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... Y que los nervios no te jueguen nunca una mala pasada

No dejes que te controlen

Martín Pérez

Cuando estamos a punto de enfrentarnos a una situación estresante es muy aconsejable realizar ejercicios de relajación que nos ayuden a recobrar la estabilidad y a manejar los acontecimientos de manera racional. Los nervios suelen jugar malas pasadas, y no debemos permitir que eso pase. Por ello queremos proponeros un ejercicio que ayuda a relajarse y a ver las cosas con perspectiva, permitiéndonos seguir adelante con la presentación.

Tipos de ejercicios de relajación

Existen muchos tipos de técnicas que pueden ayudarnos a recobrar el control de nuestros nervios, y cada uno se centra en aspectos diferentes. Por un lado existen los ejercicios de respiración, los más practicados. Suelen centrarse en ser conscientes de nuestra respiración, alterar el ritmo hasta respirar más lento o realizar una respiración más profunda.

También los ejercicios de relajación muscular son muy útiles para esos momentos. Suelen basarse en destensar los músculos más afectados, como los del cuello, espalda, abdomen, brazos o piernas, a través de pequeños ejercicios o masajes.

También encontramos la técnica de la visualización, que es la que queremos proponeros. Existen muchísimas variantes dentro de esta técnica como puede ser visualizar un paisaje, recuerdos, un lugar ideal o relajarse a través de la imaginación. Pero hay una que es muy práctica para presentaciones en público, conferencias, charlas o reuniones importantes.

Relajación rápida

Consiste en ir con unos minutos de antelación al lugar donde se realizará la exposición y hacer una marca en un objeto o lugar que sepas que vas a ver con frecuencia: un reloj, una pantalla, una silla, una pared, o incluso tu propia mano (en ese caso no hace falta trasladarse). Un simple bolígrafo puede ser de gran ayuda.

Cada vez que la veas mientras estás hablando inspira lenta y profundamente, de manera que aflojes un poco los músculos de tu cuerpo que notes tenso y piensa “me relajo...”. Cuando estés en una pausa, haz tres respiraciones profundas y repasa lo que vas a decir. Así de sencillo, y de eficaz.

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