Alerta por invasión en el campo aragonés. El teosinte, una mala hierba invasora de origen mexicano, ha colonizado cientos de hectáreas de campos de maíz en los dos años escasos transcurridos desde que fue detectada por primera vez en Los Monegros, en agosto de 2014, y ha comenzado a provocar graves daños en las explotaciones en las que llega a implantarse.
Esta especie invasora vegetal, en realidad un ancestro del maíz, llega a producir mermas superiores al 25 % en las cosechas, por lo que su erradicación, o cuando menos el freno a su expansión, se ha convertido en una prioridad para el sector agrario aragonés, principal productor estatal de maíz con 80.000 de las 400.000 hectáreas cultivadas en toda España.
De aspecto similar al de su descendiente, alcanza un mayor tamaño –sus plantas llegan a los cuatro metros- y cuadruplica, con hasta 1.600 granos por planta, su capacidad para producir semillas. Estas mantienen su capacidad de germinación durante años en el suelo, al que van cayendo a lo largo del verano, mientras se desarrolla el maíz, entre el que crece y del que es complicado distinguirlo a simple vista antes de que supere los dos metros de altura.
La maquinaria agrícola, el ganado, los animales silvestres –especialmente los jabalíes- y los propios agricultores actúan como agentes de propagación del teosinte, que apenas prolifera alejado del maíz, al trasladar de manera accidental las semillas entre parcelas invadidas y sanas en sus desplazamientos.
Medidas expeditivas para erradicarlo
El Gobierno autonómico ha optado por medidas drásticas para erradicar la presencia de este vegetal invasor en las explotaciones maiceras, que constituyen una de las principales fuentes de ingresos del sector agrario aragonés.
Estas, según indica el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, en una respuesta escrita al parlamentario autonómico de Podemos Nacho Escartín, incluyen la prohibición de sembrar de nuevo maíz o sorgo “en aquellas parcelas que muestran una afección alta de teosinte”.
El pastoreo está vetado tanto en esos campos como en los de afección baja, y los propietarios quedan, en ambos casos, obligados a mantener una vigilancia sobre esas tierras, además de tener que limpiar las máquinas de cosechar y de empacar tras finalizar sus labores, para evitar que puedan expandir el teosinte, “así como de eliminar cualquier planta” que pueda aparecer.
Inspecciones y análisis de ADN
Olona califica de “elevado” el grado de cumplimiento de esas “medidas fitosanitarias cautelares”, que han sido supervisadas por el Centro de Sanidad y Certificación Vegetal (CSCV), cuyos técnicos han inspeccionado en los dos últimos años 863 parcelas que suman 7.080 hectáreas. “En Aragón actualmente hay 72 parcelas con presencia detectada de teosinte, las cuales alcanzan una superficie total de 684 hectáreas”, señala Olona.
Esa extensión supone alrededor del 8 % de la chequeada, aunque, según el consejero, “las nuevas superficies detectadas han sido muy inferiores a las encontradas en 2014 y, además, presentan un menor grado de infestación”. Básicamente, como consecuencia de la supresión del cultivo, y sus sustitución por otros como la alfalfa o el girasol, en las parcelas en las que fue inicialmente detectado, principalmente en los municipios monegrinos de Candasnos, Peñalba, Bujaraloz y Torralba.
Los trabajos de identificación molecular a través del ADN realizados por la Universidad de Davis (California) permitieron determinar que la especie de teosinte detectada en Aragón, zea mays ssp, es de origen mexicano.