Mientras se lucha contra una pandemia se sigue peleando contra otra. La erradicación del lindano en la comarca del Alto Gállego y su rastro tóxico por buena parte de la geografía aragonesa sigue su curso por encima del estado de alarma. El Gobierno de Aragón incluyó esta actividad entre las consideradas esenciales y ha levantado la suspensión de los procesos administrativos relacionados con esta para la protección del interés general y sin menoscabo de que todos los esfuerzos se centren en la erradicación del coronavirus. Este problema de salud pública también se detiene entre todos y las instituciones lo siguen teniendo en un lugar preferencial de sus agendas.
En este sentido, el departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón tiene la intención de impulsar a partir del mes de agosto dos nuevos contratos en el vertedero de Sardas y el barranco de Bailín, en el municipio de Sabiñánigo, que permitirán seguir con estas labores. El objetivo reside en realizar un seguimiento hidrogeológico de ambas localizaciones, dos de las más perjudicadas por los vertidos tóxicos de hace cuatro décadas, con un coste de casi cinco millones de euros.
El contrato para la descontaminación del acuífero de Bailín presenta un precio base de licitación de 2,2 millones de euros, mientras que el de Sardas es de 2,6 millones. Desde 1992 se han empleado en la descontaminación del lindano más de 63 millones de euros y algunas previsiones apuntan a que se llegará a los 500. El Gobierno central ha aportado el 11% de esos 63 millones, el 20% ha corrido a cargo de la Unión Europea y el 69% restante del Ejecutivo autonómico.
Otra actuación, presupuestada en dos millones, colocará a Aragón como líder junto a Holanda y Alemania del impulso de iniciativas innovadoras para frenar el lindano. Se quiere elaborar un inventario que sitúe los 42 emplazamientos de la Unión Europea con vertederos contaminados. En el vertedero de Sardas se llevarán a cabo labores de contención para bombear el agua, sondearla y obtener los residuos densos. Por su parte, en Bailín están previstos trabajos similares.
Proyectos de descontaminación
Aragón ha recibido 6,8 millones de euros de la UE para impulsar proyectos relacionados con la descontaminación y “uno de los grandes problemas se está convirtiendo en una oportunidad de innovación”, en palabras de Marta de Santos, directora general de Cambio Climático y Educación Ambiental del Gobierno de Aragón. Uno de los ya finalizados es el ‘Life Discovered’ (2014-2017), para la eliminación de residuos de la fabricación de lindano disueltos en el agua de grietas y dotado con 1,4 millones cofinanciados al 60% por la Unión Europea.
Siguen en marcha el ‘Life Surfing’ (2019-2022), que investiga la extracción y eliminación de residuos densos y presentes en grietas ayudados por jabones industriales, y el ‘Intereg Lindanet’, (2020-2023), que supone la creación de la red de regiones afectadas por lindano. Para la búsqueda de las citadas soluciones innovadoras se desarrolla un proyecto dotado con dos millones de euros. Los resultados de la primera fase se desvelarán en una reunión de trabajo que podría celebrarse en Zaragoza durante el segundo semestre del año.
El Gobierno de Aragón será el encargado de desarrollar el inventario de España, Rumanía, República Checa, Eslovaquia y Croacia con 15 emplazamientos. Para Marta de Santos, Aragón ha sido escogido para dirigir este proyecto por ser “pionero” en la lucha contra el lindano y haber invertido 63 millones de euros desde 1992. Allí se completará un estudio durante la segunda fase en Francia, Italia, Alemania y la República Checa que incluye la localización de nuevos emplazamientos.
Estos trabajos se enmarcan en un Plan Estratégico de Lucha Integral contra el Lindano en Aragón, con acciones definidas que alcanzan hasta el año 2040 y que exigirán una inversión que rondará al final del proceso los 550 millones de euros. Hasta la fecha, las distintas administraciones implicadas, gobiernos central y aragonés y Unión Europea, han invertido desde 1992 unos 63,2 millones de euros para descontaminar el lindano generado por la desaparecida planta industrial de Inquinosa en Sabiñánigo.
Las instalaciones, cerradas en 1989, vertieron 120.000 toneladas de hexaclorociclohexano (HCH) en las aguas del río Gállego y 150.000 más solo en Bailín desde el comienzo de su actividad en 1974 y hasta que la Unión Europea prohibió su elaboración debido a la alta toxicidad y los problemas medioambientales que podían causar el lindano.