Sí, hay productos tóxicos en la ropa
Nos abriga, nos hace sentir bien, nos da confort. Pero la ropa que llevamos encima puede convertirse también en un enemigo. Según un estudio de la Agencia Sueca de Productos Químicos, el 10% de los residuos de las sustancias que se pueden encontrar en las prendas pueden ser considerados como de riesgo para la salud. Y otro 5% de esos productos representan un potencial daño para el medioambiente.
Tintes, suavizantes, disolventes parafinas, fragancias… Estos y otros productos se utilizan en la confección de ropa y muchos de ellos, pese a los lavados, se van quedando impregnados en las prendas. Cuando nos vestimos, pueden entrar en contacto con la piel, provocando todo tipo de dolencias.
Con el fin de introducir mejoras en los procesos de fabricación y distribución de productos textiles y reducir estos riesgos de salud, la Agencia Sueca de Productos Químicos puso en marcha este informe, identificando hasta 2.400 tipos distintos de productos químicos en las múltiples piezas de ropa analizadas.
En su análisis, la agencia concluyó que el 10% de estos productos son potencialmente nocivos para el cuerpo humano. Otro 5% lo son para el medioambiente. Y no solo en Suecia. El trabajo también analiza ropa vendida en la Unión Europea. A fin de cuentas, estamos en un mercado de carácter global.
Una preocupación nacional
La Agencia Sueca de Productos Químicos no es la única entidad del país preocupada por la potencial toxicidad de las prendas de vestir. La Universidad de Estocolmo también es muy activa en este frente.
“La exposición a estos productos químicos aumenta el riesgo de dermatitis alérgica (…). Algunos de ellos (…) son probados carcinógenos y otros tienen toxicidad acuática”, afirma Giovanna Luongo, doctora en Química Analítica de la Universidad de Estocolmo, quien acaba de publicar una tesis doctoral sobre el tema.
Luongo analizó decenas de piezas de ropa de distintas cadenas de ropa, tanto suecas como internacionales, identificando más de un centenar de productos nocivos presentes en las telas, aunque muchos de ellas no figuraban en el etiquetado.
En sus investigaciones, lavó repetidamente las prendas para medir el nivel tóxico a posteriori. Algunas de las sustancias desaparecían con el agua, incrementando el riesgo de contaminación de los medios acuáticos.
Otras se mantenían adheridas a los tejidos, lo que los convierte en una fuente potencial de exposición cutánea a largo plazo.
La piel, “el mayor órgano humano”
“Se trata del mayor órgano humano y representa aproximadamente el 12%-15% del peso del cuerpo” recuerda el doctor Conny Östman, del Departamento de Ciencia Medioambiental y Química Analítica también de la Universidad de Estocolmo, al referirse a la piel.
Östman está llevando a cabo un estudio para analizar cuáles son los procesos según los cuales esos productos químicos son absorbidos por la piel con el objetivo de intentar bloquearlos.
“Llevamos ropa día y noche a lo largo de toda nuestra vida”, asegura. “Tenemos el derecho a saber si las sustancias presentes en los tejidos penetran en nuestra piel y lo que eso puede suponer para nuestra salud”.