Críticas a la UD Las Palmas por incluir a Joel Domínguez en la pretemporada del primer equipo
La decisión de la Unión Deportiva Las Palmas de incluir en la pretemporada del equipo de Primera al jugador juvenil Joel Domínguez condenado por malos tratos a su expareja, una menor de 17 años, y con dos causas pendientes por el mismo delito, ha generado controversia y rechazo del movimiento feminista y de parte de la afición del club.
Joel Domínguez, de 18 años, fue condenado por un delito de violencia machista cometido contra la que era su novia.
El pasado 7 de marzo, el futbolista reconoció los hechos en el Juzgado de Violencia contra la Mujer número 1 de Las Palmas de Gran Canaria y fue condenado a 40 días de trabajo en beneficio de la comunidad, un año de alejamiento de la víctima -500 metros-, la prohibición de comunicarse con ella y dos años de privación de tenencia de armas.
Aunque en un principio la adolescente agredida no quiso presentar una denuncia formal, los hechos -patadas, empujones y agarrones- fueron presenciados por testigos, incluido un policía fuera de servicio, lo que llevó al Juzgado de Violencia contra la Mujer a tomar cartas en el asunto.
DOS CAUSAS PENDIENTES
El acusado, que ya ha cumplido 40 días de trabajo en beneficio de la comunidad por la primera condena de maltrato, continua teniendo dos causas abiertas por violencia de género.
En abril, una juez ordenó investigar los móviles de Joel Domínguez y su expareja para verificar si estaba vulnerando la orden de alejamiento impuesta. La investigación por el presunto quebrantamiento de la orden de alejamiento aún está en curso.
Además de esta condena, Joel también fue denunciado a finales de 2022 por la familia de la adolescente por un delito de maltrato psicológico.
La investigación de este caso está a cargo de las Unidades de Atención a la Mujer y la Familia y la Fiscalía de Menores, según confirmó la madre de la víctima en una entrevista con el Diario AS.
En la citada entrevista explicó que en aquel momento lo decidieron poner en conocimiento del club, pero que no recibieron una respuesta positiva por su parte.
“Nos dieron largas, nunca nos dieron cita ni nos quisieron escuchar. Directamente se le enseñan algunos mensajes a sus entrenadores, y uno de ellos afirma que el chico es menor y que ellos no podían hacer nada. Incluso hubo gente, no del club, que le dijo a mi hija que lo de este chico fue un calentón, que se pone nervioso, que se le pasaría”, afirmó en marzo, cuando el caso salió a la luz.
A pesar de estas denuncias y condenas, UD Las Palmas ha decidido permitir que Joel Domínguez participe en la pretemporada del equipo de Primera División.
El presidente del club, Miguel Ángel Ramírez, ha argumentado que “cree deportivamente” en él, quiere ayudarlo a “reinsertarse” y le va a dar una oportunidad.
“Si no lo hemos echado es porque creemos deportivamente en él y entendemos que es un jugador con un potencial importante. ¿Por qué no vamos a seguir promocionándolo? A partir de ahí, depende de que aproveche o desaproveche la oportunidad. Desgraciadamente, hay una larga lista de futbolistas canarios que no han aprovechado la oportunidades”, ha argumentado el presidente de la Unión Deportiva.
RECHAZO DEL MOVIMIENTO FEMINISTA Y DE NUMEROSOS AFICIONADOS
Una decisión que ha generado críticas y reproches, especialmente por parte de la Red Feminista de Gran Canaria, que este lunes 12 de junio ha manifestado su repulsa y ha instado a quienes patrocinan el club a rechazar la violencia de género mediante acciones concretas.
“Desde la Red Feminista de Gran Canaria se solicita a la UD Las Palmas y a todos sus patrocinadores públicos y privados que sean conscientes del papel fundamental que juega el fútbol, en general, y el club UD Las Palmas en particular, más ahora desde Primera División (...) con miles seguidores y seguidoras, en el imaginario colectivo como generador de valores”, han defendido.
En un comunicado, la Red Feminista ha rechazado que se haga jugar a Joel Domínguez “con el primer equipo justo cuando este sube a Primera División”, porque “aumenta su valor social y su peso como referente, obviando que se trata de un maltratador condenado”.
Y ha lamentado, asimismo, que un “club importante para la población de la isla y que como tal recibe dinero público” decida que “sus intereses económicos pesan más que la condena sin fisuras de la violencia contra las mujeres, que ya arrastra la cifra de 22 mujeres asesinadas en España en 2023 y asciende a 1.206 desde 2003”.
Por ello, la Red Feminista ha decidido hacer público su apoyo “a la víctima y a su familia, pues es la chica agredida la que debe recibir el apoyo que el club está ofreciendo al victimario, la ayuda para superar la situación de violencia vivida y sostenida por un equipo que promociona al agresor sin pensar en lo que eso supone para ella, para las aficionadas y para todas las mujeres”.
Tanto la madre como la propia víctima han lamentado que desde el club nunca se hayan preocupado por su estado. “Lo que me afecta es que el club no se ponga en contacto conmigo. No sé, preocuparse. No hubo ninguna preocupación. Ellos lo salvaron. Si es la decisión que tomaron...”, explicaba la joven en una entrevista también en AS.
LA RESPONSABILIDAD DE LOS CLUBES DEPORTIVOS
Sin embargo, la respuesta de la afición ha sido de rechazo al agresor y apoyo a la joven, según confirmó en la entrevista y como se ha podido ver a través de la cantidad de mensajes posicionándose en contra de la violencia machista, y de este caso en particular, en redes sociales.
La Unión Deportiva Las Palmas, por su parte, ha respondido a las críticas destacando que el jugador ya ha cumplido la condena impuesta y que ha seguido un programa de intervención coordinado por la Fundación del club. Además, han subrayado su participación en programas de reinserción social para jóvenes con problemas judiciales, argumentando que darle la espalda a Joel sería contradictorio con los principios que defienden.
El caso de Joel Domínguez ha generado un debate sobre la responsabilidad de los clubes deportivos y su compromiso en la lucha contra la violencia de género.
Mientras algunos argumentan que se le debe dar una oportunidad para rehabilitarse, otros critican la decisión de normalizar la presencia de un agresor condenado y con causas abiertas en un equipo de fútbol de alto nivel.
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