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CEAR condena que España devuelva indirectamente a migrantes a Malí contra criterio de la ONU

El coordinador de CEAR en Canarias, Juan Carlos Lorenzo.

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

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La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha “condenado” que España devuelva desde Canarias a Mauritania a inmigrantes de origen maliense, que luego son expulsados a su país, lo que supone repatriarlos de forma indirecta a un lugar en conflicto contra las directrices de ACNUR.

Tal y como publicó este periódico, al menos 14 malienses habían expresado al llegar a Gran Canaria su voluntad de solicitar asilo. Aún así, este grupo fue internado en Hoya Fría mientras se tramitaba su expediente de expulsión. La devolución se produjo el 20 de enero en un vuelo de Frontex y se notificó al Juzgado de instrucción correspondiente cuando ya las personas estaban en Mauritania.

En las últimas semanas, España ha recurrido en varias ocasiones al convenio que firmó con Mauritania en 2003, que le permite devolver a ese país a cualquier inmigrante que haya llegado de forma irregular a Canarias siempre que tenga nacionalidad mauritana o con la condición de que, si es de un país tercero, haya transitado por dicho territorio.

CEAR y otras ONG que también han protestado por las expulsiones, como el Servicio Jesuita a Migrantes, lamentan que este mecanismo se aplique a ciudadanos de Mali, porque puede contravenir las instrucciones emitidas por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) respecto a esa nación.

En agosto, ante la inestabilidad y la inseguridad que vive ese país del Sahel, ACNUR instó a todos los estados a permitir el acceso a su territorio y facilitar la tramitación de solicitud de asilo a “todas las personas que huyen del conflicto de Mali”.

“Ninguna persona procedente de las regiones afectadas por el conflicto debería ser devuelta de manera forzosa a Mali, puesto que el resto del país no debe ser considerado como una alternativa adecuada hasta el momento en que la situación de seguridad, el estado de derecho y los derechos humanos hayan mejorado significativamente en Mali”, dice esa instrucción de la ONU.

Sin embargo, el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura del Defensor del Pueblo ha revelado que el pasado 27 de enero, España devolvió a Mauritania desde Tenerife Norte en un vuelo fletado por la Agencia Española de Fronteras (Frontex) a 42 inmigrantes, de ellos, 38 de Mali. Solo uno era mauritano y tres senegaleses.

Las ONG tienen información de que ese no ha sido el primer vuelo de ese tipo -algo que ha confirmado la Delegación del Gobierno- y, lo que más le preocupa, les constan reportes de que Mauritania expulsa después a Mali a los malienses que España le entrega.

“Condenamos esas devoluciones de personas de origen maliense. Constamos que esas personas, tras ser devueltas a Mauritania, luego son expulsadas a Mali. Y con respecto a Mali están claras las directrices que ACNUR emitió el pasado mes de agosto”, ha señalado a Efe en coordinador de CEAR en Canarias, Juan Carlos Lorenzo.

Lorenzo subraya que, si España tiene conocimiento de que ese comportamiento de Mauritania, no debería entregarle a ningún maliense, porque todos los ciudadanos de ese país son suscepcibles en este momento de pedir asilo y, lo hayan pedido o no, no deben ser devueltos a un país en conflicto contra el criterio de la ONU.

Las ONG creen que la inestabilidad de Mali es una de las causas que están detrás del repunte del flujo de migrantes hacia Canarias a través de la llamada ruta atlántica, en viajes cada vez más largos y peligrosos, que a veces parten incluso desde Gambia.

El delegado del Gobierno, Juan Salvador León (PSOE), defendió la semana pasada que si no se devolviera a las personas que llegan irregularmente a las islas, se estaría enviando un mensaje que beneficiaría a las mafias que trafican con los inmigrantes.

“Creo que ese es un mensaje poco afortunado”, le responde el portavoz de CEAR, “no podemos centrar nuestras políticas migratorias solo en la seguridad. Por supuesto que la lucha contra las mafias debe ser un elemento transversal en la política migratoria, pero no podemos centrar nuestros esfuerzos solo en eso. El mal llamado efecto llamada para nosotros es un efecto huida”.

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