Siberia es un lugar tan congelado que allí se encuentran los dos lugares donde se ha registrado una temperatura más fría del hemisferio norte del planeta: Oimoyakon y Verkhoyansk, apodados el ‘Polo Norte del frío’. Sin embargo, toda esta inhóspita región rusa puede ser habitable a finales de este siglo por la crisis climática. En invierno, la temperatura podría subir hasta 9,1 grados y en verano, ponerse en 5,7 más.
Es el análisis que han publicado este viernes en Environmental Research Letters un equipo de investigadores del Krasnoyarsk Federal Research Center de Rusia y el Instituto Nacional Aeroespacial de Estados Unidos, a partir de los escenarios de referencia de aumento de las temperaturas del planeta del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.
Se trata de un área de 13 millones de kilómetros cuadrados, desde el este de los Urales hasta el Pacífico, que supone el 77% de la superficie terrestre de Rusia. Sin embargo, y debido a las imposibles condiciones de vida, aquí solo vive el 27% de la población total del país, concentrada a lo largo de la estepa del sur, con un clima confortable y un suelo fértil. Hoy resulta impensable una migración masiva hacia un lugar así.
Pero los científicos querían saber más partiendo de la contundente conclusión del IPPC: los movimientos migratorios serán la principal tarea por resolver para los humanos en este siglo por el impacto del calentamiento global.
Así que tuvieron en cuenta aspectos vitales por los que históricamente las personas se han movido de unos sitios a otros: el calor y el agua que sostienen la vegetación, la capacidad de cultivar alimentos y, en este caso, añadieron la severidad del frío y la ausencia o presencia de permafrost, la capa de suelo que permanece siempre congelada. Por terminar de situarnos, ni siquiera las dos mejores zonas de esta región cumplen hoy todas estas condiciones para albergar una vida humana confortable.
Después, el equipo de investigación acotó un tiempo, entre 2070 y 2099, y aplicó una referencia siguiendo dos escenarios en los que hay consenso del IPCC: un impacto del cambio climático medio y extremo. “Encontramos un aumento de la temperatura de 3,4 grados (medio) hasta 9,1 (extremo) en invierno; y de 1,9 (medio) a 5,7 (extremo) en verano, así como un incremento de las precipitaciones de 60 mm (medio) a 140 mm (extremo)”, ha explicado la coordinadora del estudio, Elena Parfenova del Krasnoyarsk Federal Research Center. También analizaron el permafrost y la conclusión es que esta capa congelada disminuirá del actual 65% a un 40% en el año 2080.
La investigadora Parfenova saca esta conclusión: “Siberia es hoy extremadamente fría, pero en un futuro con un clima más cálido, la distribución y producción de cultivos serán más favorables para que la gente pueda establecerse”.
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