provincia de Huesca, que ha dejado de ser un feudo socialista. Los resultados de las elecciones municipales han arrasado a la vieja guardia del PSOE: perdió la Diputación Provincial (DPH), que controlaba desde 1999, y el Ayuntamiento de Huesca, donde Luis Felipe se había mantenido en el cargo los últimos ocho años. Además, los resultados en las ciudades han aupado a los populares con victorias allí donde nunca habían derrotado a las izquierdas. Se abre un nuevo panorama en consonancia con lo que ha sucedido en el resto del territorio aragonés.

Los recuentos arrojaron muchas sorpresas. No entraban en ninguno de los cálculos del PSOE. Allí donde intuían continuismo se aprestan ahora para el cambio generacional. Ni Luis Felipe recogerá su acta de concejal en el consistorio ni Miguel Gracia, presidente de la DPH, continuará en la institución después de ocho años al mando y 16 como vicepresidente. La diferencia la marcaron menos de 2.000 votos: el PP sumó 41.007 en las municipales y el PSOE, 39.143. De hecho, los socialistas obtuvieron en el cómputo global más concejales, con 602 por los 424 de los populares. La debacle socialista se entiende mejor por contexto: perdieron 5.000 votos respecto a 2019; entonces, aventajaron en casi 14.000 sufragios al PP, que obtuvo 30.723. Entonces, los socialistas doblaron en ediles al PP: 659 por 316.

Con una participación idéntica en 2019 y 2023, pues la abstención en ambos casos ha sido del 31% en la provincia de Huesca, ¿cuáles han sido las claves? Una distancia mínima ha marcado una gran diferencia. El PP ha avanzado en el voto urbano y el PSOE se ha mantenido en el rural. La capital oscense, donde la popular Lorena Orduna será alcaldesa con 12 concejales frente a los diez de los socialistas y con la posibilidad de apoyarse en los tres de Vox, refleja esta tendencia, que se reproduce en localidades grandes como Monzón o Sabiñánigo.

En la primera, el PP ha pasado de cinco a once concejales, una mayoría absoluta fijada en un 54,05% de los votos. Su alcalde desde 2019, Isaac Claver, será el nuevo presidente de la Diputación de Huesca, donde los populares suman 13 diputados frente a los 12 del PSOE, que en Monzón ha reducido su representación a la mitad de ediles, de seis a tres. En Sabiñánigo, socialista durante toda la democracia, el PP ha pasado de dos concejales a seis y el PSOE, de siete a cinco. Sin embargo, un pacto con los dos ediles de Cambiar Sabiñánigo permitiría retener el consistorio a los socialistas, que han perdido la alcaldía de Tamarite de Litera, donde gozaban de mayoría absoluta, y cedido en Barbastro y Fraga, donde los populares han crecido en apoyos.

El PSOE se mantiene potente en el medio rural y retendrá en torno a la mitad de las alcaldías de los 202 municipios en que se presentaba frente a las 55 del PP. En el aire, otras 17 que se pueden teñir de azul mediante pactos. La dirección provincial se agarra a esta pujanza en sus análisis del 28M, que pasan invariable e inevitablemente por lo que suceda en la convocatoria de elecciones generales el 23 de julio. “No esperábamos el resultado que obtuvimos, han confluido muchos condicionantes, el centro ha desaparecido y la ola de derecha y ultraderecha ha arrasado también en el Alto Aragón”, señala el secretario general de la Federación Socialista Altoaragonesa, Fernando Sabés.

Para Sabés, los comicios del próximo 28 de julio serán “una oportunidad para acabar con la dinámica del barro que hemos sufrido en los últimos meses, mientras nosotros no hemos insultado ni hablado mal de nadie”. Elisa Sancho, secretaria de Organización, apunta que el PSOE “mantuvo unos resultados muy similares a los de 2019, ganarlo todo era un gran reto. Seguimos siendo la formación con mayor número de concejales y también de alcaldías: 99 municipios, y en los próximos días esperamos que las negociaciones nos den la oportunidad de gobernar en más ayuntamientos”.

Pese a estos buenos deseos, el PSOE se desplomó en la comarca del Bajo Cinca, donde se esfumaron sus opciones de retener la Diputación. Los populares han sacado rédito del desplome de Ciudadanos y del descenso del PAR, que se quedan sin la suma de cuatro representantes en la institución provincial. En el caso del representante de Ciudadanos, Cristian Royo, no adscrito después de ser expulsado del partido por irregularidades económicas que no pudo justificar. El balance del PSOE se ha resentido en Fraga, Zaidín o Torrente de Cinca, lo que ha roto en su contra el equilibrio para pintar de azul los próximos cuatro años en la provincia. El PSOE no había perdido unas elecciones municipales desde las primeras que se celebraron en democracia, las de 1979.

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