Almudévar: la mayor obra hidráulica del país desata una guerra entre regantes y ecologistas
Mientras el embalse de Biscarrués sigue siendo objeto de una enconada lucha entre partidarios y detractores, otro proyecto hidráulico, más pequeño y más desconocido para la opinión pública, está a punto de hacerse realidad. Se trata del embalse de Almudévar, una obra complementaria a la de La Galliguera que, tras desbloquearse y en unas pocas semanas, ya está en los tribunales. Tres meses han transcurrido desde que el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente autorizase su construcción y el recurso interpuesto por Ecologistas en Acción en la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.
El embalse, aunque más modesto que el que se pretende en Biscarrués, es la mayor obra hidráulica puesta en marcha en estos momentos en España. Inundará más de 1.100 hectáreas de terrenos y costará 102 millones de euros. Empezó a tomar forma hace cinco años y velocidad de crucero a partir de 2015, pero tras dos elecciones generales, un Gobierno en funciones y una prórroga presupuestaria solo restan el trámite de la declaración de ocupación urgente de los terrenos y el inicio del proceso de expropiación, siempre y cuando el recién iniciado capítulo judicial no ralentice su avance.
El proyecto para Almudévar, que implica asimismo los términos municipales de Huesca y Vicién, consta de 170 hectómetros cúbicos de capacidad, dos presas de 2.400 y 3.900 metros de largo, respectivamente, para una altura de 41,5 y 26 metros. Cierran una amplia vaguada en el municipio de Almudévar, una pequeña población de 2.500 habitantes situada a 14 kilómetros de la capital oscense y a unos 3,5 al norte de la confluencia de los canales de Monegros y del Cinca en Tardienta.
Riegos del Alto Aragón defiende su legitimidad
Según se explica desde la comunidad de regantes Riegos del Alto Aragón (RAA), que será la beneficiada directa, mediante este embalse interior los caudales procedentes del Gállego que superan la capacidad de embalse de la Sotonera y los excedentes de la regulación del Cinca se pueden almacenar durante los periodos de mayor aportación “para ponerlos a disposición del sistema en los momentos de escasez y hacer frente a la situación de déficit que presenta en la actualidad el sistema” de Riegos del Alto Aragón. Lo mejorará y aumentará las garantías de riego “sin afectar a ningún cauce ni a zonas que presenten figuras de protección medioambiental”, aseguran desde RAA.
La partida presupuestaria fijada para 2017, cuando deberían comenzarse los trabajos sobre el terreno, es de 29,5 millones de euros a los que se añaden los 18 que se habían previsto el año pasado, y existen, además, previsiones para 2018 y 2019 bajo el modelo de varias empresas adjudicatarias unidas, Sacyr, Vías y Construcción, Sogeosa y Corsán-Corvian. Los regantes están satisfechos y los habitantes de Almudévar esperan que comience la fase de las expropiaciones. A finales de 2015 salió a información pública y se garantizan más de 37 millones de euros para este fin, así como un plan de restitución para el municipio que contempla la conversión de 2.500 hectáreas de regadío y el agua para poderlas regar.
La oposición social al proyecto, escasa en la localidad, está liderada por Ecologistas en Acción. Esta confederación considera que existen diversas irregularidades “graves”, de tipo administrativo y técnico, tanto en el proyecto del embalse de Almudévar como en su proceso de tramitación que exigen una intervención judicial para “dilucidar la existencia de motivos suficientes para la desestimación del proyecto y también para la futura delimitación de posibles responsabilidades administrativas y penales”.
El presupuesto “aumentará”
La asociación considera que el presupuesto fijado se verá “cuantiosamente aumentado con las tradicionales modificaciones de proyecto, que está a cargo de Sacyr y de otras empresas constructoras que han sido relacionadas con casos de corrupción”. “No existe -añade Ecologistas en Acción- una justificación numérica clara para tales actuaciones, más allá del típico dispendio de dinero público en obras hidráulicas de dudosa viabilidad”. En el fondo del proyecto subyace “el intento de ampliar aún más la superficie regada de Riegos del Alto Aragón, principalmente en la zona denominada Monegros II, algo que hoy en día carece de sentido desde los puntos de vista económico, social y ambiental”.
El recurso revoca las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Y tacha de “fraudulento” un informe de viabilidad económica acerca del embalse. Desde un punto de vista socioeconómico, la creación de nuevos regadíos es “inviable porque supondría una seria amenaza a la maltrecha viabilidad económica de los regadíos ya existentes. Los nuevos regadíos no emplearían el agua de las nuevas regulaciones, como falsamente se afirma, sino que simplemente habría más regantes que se repartirían equitativamente cada vez menos agua”.
Cada llenado costaría 2,5 millones de euros
Además, “cada llenado del embalse de Almudévar costaría 2,5 millones de euros netos en electricidad, contando los ingresos por turbinado, pues el llenado se efectuaría íntegramente mediante bombas eléctricas con una altura nominal de bombeo de 46 metros. En este sentido, las comunidades de regantes de Riegos del Alto Aragón parecen no estar aprendiendo nada de sus crecientes dificultades para pagar las facturas eléctricas de sus bombeos, y supeditan su futuro a la existencia de un sistema público capaz de subvencionar eternamente sus costes fijos y variables de explotación”.
La oposición al embalse de Almudévar entronca con la de Biscarrués. La Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos agrega al debate que “se trata de una inversión injustificable” y que hay “otras alternativas”, como balsas intermedias. Podemos Aragón, abiertamente en contra de Biscarrués, advierte del sobrecoste energético al que tendrán que hacer frente los regantes para llenar el embalse con un enorme caudal de bombeo de 24 toneladas de agua por segundo que “incrementará notablemente el presupuesto inicial”.