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Angüés (Huesca) cierra el círculo: comienza la búsqueda de los últimos nueve ejecutados de la localidad durante la Guerra Civil

En la búsqueda inicial, llevada a cabo en octubre de 2018, se encontró a cinco de estos angüesinos y a doce en la segunda

Miguel Barluenga

Huesca —

En los primeros días de la Guerra Civil, durante el verano de 1936, la represión del bando nacional se cebó con la localidad altoaragonesa de Angüés. 29 de sus vecinos fueron asesinados y enterrados en fosas comunes del cementerio de Las Mártires, en Huesca. La magnitud de la empresa para recuperar sus restos ha obligado a afrontarla en varias etapas. La última se inició el pasado 7 de octubre y se busca a nueve personas más, separadas en tres tumbas diferentes a las que se dará un entierro mucho más digno en el mismo espacio.

La primera fase se ejecutó hace un año, en octubre de 2018 bajo la promoción y dirección técnica de la Asociación por la Recuperación e Investigación contra el Olvido (Arico), y con la colaboración del Círculo Republicano Manolín Abad de Huesca (Crmahu), Charata de Uncastillo y el Batallón Cinco Villas. La segunda fase, con los mismos parámetros, se realizó en julio y, en ambos casos, con éxito: se halló a cinco de estos vecinos en el primero y a doce en el segundo. Ahora, los oscenses son quienes encabezan los trabajos con la asistencia técnica de Arico y la colaboración de voluntarios que trabajan en tres espacios.

Según las investigaciones llevadas a cabo por Toño Moliner, vocal de Memoria Histórica del Círculo Republicano Manolín Abad de Huesca, en la primera de las fosas se inhumó a Demetrio Huguet Ubico, José Huguet Ubico y Juan José Lomero Bravo. En la segunda, a Domingo Tomás Rivera Sarvisé, Luis Val Casabón y Francisco Zamora Campo. Y en la tercera, a Domingo Ponz Conte, Joaquín Rivera Sarvisé y José Villacampa Bravo.

Durante la primera de las sesiones de trabajo ya se registraron resultados en el primero de los intentos, y los días sucesivos también han evidenciado que se trabaja en la buena dirección con la ayuda de alumnos de la Universidad de Zaragoza y termos de café ahora que el frío comienza a apretar temprano, cuando se inician estas largas jornadas.

Entre los primeros identificados después de haber sometidos los primeros restos hallados a las pruebas de ADN fue Román Arnal Mur, hermano del conocido militante anarquista Martín Arnal Mur.  Angüés contaba con poco más de 800 habitantes durante la década de los 30 y una potente base de jóvenes anarquistas articulados en el sindicato local de la CNT, y tras el golpe de Estado de julio de 1936 se concentraron en la localidad las dotaciones de varios puestos de la Guardia Civil bajo el mando del teniente Manuel Lahoz Julve, que se replegaron a Huesca ante la presión ejercida por las milicias organizadas en Barbastro.

23 vecinos anarquistas de Angüés fueron detenidos por la Guardia Civil e ingresados en la Prisión Provincial de Huesca el 24 de julio de 1936. Durante esa semana en que Angüés estuvo en manos de los sublevados fueron enviados a la cárcel un total de 31 angüesinos y todos ellos serían asesinados en Huesca en los meses siguientes. El destino habitual de los cadáveres, en sucesivas sacas, fue el cementerio de Las Mártires.

Entre los días 3 y 6 de enero de 1937 se ejecutó a 17 vecinos separados en diferentes sepulturas. El 3 de enero de 1937 se asesinó, a las 23:30, a Emeterio Alpín Zaballos (32 años), José Franco Carpi (46 años), Dionisio Gallo Brusau (32 años), José María Batos Lacasta (48 años) y Emilio Cardiel Huguet (26 años). Todos ellos fueron enterrados en una fosa común que ocuparía dos sepulturas distintas (zanja 7, fila 20, sepulturas nº 299-300), tras ser recogidos los cadáveres por la ambulancia número 24 de la Cruz Roja.

El 5 de enero de 1937 fueron ajusticiados, a las 22:30, Santos Buil Tornil (27 años), Tomás Canudo Domper (26 años), Gregorio Espona Vitales (55 años), Ramón Briac Oliveros (19 años) y Bartolomé Casasín Pérez (53 años). Se les dio sepultura en una fosa común. Finalmente, el 6 de enero de 1937 fueron asesinados Agustín Bravo Brusau (31 años) y Mariano Buil Tornil (23 años). Ya el 4 de enero de 1937 habían sido ejecutados otros cinco vecinos de Angüés: Román Arnal Mur (24 años), Fabián Alsina Soliva (26 años), Ramón Bonet Buil (25 años), Miguel Cardiel Huguet (27 años) y Manuel Gallo Brusau (35 años).

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