El CD Tenerife y el peligro de armar castillos en el aire
El tinerfeñismo anda con la calculadora en la mano echando cuentas. ¿Cuántos puntos se necesitan para jugar la promoción de ascenso a Primera? En las seis jornadas que quedan podría bastar con cuatro triunfos. Dicen. A dos puntos de la sexta plaza, parece que todo es posible. Parece.
Y llegados a este punto, pesan más las sensaciones que las matemáticas. Lo cierto es que desde aquel ya lejano enero, en el que el CD Tenerife simultaneó Copa y Liga, la curva emocional es ascendente. Tras tocar fondo en diciembre, el equipo de Baraja ha ido a más. Tanto ha crecido que ahora incluso puede soñar con jugar por subir. Parece increíble para un grupo que hace seis meses era carne de descenso.
En cualquier caso, llegados a este punto, convendría echar la vista atrás y aprender de los errores. En la temporada 13/14, al representativo se le presentó un final de liga muy parecido al actual y todo salió mal.
Perdió los siente últimos partidos del campeonato. Antes hubo tres victorias seguidas: en casa ante Alavés y Numancia, y fuera en Éibar. Y antes de la derrota en Jaén que lo precipitó todo, los de Cervera no caían desde un partido en Mallorca. La racha fue de cinco semanas, con un empate y cuatro victorias. Esto llevó a los blanquiazules a la cuarta plaza, con 54 puntos, a cuatro de los puestos de ascenso directo.
¿Les suena? Pues sí, la situación era incluso mejor que la actual. Pero el globo se desinfló tan rápido como se había inflado. Derrota en Jaén (1-0), luego en casa ante el Girona (0-1). Después se caía en el derbi ante Las Palmas (1-0) en Gran Canaria, a lo que se uniría otro traspiés en el Heliodoro, en este caso ante el Córdoba y nuevamente por la mínima: 0-1.
Seguidamente nueva derrota, esta vez en Sabadell (1-0), cerrándose la Liga en casa con un 0-1 ante el Real Murcia. La despedida al campeonato tuvo lugar en Gijón, siendo este choque el único de toda aquella mala racha que no se resolvió por la mínima: 3-0.
En siete semanas, el CD Tenerife ni sumó un punto ni marcó un gol. Ver para aprender.
Aquella temporada se despidió con un sabor agridulce. Era la primera tras pasar dos años en Segunda B y en el verano anterior no se hablaba de otra cosa que salvar la categoría, algo que evidentemente se logró con creces. De hecho, al equipo le costó arrancar aquel curso.
El CD Tenerife falló al final, pero lo hizo con un equipo con escasa experiencia en la categoría y con futbolistas más pendientes de su futuro lejos de la Isla que de otra cosa.
Y aquello se digirió mal, generando un debate cainita que desangró al tinerfeñista durante meses. Recordar para aprender.
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