Las Palmas se reencuentra con el triunfo con una 'manita' y un doblete de Jesé
Las Palmas entró al partido dominando el juego y la posesión ante un rival hundido en la clasificación que ofrecía poco sobre el césped del Gran Canaria. Con Livaja en punta por Boateng, los amarillos buscaban poner la directa hacia los dominios de Sirigu.
El rival no presionaba arriba y Viera, con espacios, tocaba a placer, fabricando el primer acercamiento a los dominios de Sirigu en el minuto cuatro. Dos minutos después, el '21' hacía magia manteniendo la posesión ante la presión de varios rivales en la frontal del área, levantaba la cabeza y ponía una de las suyas, por encima de la defensa para que Jesé se estrenase de amarillo y en casa.
Los de Setién eran dueños absolutos del partido, con una posesión que superaba el 80% mientras el Osasuna se limitaba a mirar. Pero Del Cerro entró en el juego sacando tres amarillas en cinco minutos a los locales, que acumulaban tres infracciones: una a Livaja, otra a Boateng por protestar desde el banquillo y a Roque (el croata y el grancanario se pierden el próximo partido contra el Español).
El Gran Canaria se encendía cuando veía que el colegiado no castigaba con cartulinas las faltas de Osasuna, único recurso que utilizaban para frenar el juego de los locales.
Y a la media hora de partido, rompiendo con toda lógica posible sobre lo que estaba sucediendo en el campo, Kodro empataba el partido. Una internada de los visitantes por la banda de Simón, acababa en un centro raso que Varas dejaba muerta para que el delantero 'rojillo' rematase a la red.
Parecía un accidente. El partido seguía el curso que tenía desde el comienzo, y Las Palmas volvió a gozar de una ocasión clara tras un gran pase de Livaja que Jesé remataba de primeras, pero Sirigu con el pie evitaba el segundo tanto de los locales en el 34'.
Tres minutos después, en una ocasión casi idéntica a la del primer gol del Osasuna, los visitantes fabricaban otra jugada por la banda de Dani Castellano, ponía un balón al área que cazaba Kodro solo y sumaba el segundo al marcador ante un Javi Varas que podía haber hecho más, al igual que la defensa amarilla.
Tras el descanso, los visitantes, con todas las estadísticas en contra y sin una explicación más allá del tópico “así es el fútbol”, pudieron poner el 1 a 3. Olavide remató alto un pase de Kodro.
El silencio se apoderaba de los 19.911 espectadores del Gran Canaria, pero Livaja, de cabeza y a pase de Roque ponía el empate en el 54' y el júbilo contenido estallaba.
Setién ha repetido en muchas ocasiones que lo que el fútbol te da, el fútbol te quita, que hay cosas que no se pueden controlar y dependen del azar. Esta vez, a pesar de la rareza vista hasta el momento, se alió con los suyos. David Simón puso al balón al área y Unai García, incomprensiblemente, ya que no tenía presión contraria, intentó cortar un balón que acabó en su red, estableciendo la remontada en el 70'.
Las Palmas volvió a gustarse, a verse cómoda, con Viera en una forma estelar, como en sus últimos encuentros, jugando con la parsimonia en una superficie que esconde una enorme calidad. Roque, desde fuera del área y tras un saque de falta que le ponía el balón en la frontal ponía el cuarto de forma peculiar.
Del Cerro la invalidó por considerar que Lemos la había tocado al entrar a puerta, pero al consultarlo con sus compañeros decidió validarlo. La guinda llegó a cuatro minutos del final, tras una jugada de toque que culminaba con la asociación Viera-Jesé. El '21' le daba el pase de la muerte al '10', que con un doblete acababa con su sequía y cerraba la ansiada victoria amarilla.